La desregulación del sector farmacéutico que habilitó el decreto 70 de diciembre último abrió un escenario de vertiginoso deterioro en la Salud de la población. En poco más de cuatro meses, la venta de medicamentos de venta libre se redujo un 35 por ciento, mientras que en la categoría de recetados, la comercialización bajó un 21,5 por ciento; a lo que se suman el cierre de cuatro establecimientos en las últimas semanas (un mayorista y tres minoristas) y el desfinanciamiento de laboratorios públicos. Todo esto redundó en un aumento de precios de los remedios que ya duplicó a la inflación, detalló a El Destape el titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), Marcelo Peretta.
En una entrevista exclusiva con ese medio, el directivo señala una serie de negociados que están llevando a cabo los laboratorios que, como prenda de canje por los aportes a la campaña presidencial de Javier Milei, acorralan las decisiones del Ministerio de Salud. “Con Richmond, Bagó y todo el Grupo CILFA (Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos), el Gobierno está rodeado y condicionado; y así es cómo le imponen al Ministerio de Salud, por ejemplo, que se pase de categoría medicamentos recetados a venta libre”, señala Peretta.
Según explicó el directivo, este cambio de categoría permite a los laboratorios aumentar su precio sin restricción, al tiempo que los desobliga de autorizar descuentos como en el caso de los recetados. El resultado final es que la gente se enferma más y no se puede tratar. “Dos de cada diez tratamientos recetados no se cumplen, porque la gente no lo puede pagar”, resume el titular de SAFYB.
--Desde el sector farmacéutico apuntan por la suba de medicamentos a los grandes laboratorios. ¿Cómo funciona la cadena de comercialización?
--Hay un fuerte enfrentamiento entre farmacéuticos y laboratorios porque están abusando de su condición dominante, oligopólica, para aumentar los medicamentos por encima de la inflación. Todo esto, sin importarle condiciones importantes: a) si la gente los puede pagar; b) si los tratamientos se cumplen o no y eso deriva con un incumplimiento terapéutico y c) si la farmacia baja su rentabilidad y por lo tanto se funde o no puede pagar los sueldos. Estas cosas no les importan y encima tienen el aval del Gobierno.
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--¿A qué se refiere con aval para este sector en particular?
--El decreto 70/23, capítulo 11 (Farmacéutico), autoriza a los laboratorios a hacer lo que quieran, como aumentar los precios sin control. Vienen duplicando el nivel de la inflación solo en lo que va del gobierno de Milei. El Gobierno incluso les limpia la cancha, porque el decreto busca desfinanciar y cerrar a los laboratorios públicos, con lo cual ni siquiera aceptan competencia. Ya están bastante oligopolizados en sector privado y, encima, no quieren que un pequeño grupo de laboratorios, que no es más del 10 por ciento, que son públicos y producen para ciertas intendencias que son más carenciadas y no tienen los recursos, pueda operar. Ni siquiera permiten eso. Entonces, por un lado, ves el decreto 70, y después las críticas a las prepagas del ministro de Economía, Luis Caputo, del propio presidente Milei y su vocero Manual Adorni y, mientras, no dicen absolutamente nada del precio de los medicamentos, que es el 40 por ciento el costo de las empresas de medicina privada, se ve una fuerte inconsistencia.
--¿Sostiene que hay una doble vara?
--Y, por qué haces tanto acting contra las prepagas y no se menciona a los laboratorios. Si realmente querés suspender el aumento de las prepagas, suspendés el capítulo farmacéutico del decreto 70/23 y listo. Todo vuelve a quedar bajo pedidos de autorización. Hay que exponer estas inconsistencias, porque si no, la situación se hace inviable.
--Con el transcurrir de los días va quedando en claro que el mercado no se autorregula.
--Soy pro-mercado y tengo un perfil liberal. Pero cuando analizas la Salud y, específicamente, en materia de medicamentos, es distinto a si libero el mercado de los celulares, y de los automóviles. Si sube el precio de un auto no pasa nada. Cuando baje lo pagarán. No le cambia la vida a la gente, un celular, una computadora o un automóvil. Ahora cuando usas linealmente el mismo método para los medicamentos es porque no se tiene idea de la diferencia que hay entre estos productos y un medicamento; y de su vínculo directo con la Salud y la vida. Y es lo que está pasando en la Argentina, donde la población perdió acceso a medicamentos, que ya lo venía haciendo (porque los laboratorios no cumplían los acuerdos de precios que firmaban con el gobierno anterior).
--¿Esas inconsistencias tienen que ver con el lobby de los laboratorios o una forma de ver los negocios este Gobierno?
--Los laboratorios le dejaron al zorro en el gallinero, lo que les permitió aumentar el doble de la inflación. Los cargos que consiguieron en el Ejecutivo, deja en evidencia el aporte de plata en la campaña presidencial. Pero, aparte, se aseguran que el ministro de Salud, Mario Russo, les responda directamente a ellos sin ningún tipo de consecuencia.
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--Además de la suba descontrolada de precios, ¿Qué otras concesiones lograron?
--A pesar de que nos opusimos con la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, a cambiar de categoría a 22 medicamentos que estaban bajo venta registrada a venta libre, lo hicieron. Esto implica que aumentan el precio y que ya no tienen el descuento de obra social y prepaga.
--El Gobierno lo vende como un beneficio para el consumidor.
--Técnicamente le decimos el ‘switch’ al pase venta con receta a venta libre. Eso beneficia exclusivamente al laboratorio, porque se desobliga de los descuentos, va directamente al consumidor, después saca una publicidad en la televisión, duplica el precio y se vende en cualquier establecimiento. Con lo cual el laboratorio multiplica sus ganancias sin importarle la sobre-utilización de medicamentos y la automedicación.
--¿Cómo resisten las farmacias?
--Como sindicato, recibimos 28 pedidos de alerta, ya sean droguerías (mayoristas) y farmacias, aduciendo una situación crítica. Nos avisan que van a bajar la nómina de personal y nos dijeron literalmente: ‘si conocen un comprador, pasen los datos porque nos pusimos a la venta’. De este total, cuatro establecimiento ya cerraron (3 farmacias y una droguería) en todo el país.
--¿Y el impacto en los pacientes?
--Al paciente le da vergüenza reconocer que no los puede pagar. Viene, consulta por una receta, donde a veces hay tres o cuatro medicamentos recetados y te dice: ‘bueno, dame uno’. Lo que se llama técnicamente una receta caída. Es un tema que hace a la Salud Pública. La caída de los medicamentos en venta libre no es tan preocupante, porque no están sujetos a un tratamiento. Pero si el paciente no toma medicamentos recetados es clara la consecuencia: la enfermedad se recrudece.
--¿Cómo son las caídas por categoría?
--Nosotros registramos una caída del 35 por ciento en medicamentos de venta libre y de 21,5 por ciento en los recetados. Por esto último, es que afirmamos que dos de cada diez tratamientos no se cumplen, porque la gente no lo puede pagar. Si una persona se bajó de la prepaga porque no la puede pagar o perdió su trabajo y no tiene obra social, está claro que ahí hay una pérdida en las ventas. Ahora son los laboratorios Richmond, Bagó y todo el Grupo CILFA está más rodeado y condicionado. Así, es cómo le imponen al Ministerio de Salud para que se pase de categoría de medicamentos recetados a venta libre, mientras se impide que se pueda comprar las vacunas del dengue. Y todos los problemas que van a venir con el invierno.