La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) decidió mantener sin modificaciones para diciembre el incremento en la producción de crudo, pese a los pedidos del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, de acelerar el proceso para atender la creciente demanda.
Luego de una breve reunión, el cartel decidió incrementar la producción en 400.000 barriles diarios para diciembre, tal como era previsto, pese a las presiones de los países consumidores que consideran que dicho aumento es insuficiente.
La decisión de hoy asegurará un mercado estable y balanceado, señaló la organización en un comunicado difundido por la agencia Bloomberg.
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Asimismo, el comunicado advirtió que pese a que existe una extrema volatilidad e inestabilidad en algunos mercados energéticos, estos problemas se sitúan por fuera de las fronteras del mercado petrolero.
Un motivo de la resistencia de la OPEP, es el riesgo de que una mayor producción, si bien puede atender a la demanda actual, puede causar una caída pronunciada en el precio del barril. La organización estima que a principios de 2022, el mercado crudo volverá a una situación de excedente.
A eso se le suma el hecho de que la reanudación del diálogo prevista para fines de este mes entre Irán y otras potencias mundiales por el Acuerdo Nuclear, podría provocar el levantamiento de las sanciones a la nación persa y su consecuente reingreso en el mercado de crudo.
La OPEP decidió en mayo de 2020 un recorte de producción de 9,7 millones de barriles diarios, cerca del 10 % de la oferta mundial, ante el desplome de la demanda causado por las restricciones a la movilidad y a la actividad económica puestas en marcha para combatir la pandemia de Covid-19.
En julio pasado, los miembros pactaron una vuelta a la normalidad paulatina a razón de 400.000 barriles diarios por mes, con lo que el nivel prepandemia se alcanzaría recién en septiembre de 2022.
La idea de que Rusia, Arabia Saudita y otros productores no van a extraer más crudo para que las personas tengan gasolina para ir y volver del trabajo, no es correcta, apuntó el presidente de los Estados Unidos en una conferencia de prensa el último lunes.
En la misma sintonía, ese mismo día la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, culpó directamente a la OPEP por el alza en los precios.
En los Estados Unidos el precio de la gasolina avanzó un 42,1% interanual en septiembre, muy por encima del 5,4% de la inflación general de ese mismo mes.
La cifra es similar a las registradas durante la primera crisis del petróleo de los años setenta: durante 1974, el incremento interanual en el surtidor llegó a ser de hasta 43,3%.
Como forma de contener el precio, la Casa Blanca comenzó a utilizar sus reservas estratégicas de emergencia de crudo, las cuales cayeron de 638,1 millones de barriles a comienzos de año a 612,5 en la actualidad.
Al bajo ritmo de aumento de la producción del cartel, se suma el hecho de que algunos miembros como Nigeria y Angola no pudieron cumplir con estas metas.
El precio del barril se duplicó en lo que va del año incrementándose de unos US$ 40 a más de US$ 80, marcando máximos no vistos desde el 2014 en el caso del Brent.
Con información de Télam