Los trabajadores y trabajadoras de las industrias alimenticias de todo el país agudizan las medidas de fuerzas en reclamo de una actualización salarial. “Se ha resuelto continuar con nuestro plan de lucha con la presencia de todos los cuerpos orgánicos sindicales en las puertas de cada fábrica de alimentos por las próximas 48 horas”, sostuvo el titular de la Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación , Héctor Morcillo, en diálogo con El Destape. Luego de conocida la extensión de las medidas de fuerza, los representantes de la Federación fueron convocados a una audiencia en la secretaria de Trabajo para el jueves a las 11 horas, con el objetivo de seguir avanzando en las negociaciones paritarias.
La Federación Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA) definió el plan de lucha tras un Plenario de Secretarios Generales de la entidad gremial, donde se le otorgó el mandato al Consejo Directivo para implementar las acciones necesarias en el marco de un plan de acción.
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“Los paros de 2 horas por turno tuvieron un gran acatamiento entre las pequeñas y medianas empresas. Se sintió muy fuerte en Rosario, Santa Fe, Concepción del Uruguay, Córdoba, La Rioja. Los integrantes de la Cámara de empresas nos siguen tratando de manera despectiva; nos dicen que no nos deben nada cuando fueron ellos quienes remarcaron precios con la devaluación de diciembre y ahora nos quieren trasladar el ajuste a nosotros”, explicó Morcillo.
La Federación tiene injerencia sobre distintos rubros, ya sea la industrialización de la yerba, golosinas, panificados o la pesca en el sur del país. Según relató Morcillo en diálogo con El Destape, las empresas de todos estos rubros privilegiaron precio, por eso las remarcaciones que realizaron en diciembre “con un dólar ubicado supuestamente en los 1600 pesos”.
“Eligieron las remarcaciones y frenar la producción por caída del consumo”, denunció el secretario general de la FTIA.
Salarios
En apenas cinco meses de Gobierno, Javier Milei redujo los salarios medidos en dólares a la mitad, ubicándolos en sus mínimos históricos -solo superados en deterioro durante la hiperinflación- y como los más bajos de la región. La combinación de una política salarial de ajuste con una devaluación del 53 por ciento de la moneda, la más abrupta en un solo día desde la vuelta de la democracia, explican el piso en el que posicionan los salarios promedio de la economía, que representan al tipo de cambio actual 262 dólares.
En el caso de los salarios se encuentran en su menor valor desde la crisis de 2001-2002. Si se toma en cuenta el atraso cambiario –lo que hace prever algún ajuste en el horizonte de corto plazo—la caída en los salarios en moneda dura fue incluso más agresiva, tocando pisos inexplorados para la historia del país.
“En momento de apreciación, el salario suele real suele incrementarse, de la misma manera que tiende a caer con las subas de tipo de cambio. En estos meses se ha transitado solo la última de las dos experiencias: la devaluación conllevó una fuerte caída de los ingresos reales, llevándolos a mínimo en relación a otros países”, señaló un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).
La Argentina presenta de los salarios mínimos en dólares más bajos de la región, y la tendencia no es alentadora. La suba en el tipo de cambio no fue acompañado por un incremento del salario real “producto de la continuidad de corrección de precios relativos y la inercia por la persistencia en la indexación de contratos”.