La devaluación del real brasileño combinada con la apreciación del dólar a nivel mundial le agregó presión a la política cambiaria del presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, y en los mercados empiezan a especular con un fuerte deterioro de la balanza comercial que hasta ahora se convirtió en la única fuente de ingreso de divisas.
Las dificultades para acumular reservas internacionales que muestra el BCRA y que fueron advertidas por el Fondo Monetario Internacional que recomendó una aceleración en la devaluación del peso, se pueden complicar aún más por el contexto internacional. La política de la Reserva Federal de mantener altas tasas de interés le dio un impulso al dólar a máximos en los mercados internacionales, pese a las señales de que la economía de Estados Unidos muestra una reducción en la inflación y crecimiento del nivel de empleo.
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El dólar fuerte empezó generar presión en los mercados emergentes, donde las monedas comenzaron a devaluarse. Ese efecto se potenció en Brasil con la política del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de confrontar al presidente del Banco Central, Roberto Campos Neto, de no bajar la tasa de interés.
“Somos rehenes de un sistema financiero que prácticamente domina la prensa brasileña. Nadie habla del tipo de interés del 10,25% en un país con una inflación del 4%. Al contrario, le hacen una fiesta al presidente del Banco Central. Quien haya organizado la fiesta debe estar ganando con estos intereses”, expresó Lula en la red social “X” el pasado 15 de junio, después de la decisión del BC de Brasil de mantener la tasa de política monetaria Selic pese a las señales de baja inflación.
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El real, sin embargo, se encuentra lejos de los máximos que alcanzó después de la devaluación de 1999 (cuando alcanzó los dos reales por dólar) o cuando Lula ganó la primera vuelta electoral en 2002 y la moneda norteamericana alcanzó el 10 de octubre los 4 reales por primera vez. Según un trabajo publicado por Folha de Sao Paulo, corregidos por la inflación estadounidense y brasileña, los 4 reales por dólar equivalen hoy a R$ 8,37. Es decir, para batir el récord de mayor valor del Plan Real, el dólar tendría que subir más de 54%.
La devaluación de enero de 1999, cuando el Plan Real abandonó el tipo de cambio establecido por el BC, generó una crisis en el plan de convertibilidad argentino que provocó una recesión de 3,4% ese año y que, bajo la presidencia de Fernando de la Rúa, el ministro Domingo Cavallo intentó corregir con la convertibilidad ampliada al euro, pero no lo logró.
En informes económicos que circularon este lunes en la city se empezó a advertir por la presión del real sobre el saldo de la balanza comercial. “Si bien el presidente Milei y el equipo económico enfatizan en que el dólar no se encuentra atrasado, la normalización del ciclo de pagos de importaciones, un tipo de cambio real más apreciado, en conjunto con un real brasileño debilitado comenzarán a deteriorar el saldo de la balanza comercial”, advirtió el banco corporativo CMF a sus clientes.
El saldo comercial de US$ 2.656 millones fue récord en mayo, pero construido sobre la recesión económica con importaciones que se desplomaron 32%. “Este saldo comercial favorable solo se mantiene mientras la economía está en recesión. Apenas repunte el nivel de actividad y con este creciente atraso cambiario, lo que va a pasar es que ese saldo comercial de positivo va a pasar a negativo y ese es el gran riesgo”, comentó a El Destape el economista Alfredo Schclarek Curutchet.
“El tipo de cambio real multilateral (TCRM) está peor que previo a la devaluación que tuvo que hacer Sergio Masa y está peligrosamente llegando al nivel que previo a la devaluación de Milei en diciembre”, agregó.
El TCRM mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los de los principales 12 socios comerciales del país, en función del flujo de comercio de manufacturas y lo elabora el Banco Central de la República Argentina a partir de un promedio ponderado de los tipos de cambio reales bilaterales de los principales socios comerciales del país.
El valor, al cierre de la semana pasada, era de 85,15 puntos respecto de Brasil menor al 95,49 puntos que registró en agosto del año pasado previo a la devaluación que decidió el equipo económico de Massa posterior a las elecciones PASO y acercándose a los 75,46 puntos previo a la devaluación de MIlei.
Las advertencias de atraso cambiario se suman a la caída del precio de la cosecha que se viene registrando en los mercados internacionales. El precio del maíz y la soja se ven presionados por las buenas perspectivas productivas en Estados Unidos, mientras que el trigo devolvió todo lo que había subido en virtud de mejoras climáticas y buenos datos iniciales de rinde en Rusia, indica en su informe semanal Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Por ahora, los exportadores reciben un dólar blend, producto de liquidar 80% en el mercado oficial y 20% en el financiero, lo que amortiguó la caída de los precios internacionales. “Pero como la merma externa es fuerte, no se lograron sostener los picos de precio previos, por lo que el ritmo de comercialización bajó en todos los productos”, dijo el analista y pronosticó que “con vencimientos de deuda a la vuelta de la esquina, se espera que los productores los atiendan más con maíz que con soja”.
El presidente Javier Milei negó este lunes que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le haya pedido a su gestión que devalúe en un 30%. “Eso es falso” , dijo el mandatario desde República Checa, en su última escala de la nueva gira por Europa. Pero el mercado no lo cree y lo reflejan en el valor de los activos argentinos, tanto de los bonos soberanos próximos a pagar amortización y renta como de las acciones de empresas que cotizan en Wall Street y que registraron fuertes pérdidas en las últimas jornadas.