(Por Miguel Angel Rouco). La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) definirán pasado mañana los nuevos niveles de producción para julio, con precios que acumulan casi 60% de suba en 2022 y un aumento de la demanda mundial y teniendo que reemplazar la producción de Rusia, bloqueada como consecuencia de la invasión sobre Ucrania.
El precio del barril del tipo Brent subió en los cinco primeros meses del año 57,8% mientras que la variedad WTI ganó 52,3% en el mismo lapso, luego de las operaciones registradas hoy en Nueva York, donde el crudo operó con altibajos ante versiones sobre un supuesto retiro de Rusia del seno de la OPEP+.
El barril de la variedad WTI cerró sin cambios en 115 dólares mientras que el tipo Brent subió 1% y se negoció en 122,80 dólares, según cifras consignadas por el New York Mercantil Exchange (NYMEX).
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Los analistas estiman que "es probable que la coalición OPEP+ se mantenga firme en sus planes de producción de petróleo, luego de que la Unión Europea (UE) acordó un embargo parcial para sancionar a Rusia".
El ministro de Economía y Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, alertó que Moscú recauda unos 800 millones de euros diarios con la venta de petróleo.
"El petróleo ruso aporta a Putin 800 millones de euros diarios. No podemos seguir financiando la guerra en Ucrania. Esta decisión cumple con ese objetivo", dijo Le Maire, en una entrevista publicada hoy en el diario Le Figaro.
De esta manera, el acuerdo contempla un veto del 90% del crudo ruso hasta finales de año, pero excluye el petróleo que abastece a Hungría, Eslovaquia y República Checa por el oleoducto Druzhba.
El embargo vetará antes del final del año todas las importaciones de petróleo ruso por barco, que suponen dos tercios del total.
El gas natural bajó hoy 5,87% y se pactó en 8,22 dólares por millón de BTU y acumula en lo que va de 2022 una suba de 68,8%.
Las posiciones en el seno del cartel petrolero están divididas, ya que entre los 23 países miembros, Arabia Saudita y sus sultanatos vecinos anticiparon que aumentarían los bombeos para reemplazar el aporte de Rusia, aunque la decisión final dependería de una negociación con Washington en el más alto nivel diplomático.
El repunte de precios del crudo se convirtió en el combustible de la ola inflacionaria que atraviesa el planeta y que está causando dolores de cabeza a todos los Gobiernos.
Para los analistas, los árabes tienen mucha capacidad ociosa y puede explotar sin problemas sus enormes reservas. Además, merced a la suba de precios, los sauditas pudieron recomponer su delicada situación fiscal, al punto tal que la empresa estatal petrolera Aramco pasó a ser la compañía con mayor capitalización bursátil del mundo.
Para Riad, la OPEP ya hizo todo lo posible para estabilizar los mercados globales.
No se trata solo de asegurar el suministro de crudo para reemplazar el aporte de los rusos aunque en este aspecto, los analistas difieren.
Hay quienes sostienen que las enormes reservas de los árabes pueden sustituir el embargo del crudo ruso.
Otros consideran que la OPEP es incapaz de cumplir con un aumento en la producción ya que la disminución de la inversión en los últimos años y la inestabilidad política en muchos países miembros afectan la capacidad de bombeo. Al mismo tiempo, sostienen que si China supera las restricciones por el Covid en el corto plazo y se normaliza el comercio mundial, la demanda superará ampliamente los esfuerzos de los árabes.
En suma, sin la producción de Rusia y con la vuelta a pleno de China, la oferta de petróleo será insuficiente y los precios permanecerán largamente encima de los 100 dólares.
La inflación es un riesgo político creciente para el presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, quien está dispuesto a negociar con los países árabes una mayor producción de crudo a cambio de un renovado acuerdo de suministro de material militar.
Los rodeos que están utilizando los países árabes tapan el entramado diplomático que envuelve a las negociaciones.
Los precios están subiendo no solo por la escasez de crudo, sino por la falta de capacidad de refinación en las naciones consumidoras para producir combustibles como la gasolina, dijo el ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salmán.
Biden manifestó su voluntad de viajar personalmente al reino saudita para negociar a agenda abierta y tratar de reconstruir las desgastadas relaciones entre la Casa Blanca y la dinastía Wahabi.
Riad podría eventualmente cambiar su posición, pero solo a cambio de un nuevo acuerdo con Washington que incluya una mayor dotación de equipamiento militar y un programa de seguridad integral, para reforzar su capacidad de defensa y de los sultanatos vecinos frente a la amenaza de los rebeldes huties de Yemen, apoyados por Teherán, en un intento por alcanzar un equilibrio de poder entre el reino saudita e Irán, en toda la zona del Golfo Pérsico y el Mar Rojo.
Si estas negociaciones prosperan, la presencia de Rusia dentro de la OPEP+ podría resultar difícil de sostener, tensaría los lazos con Moscú y correría el riesgo de desarmar el cartel petrolero.
Con información de Télam