OCDE prevé un escenario de desaceleración global y asegura que Argentina caerá 2% este año

Las previsiones en materia de crecimiento del organismo son más benévolas que las FMI, pero anticipan que se mantendrán las tensiones inflacionarias.

19 de septiembre, 2023 | 12.24

En su último reporte de previsiones globales, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) anticipa un escenario de bajo crecimiento y tensiones de precios, donde Argentina no será la excepción. "Después de un comienzo de 2023 más sólido de lo esperado, ayudado por los menores precios de la energía y la reapertura de China, se espera que el crecimiento mundial se modere. El impacto de una política monetaria más estricta es cada vez más visible, la confianza de las empresas y los consumidores ha disminuido y la recuperación en China se ha desvanecido", señala el informe de septiembre de la organización. En ese contexto, anticipa para la Argentina tendrá una caída de la actividad económica del 2 por ciento este año y de 1,2 por ciento el próximo, con un nivel de inflación que se mantendrá alto.

Se prevé que el crecimiento del PBI mundial se mantendrá por debajo del promedio en 2023 y 2024, en un 3 y 2,7 por ciento respectivamente. En el caso argentino, las previsiones de actividad económica son menos pesimistas que las del Fondo Monetario, que anticipa una caída para este año del 2,5 por ciento. Sin embargo, el reporte de la OCDE advierte sobre altos niveles de inflación, con un promedio de 118,6 por ciento este año y de 121,3 por ciento el próximo. 

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En cambio, se proyecta que el crecimiento del PBI en otras importantes economías de mercados emergentes asiáticos, India e Indonesia, se mantendrá relativamente estable en 2023 y 2024: alrededor del 6 por ciento para la India y el 5 por ciento para Indonesia. Las perspectivas de crecimiento en el resto de las economías de mercados emergentes del G20 son bastante variadas y dependen en gran medida de circunstancias nacionales específicas, como los desafíos de la alta inflación en Argentina y Turquía, y las fluctuaciones en los precios de las materias primas. 

En general, excluyendo a China, se observa una modesta mejora en el crecimiento entre las economías de mercados emergentes del G20 durante 2023-24. "Se espera que el crecimiento anual del PBI en Estados Unidos se desacelere del 2,2 por ciento este año al 1,3 por ciento en 2024, a medida que las condiciones financieras más estrictas moderen las presiones de la demanda", señala el documento de la organización.

En la zona del euro, donde la demanda ya es débil, se prevé que el crecimiento del PBI se desacelere hasta el 0,6% en 2023 y aumente hasta el 1,1 por ciento en 2024 a medida que se desvanezca el impacto adverso de la alta inflación sobre los ingresos reales. Se espera que el crecimiento en China se vea frenado por la debilitada demanda interna y las tensiones estructurales en los mercados inmobiliarios, disminuyendo al 5,1 por ciento en 2023 y al 4,6 por ciento en 2024.

Tasas y comercio

El informe destaca, además, que se mantiene la incertidumbre sobre la fuerza y la velocidad de la transmisión de la política monetaria y la persistencia de la inflación son preocupaciones clave. Los efectos adversos de las tasas de interés más altas podrían resultar más fuertes de lo esperado, y una mayor persistencia de la inflación requeriría un ajuste adicional de las políticas que podría exponer las vulnerabilidades financieras. "Una desaceleración mayor de lo esperado en China es un riesgo clave adicional que afectaría el crecimiento de la producción alrededor del mundo", agrega. 

Para el organismo, la política monetaria debe seguir siendo "restrictiva hasta que haya señales claras de que las presiones inflacionarias subyacentes han disminuido de manera duradera". Las tasas de interés de política parecen estar en su punto máximo o cerca de él en la mayoría de las economías, incluidos Estados Unidos y la zona del euro, y los juicios sobre políticas se equilibran más finamente a medida que los efectos de las tasas de interés más altas se hacen visible.

"Los gobiernos se enfrentan a crecientes presiones fiscales derivadas del aumento de la carga de la deuda y del gasto adicional en el envejecimiento de la población, la transición climática y la defensa. Se necesitan mayores esfuerzos a corto plazo para reconstruir el espacio fiscal y planes fiscales creíbles a mediano plazo para alinear mejor las políticas macroeconómicas a corto plazo y ayudar a garantizar la sostenibilidad de la deuda", detalla en su extenso informe la OCDE. 

El PBI mundial avanzó a un ritmo anualizado del 3,2% en el primer semestre de 2023 en comparación con el segundo semestre de 2022, algo más fuerte de lo esperado hace unos meses. El crecimiento fue comparativamente sólido en Estados Unidos y Japón, pero débil en la mayor parte de Europa, particularmente en Alemania. Entre las economías de mercados emergentes del G20, las sorpresas de crecimiento han sido en su mayoría positivas en lo que va del año, especialmente en Brasil, ayudado por resultados agrícolas favorables relacionados con el clima, India y Sudáfrica.

A diferencia de la producción mundial, los volúmenes comerciales aumentaron más lentamente de lo esperado en el primer semestre de este año, y la intensidad comercial diminuyó. "Los volúmenes del comercio de mercancías han sido particularmente débiles, especialmente en las principales economías avanzadas, y el comercio mundial de bienes cayó un 2,5 por ciento en el año transcurrido hasta junio. El comercio de servicios se ha mantenido mejor, ayudado por el turismo que continúa recuperándose con fuerza de la pronunciada caída registrada en la primera parte de la pandemia de COVID-19", concluye la OCDE.