Los datos sobre la situación del mercado de trabajo para el primer trimestre de este año muestran, a nivel general, un repunte de la actividad y el empleo, que alcanzan tasas históricas, y una baja en la desocupación que se encuentra a niveles del 2015, según publicó el Indec. Sin embargo, al poner el ojo en lo que sucede en cada franja etaria se advierte que la tasa de desocupación de los jóvenes menores de 30 años triplica el nivel registrado para el grupo de 30 a 64 años, además sostienen un nivel de empleo no registrado que se encuentra históricamente en torno al 60%.
En otro extremo, datos privados indicaron que en los últimos doce meses casi el 70% de las empresas argentinas no tomó empleados mayores a 55 años, y más de la mitad afirmó que la edad es tenida en cuenta al momento de contratar. La informalidad laboral para esta franja etaria superó el 35% en 2022.
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Desempleo, informalidad y precariedad están entre las problemáticas centrales tanto para la juventud como para los adultos mayores que necesitan trabajar en una coyuntura donde, según los datos oficiales, la suba de ocupados se explica en gran medida por el incremento de personas “sin descuento jubilatorio” por arriba de los registrados.
Realidad laboral en 2023
Al observar qué sucedió en materia de desocupación, a nivel general la tasa se ubicó en 6,9% (-0,1 punto vs 2022) en tanto que, al analizar por franja etaria, se evidenció una situación menos favorable para las y los menores de 30 años. En el caso de las mujeres de 14 a 29 años, la tasa se ubicó en niveles altos (16,9%), un número similar a igual período del 2022 mientras que, en el caso de los varones, la tasa se incrementó 1,4 puntos (llegó a 12,8%). En ambos casos triplican la tasa de desempleo registrada para la franja etaria de 30 a 64 años. En la misma línea, se si observa la composición de ese segmento, se destaca que los varones de 14 a 29 incrementaron su participación entre los desocupados en 3,2 puntos (de 22,5% a 25,7%) y lo mismo sucedió con las mujeres jóvenes cuya participación creció 1,7 puntos (de 25,3% a 27%).
Por su parte, dentro de la población activa la tasa alcanzó el 48,3%, con una mejora de casi dos puntos con respecto a igual trimestre del 2022. Al desagregar por grupo etario, se observa que las mujeres de 14 a 29 años alcanzaron una tasa de actividad del 43,9%, lo que implica 3,6 puntos por arriba del año pasado, aunque se encuentran 27 puntos por debajo de la franja de 30 a 64 años. En el caso de los varones de 14 a 29 años la tasa de actividad, al igual que a nivel general, es más alta que la de las mujeres, llega al 54,3%, también con una importante suba (2,9 puntos porcentuales) comparado con inicios del 2022, pero unos 38 puntos por debajo de la tasa de los varones de 30 a 64 años.
A nivel del empleo, la población ocupada llegó al número más alto desde 2017 (45,0%) y se destacó una mejora generalizada entre los segmentos etarios. En el caso de las mujeres de 14 a 29 años, la tasa llegó al 36,5%, un incremento de 3 puntos comparado con solo un año atrás, aunque nuevamente la brecha con la franja de 30 a 64 años que mide el Indec es de unos 30 puntos. Por su parte en los varones de 14 a 29 años, el empleo creció al 47,4%, con una mejora de casi dos puntos con relación al 2022, con amplía diferencia aún en relación a la franja de mayor actividad (88,7% para 30 a 64 años).
Si se analiza la composición de la población ocupada en los 31 aglomerados urbanos se observa que las personas de menos de 30 años en edad laboral tienen una participación del 22,9% en el total, prácticamente sin cambios con relación a hace un año atrás.
Jóvenes: más desempleo e informalidad
El promedio de los últimos años muestra que la desocupación para la franja etaria de hasta 29 años se mantiene en torno al 25%, muy por arriba del resto de los grupos etarios. Asimismo, al analizar la situación del empleo no registrado, los niveles se encuentran históricamente en torno al 60%, superando en más del doble a la tasa de las de las personas de entre 35 a 59 años (28%), según datos del Ministerio de Trabajo nacional.
Un estudio presentado recientemente por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA analizó el escenario laboral en Argentina tras el impacto de la pandemia por Covid-19 e indicó que, en 2022, “las posibilidades de acceder a un empleo pleno de derechos fueron menores para los jóvenes (34,5% frente al 43,5% de 2010) que para los adultos (47,2%), mientras que sólo el 29,3% de los adultos mayores activos accedieron a empleos de calidad (frente al 33,9% de 2010). Con respecto a la participación en el Sistema de Seguridad Social también se observó que los jóvenes tienen menor participación que los adultos, 56,6% y 42,7% respectivamente, mientras que un 60,6% de los adultos mayores ocupados están fuera del sistema. En el caso de las y los trabajadores cuentapropistas, dada la mayor precarización, los jóvenes llegan a un porcentaje de falta de aportes que escala al 77,3%.
Al analizar los ingresos laborales la investigación se refirió a la “persistente heterogeneidad” que llevó a que al tercer trimestre del 2022 la media de ingreso mensual laboral para los jóvenes fuera inferior a la de los adultos, $67.852 y $ 88.221 respectivamente, además los trabajadores con subempleo inestable obtuvieron solamente un promedio de ingresos de $30.113.
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Un panorama claro de la situación de las y los jóvenes da cuenta de que “el 75% tiene problemas para encontrar trabajo en la región, y en Argentina ese número aumenta a 86%”, según datos de la consultora Manpower. Además, el estudio que se realizó en 14 países de América Latina a jóvenes de entre 18 y 29 años, indicó que el 70% no está trabajando, el 81% busca un empleo y un 40% lleva más de 6 meses en la búsqueda. Otro dato que se destacó es que “los jóvenes ponen grandes esfuerzos por formarse”, ya que el 34% obtuvo una licenciatura o tiene una carrera técnica no terminada, mientras que el 32% se graduó en la educación superior. Lo que significa que “más del 60% de los jóvenes pasaron por los claustros universitarios e incluso”.
En complemento, datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertaron que en la región “hay 9,4 millones de jóvenes desempleados, 23 millones no estudian ni trabajan, y más de 30 millones sólo consiguen empleo en condiciones de informalidad”. En relación, “la tasa de participación laboral de los jóvenes ha estado descendiendo en forma persistente desde el año 2000, pasó de 53,7% en ese año al 48,7% en 2020,” mientras que la tasa de informalidad llega al 62% para los jóvenes, 10 puntos porcentuales mayor que la de los adultos.
Adultos mayores: crece el empleo precario
Las limitaciones al momento de ingresar al mercado laboral que exigen, paradójicamente, más años de experiencia a las y los jóvenes, también afectan a la población adulta, sobre todo de más de 50 años, que busca empleo pero encuentra permanentes barreras para acceder a un puesto.
Durante los últimos doce meses el 68% de las empresas argentinas no tomó empleados mayores a 55 años, y un 55% de las empresas afirma que la edad es tenida en cuenta al momento de contratar. Estos datos se desprenden de un relevamiento realizado por la consultora de empleo Bumeran en varios países de Latinoamérica que identificó algunos de los impedimentos para esta franja etaria al momento de encontrar una fuente de trabajo, pocos años antes de lograr jubilarse.
Según se observó, sólo el 26% tomó menos de cinco personas de más de 55 años, el 4% a menos de 20 y el 2% a menos de 10, en tanto que “el 62% no indica el rango etario solicitado en los avisos de búsqueda laboral, el 23% confirma que sí lo hace y el 15% solo en algunos casos”. La situación local es semejante a los otros países de la región, en Ecuador el 74% no tomó a una persona de 55 años o más en el último año, en Perú fue el 53%, en Panamá el 53% y en Chile el 52%.
En relación, el informe de la UCA antes mencionado dio cuenta de que los adultos mayores registraron en 2022 un nivel de empleo precario mucho mayor que los demás grupos etarios, ya que “el 35,5% de los adultos mayores activos accedieron a empleos de esa calidad”, más de 10 puntos por arriba de los jóvenes y adultos activos.
Otro aspecto que se desprende de dicha encuesta laboral es que para muchas empresas el tope etario es incluso menor, ya que no registran contrataciones de personas que superen los 45 años. En Argentina “un 28% de los consultados no tomó a personas de más de 45 años en el último año y el 40% solo a menos de 5”. Por su parte, un 33% sostuvo que otro limitante tiene que ver con la juventud de la persona, ya que “puede ser determinante cuando por ser joven la persona no tiene la experiencia suficiente para el puesto”.
Panorama general
Según los datos difundidos por el Indec para el primer trimestre del 2023, la tasa de desocupación fue de 6,9%, 0,1 punto por debajo del 2022 (7%), abarcando a 1.550.000 personas. “Se mantiene dentro de los niveles más bajos registrados desde el primer trimestre de 2015”, señaló un informe del CEPA y mostró que se trata del menor registro para un primer trimestre desde 2017, cuando la tasa había sido del 9,2%, seguida por 9,1% en 2018, por 10,1% en 2019, y luego 10,4% en 2020 y 10,2% en 2021.
En relación se agregó que “este proceso se dio como resultado del crecimiento del empleo, en relación con el primer trimestre de 2022, de unos 608 mil casos, el cual fue levemente inferior al crecimiento de la PEA durante el mismo período (638 mil casos), manteniendo casi en los mismos niveles la cantidad de desocupados absolutos en términos interanuales (+30 mil casos)”.
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En cuanto a la tasa de actividad, que mide la población económicamente activa sobre el total de la población, se registró una mejora de 1,8 puntos porcentuales respecto del primer trimestre de 2022. Por su parte, la tasa de empleo, que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total, mostró una mejora con relación a idéntico trimestre del año anterior, incrementándose en 1,7 puntos porcentuales.
Un aspecto importante que analizó el centro de estudios es que “la tasa de crecimiento de ocupados se explica mayoritariamente por el incremento de la cantidad de ocupados “sin descuento jubilatorio” (8,9%), aunque la tasa de empleo “con descuento jubilatorio” creció también de manera significativa (+4,3%)”. Finalmente, tanto la tasa de ocupados demandantes y como la subocupación se redujeron respecto al mismo trimestre del año anterior en 0,7% y 0,6% respectivamente.