Pandemia amarilla: Macri desfinanció hasta a la Organización Mundial de la Salud

Antes del surgimiento del COVID, con el organismo le había reclamado al expresidente por una “gravísima situación financiera”.

06 de marzo, 2021 | 00.05

Amigo de los recortes estatales, Mauricio Macri también había desfinanciado a la Organización Mundial de la Salud durante de su presidencia, un organismo clave en la lucha contra el coronavirus en el globo. Puertas adentro, el expresidente hizo lo propio con la tijera en el presupuesto de salud.

"No voy a callarme sobre cómo han destruido la salud pública. Ahora hay cola de gente que quiere vacunarse y, si no estuviera este hospital, no sabrían dónde hacerlo", reclamó Alberto Fernández el viernes en el operativo de vacunación en el Hospital del Bicentenario de Ituzaingó. En esa jornada, el país superó el millón de personas que ya cuentan con la primera dosis contra el Covid-19.

La poda presupuestaria fue tal durante la gestión de Cambiemos que hasta le quitaron los fondos a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2018 y 2019, un hecho que jamás había acontecido en la historia desde que Argentina forma parte de la entidad que integra el sistema de las Naciones Unidas especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en la salud. De hecho, la oficina regional para América de la OMS se vio en la obligación de llamarle la atención para que se ponga al día.

En una misiva dirigida al entonces secretario de Salud Adolfo Rubinstein, la directora de la OPS, Carissa Etienne, le informó sobre la “gravísima situación financiera”. Macri había dejado acumular una deuda de $ 123,1 millones al 20 de septiembre de 2019, fecha de la carta recuperada por El Destape. Esto incluía una porción de la cuota que le correspondía por 2018 y el 88% de la perteneciente a ese año.

En cada uno de esos dos períodos que lo vio a Rubinstein a cargo de la cartera, Argentina dejó de pagar U$S 2.914.500 a la máxima autoridad sanitaria del continente. Con esto acumuló un pasivo de U$S 5,8 millones del que sólo había abonado U$S 856.464 tarde, a lo largo de 2019.

Consecuencia de la deuda de Macri, la OPS le aclaró que había agotado por completo su fondo de trabajo. Aparte de esta cuenta operativa, aclaró la titular, “la organización dispone de pocos recursos operativos sin restricciones a los que pueda recurrir para satisfacer las necesidades de manera temporal a la espera del pago de las contribuciones de sus estados miembros”.

Tras esto, la entidad multilateral realizó una denuncia rotunda, que podría haber puesto en jaque sus operaciones tras la llegada del coronavirus. “Si los estados no cumplen con su compromiso y no remiten las contribuciones pendientes antes del fina del año (2019), la organización tendrá una reducción drástica de recursos en efectivo disponibles a comienzos de 2020 y no podrá hacer frente a los gastos operativos fijos más básicos”, advirtió. Este lastre debió ser encarado por el gobierno del Frente de Todos al asumir a fines de 2019.

Los recortes macristas del financiamiento sanitario o se limitaron a la OPS, no obstante. El presupuesto para Salud representaba el 0,94% del PBI en 2015, tras haber crecido ininterrumpidamente al menos desde 2007. Más allá de que no cubría todas las necesidades, desde ese momento arrancó una cuesta abajo que parecía imparable.

En 2016, la cartera de Salud recibió fondos sólo por el 0,9% del producto y en 2017 por el 0,89%. Una recesión redujo drásticamente el PBI del país. Sin embargo, Cambiemos logró que la disminución del presupuesto sanitario fuera aún mayor, al punto que en 2018 cayó al 0,82% y en 2019 al 0,79%. Consultado por esto en el programa Nobleza Hormiga por FM La Patriada, Rubinstein adujo a que se debió a una recolocación de programas a otras áreas, aunque eso no cubre la totalidad de la baja.

La pandemia y el deplorable estado de situación obligó a Alberto Fernández a reforzar el financiamiento. De este modo, elevó su participación al 1,2% del PBI en 2020, de acuerdo a los guarismos que estiman el presupuesto de este año elaborado por el Ministerio de Economía.

Esta visión de la salud pública deja en evidencia que muy diferente hubiera sido el encare de la pandemia si tocaba en momentos en que Macri le correspondiera sentarse en el sillón de Rivadavia. La empiria inclina a arriesgarse a una estrategia similar a la que aplicó Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, donde pulseó para rechazar la mayoría de las medidas de cuidados que recomendó el Ministerio de Salud nacional y luego privatizó el acceso a las vacunas a manos de clínicas amigas y dejó afuera al PAMI, como denunció su titular, Luana Volnovich. Después de esta denuncia recién el jefe comunal pensó en incluir a la obra social que nuclea a la mayor cantidad de mayores de edad.