El costo de la deuda soberana a nivel mundial se duplicará en los próximos tres años, como resultado de las subas de tasas de los principales bancos centrales del mundo. Esto le colocará mayores presiones a los Estados, según estimaciones del grupo de gestión de activos londinense Janus Henderson.
Los costos de intereses de los gobiernos alcanzarán 2,8 billones de dólares para 2025, lo que limitará el gasto fiscal y el gasto gubernamental en áreas económicamente productivas, según el director de ingresos fijos de la multinacional, Jim Cielinski.
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Esto hará que los gobiernos sean aún más dependientes de los mercados de bonos, incrementando las posibilidades de confrontaciones entre los Estados y los bonistas. Cielinski indicó que la decisión del gobierno británico de revertir una serie de recortes en los impuestos "derivó en fuertes tensiones financieras en los fondos de pensiones" y el actual debate en el Congreso estadounidense sobre el límite de deuda son ejemplos de que "el gasto deberá mantenerse a raya" para conformar a los mercados.
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Es decir, no habrá peor momento para endeudarse que en los próximos años. Esta situación contrasta con la era de tasas ultra bajas, deuda a bajo costo y de programas de compras de bonos por los bancos centrales, que caracterizó la década posterior a la crisis financiera de 2008 y que tuvo a su mayor exponente a la política ejercida durante la pandemia de Coronavirus.
Ahora, por el contrario, las entidades monetarias no sólo suben las tasas, sino que se desprenden de sus tenencias de bonos. Según un índice que elabora Janus Henderson, los costos de intereses gubernamentales crecieron en un 21% en 2022, el mayor porcentaje desde 1984.
En tanto, la masa total de deuda soberana creció 7,6% y alcanzó un récord de 66,2 billones de dólares. "Pasamos por casi dos décadas de un gran endeudamiento que no impactaba mucho en las tasas de interés. Esa etapa terminó y el problema fiscal será probablemente uno de los problemas que definirán la próxima década", afirmó Cielinksi a la agencia Bloomberg.
Además, consideró que, una vez que los bancos centrales recorten eventualmente las tasas, las dejarán luego en un punto de equilibrio más elevado que los "pisos extremos de los años recientes" donde incluso, en algunos casos, como en Europa, llegaron a ser menores a cero.
Leve baja en 2022
El volumen de deuda de la economía mundial experimentó el año pasado su primera caída anual en dólares desde 2015, gracias en parte al repunte del crecimiento tras la pandemia, pero también a la inflación. El valor nominal de la deuda mundial se redujo en 4 billones de dólares en 2022, lo que la situó ligeramente por debajo del umbral de 300 billones de dólares alcanzado en 2021, según un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).
Sin embargo, la caída fue impulsada en su totalidad por los países más ricos, cuya deuda total se redujo en unos 6 billones de dólares, hasta los 200 billones. La deuda de los países en desarrollo alcanzó un nuevo máximo histórico de 98 billones de dólares, siendo Rusia, Singapur, India, México y Vietnam los países que registraron los mayores aumentos.
"La carga de la deuda pública externa de muchos países en desarrollo empeoró debido a las fuertes pérdidas de las monedas locales frente al dólar", declaró el IIF.
La relación entre la deuda mundial y el PIB se redujo en más de 12 puntos porcentuales, hasta el 338% del PIB, lo que supone el segundo descenso anual consecutivo. Pero la mejora fue de nuevo impulsada por los mercados desarrollados, que experimentaron una caída global de 20 puntos porcentuales hasta el 390%. El ratio de deuda de los mercados emergentes aumentó 2 puntos porcentuales, hasta el 250% del PIB.