Los intereses de las empresas de Estados Unidos marcan la agenda del gobierno de Milei

Durante el encuentro de la AmCham, el embajador norteamericano en Argentina dijo que el país está llamado a ser clave en la "estabilización de la región". 

13 de marzo, 2024 | 00.05

La Argentina es un país clave para asegurar la estabilidad en la región”, aseguró Marc Stanley, embajador de Estados Unidos en Argentina, durante su disertación en el evento anual de la cámara que nuclea los intereses de las empresas norteamericanas en Argentina (AmCham). En otras palabras, ratificó el alineamiento absoluto de la administración de Javier Milei con los objetivos geopolíticos de su país, entre ellos obturar la participación de las empresas chinas dentro del país. “Hicieron muy bien en evitar que China tenga acceso a datos sensibles a través del 5G”, sostuvo el embajador. 

En la misma línea podría señalarse un Acta de Memorándum rubricado entre la Administración General de Puertos con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército norteamericano para “ lograr una mejor gestión” de la red fluvial del Paraná (la hidrovía).  

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El Gobierno norteamericano mira con interés todo lo vinculado con las llamadas energías limpias (el litio), la educación, viajes y turismo, infraestructura, tecnologías digitales, minería y minerales críticos. Así lo detalló Stanley. “No recuerdo otros momentos donde hayamos estado tan concentrados en Argentina como en los últimos dos meses”, enfatizó el embajador. No mintió. 

Según el Registro Único de Audiencias del Poder Ejecutivo, los representantes de la administración Milei mantuvieron contínuos encuentros con funcionarios, legisladores -como el senador republicano por Florida Marco Rubio-, empresarios, fondos de inversión y lobistas norteamericanos. En cada una de esos encuentros sobrevoló un tema común: la desregulación (re regulación) económica, social y política del DNU 70/2023. 

¿Limpios?

La embajada marca las directrices, y el Gobierno de Milei ejecuta. Esa fue la “recomendación” de Stanley durante su disertación en la AmCham. “El sector privado (local y norteamericano) tiene que dejarle en claro al gobierno cuáles deben ser las políticas para su desarrollo”, enfatizó. Relaciones carnales -con las empresas estadounidenses-  modelo 2024. Cuando Stanley mencionó los negocios vinculados a las energías verdes, se refería al litio. Para Estados Unidos, todo lo vinculado a este mineral es una cuestión de seguridad nacional. 

El pasado 13 de diciembre, Stanley estuvo en la Casa Rosada acompañado por Mike Pyle, un asesor de Seguridad Nacional para los temas de economía internacional; Jared Siegel director para asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional; y Anna Van Hollen, otra funcionaria de esa área clave del Gobierno de Joe Biden, especialista en política industrial. El litio fue un tema de discusión. 

Litio rima con BlackRock, el Fondo de Larry Fink, quien tiene previsto reunirse con Milei en los próximos meses. Este enorme pulpo, con presencia en todo el mundo, sabe cómo esconderse. 

El pasado 6 de febrero, el secretario Legal del Palacio de Hacienda, José Ignacio García Hamilton, y Shunko Rojas, asesor del Unidad Transitoria para la Desregulación de la Economía estuvieron reunidos con la directora de Relaciones Institucionales para América Latina de la minera Río Tinto. BlackRock posee el 7% de las acciones de esta empresa; también participa The Vanguard Group, otro de los socios de Fink en los proyectos literos del norte del país. 

“La cooperación vinculada a los minerales críticos es clave. De hecho, (Antony), Blinken -secretario de Estado norteamericano- estuvo abocado a la supervisión de este tema durante las últimas dos semanas”, confesó el embajador Stanley.  Blinken estuvo en el país el pasado 23 de febrero. 

Luego de su viaje a Israel, el Gobierno anunció inversiones de la empresa israelí Xtralit, cuyo director es Gerardo Tyszberowicz. Esta empresa está controlada por Halliburton Labs y Veligera Capital. ¿Quién posee el 8% de las acciones de Halliburton? BlackRock. Este proyecto minero también está vinculado a Eduardo Elsztain. Tyszberowicz siempre fue su mano derecha en los diferentes negocios que encaró el dueño de IRSA. 

Otros lobbistas

Otra persona encargada de “profundizar” los lazos entre las empresas norteamericanas (con su injerencia en el país) fue Susan Seagal, la presidente del Consejo de las Américas. Entre el 26 y 28 de febrero estuvo reunida con Caputo, Francos. el jefe de Gabinete, Nicolás Posse y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. 

Más cerca en el tiempo, el pasado 6 de marzo, el Consejero Comercial de la Embajada de EE.UU, Erik Olson, estuvo reunido con Fernando Blanco Muiño, subsecretario de defensa del consumidor, con el objetivo de coordinar “un plan de trabajo conjunto”. 

Tecnología para el control de la ¿población?

“Las empresas tienen que dejarle en claro al Gobierno cuáles deben ser las políticas públicas”, sostuvo Stanley. Cuando se retira el Estado, regulan los privados. El Gobierno de Milei dejó de controlar los precios al consumidor. La Ley de Abastecimiento feneció con el DNU. Sin embargo, desde el Gobierno vieron la oportunidad de favorecer un negocio vinculado al manejo de la información. Negocios digitales, como pregonó Stanley desde la AmCham. 

La semana pasada, Francos estuvo reunido con Natalia Motyl, Directora de Proyecto en Candormap, una aplicación que recopila datos privados para uso comercial. La economía de las aplicaciones. Pero eso no es todo. Detrás del lobby para el impulso de esta aplicación con fines comerciales (¿para beneficiar a quién?) se encuentra el Fondo Leniolabs-Avoncourt (especializado en servicios financieros, inteligencia artificial y tecnología de blockchain). Avoncourt está radicada en Alemania. 

También fue parte del lobby con Francos, la Fundación Libertad Humana, cuya directora ejecutiva es  Mercedes Colombres, ex periodista del diario La Nación. 

Fondos de Inversión

A su turno, el ministro Caputo sostuvo desde AmCham que negocia con el FMI un nuevo préstamo. Pero también dejó abierta la puerta para que los supuestos 15.000 millones de dólares que necesita el Gobierno para la dolarización provengan de otros fondos de inversión. 

Con el DNU en la mira, en las últimas semanas se desarrollaron varias reuniones con diferentes “fondos de inversión”, interesados en las privatizaciones de las empresas públicas y los posibles esquemas de negocios a partir de la desregulación que permite el DNU 70/23 El 4 de marzo, Francos estuvo reunido con Rory Macfarquhar, economista en jefe de Gemsstock LTD y  con Andrey Pavlichenkov, co fundador de Shiprock Capital (supo tener bonos de AySA), ambos fondos radicados en Londres. También se reunió con representantes de Bunge. 

El mismo día, el ministro del Interior recibió a varios directivos de la banca de inversiones vinculada al Santander Río. Concurrieron a la Casa Rosada Armando Armenta, vice presidente y economista en jefe de la entidad y Ashley James Dodd-Noble, socio de la entidad, entre otros.  El 21 de febrero, solo por citar algunos ejemplos, Francos recibió a representantes de la  JP Morgan (EE.UU), Ibiuna (EE.UU), Lord Abbet (Londres), Fourth Sail Cap (Dinamarca), entre otros.

¿El motivo del encuentro? “Reunión con fondos de inversión. Temas relativos a la coyuntura política, negociación de reformas con provincias”, indicaron desde Gobierno. 

El mismo día, pero por la mañana, estuvieron en la Rosada Deitz Richard, presidente de VR Capital Group Advisory Services (EE.UU) y el Fondo vinculado al grupo Rothschild & Co (Estados Unidos). En cada una de esas reuniones, la manzana (podrida) que entusiasmaba a los visitantes era la vigencia del DNU 70/2023.

Como muestra, otro ejemplo. El 7 de  febrero, estuvieron en la Rosada Yu Peter, gerente del fondo de inversión Cartesian Capital Group y Kezia McKeague, directora Ejecutiva de Cartesian Capital Group, accionistas de Fly Bondi.  “En el encuentro se habló de la desregulación del mercado aeroespacial a raíz del DNU 7023”, indicaron desde el Registro Unico de Audiencias. 

Alianza inédita

Estas son solo algunas de las reuniones que mantuvieron los representantes de los intereses norteamericanos y de Occidente con el Gobierno nacional. Tanto el DNU 70/23, como la Ley Omnibus buscan el desfalco de los principales activos del país, la pauperización social (que funciona como disciplinador).

Una alianza inédita; así lo destacó Stanley: "Toda acción tiene sus consecuencias. Pero también la inacción. Aprovechen este vínculo de alineamiento de Argentina hacia Estados Unidos. Hagan todo el lobby necesario", afirmó 

El discurso del embajador combinó una arenga para que el sector privado haga todo el lobby necesario para fortalecer el vínculo estrecho entre ambos países; también marcó una hoja de ruta: avanzar hacia las llamadas reformas estructurales para el progreso del país. Y lanzó una advertencia: “Estamos muy atentos a lo que vaya a decir la Corte sobre el DNU. La premisa es la seguridad jurídica”, cerró Stanley. El intervencionismo norteamericano, siempre presente. Todo en nombre de la libertad.