Los beneficios visibles y ocultos de las empresas en manos del Estado

El bastardeo a la gestión pública de las compañías esconde los números reales y el impacto a veces menos visible en la economía.

29 de octubre, 2022 | 00.05

“¿Para qué?” se preguntó Mauricio Macri en el nuevo libro impreso que lleva su nombre en la autoría. Frondosas páginas le dedicó a la puesta en duda de la gestión estatal de compañías, con particular foco en Aerolíneas Argentinas. El zoom en el gasto público que implica el mantenimiento de las operaciones de estas sociedades busca excluir el impacto económico a veces oculto pero para nada menor que generan en la sociedad. Esto sin considerar la eficiencia en el manejo de los recursos que en casos deriva en superávit financiero.

El debate que inició Macri por las sociedades del Estado adelantó una de las políticas fundamentales que planea en caso de que retorne a la Presidencia en 2023. La decisión de Carlos Menem de entregarle “las joyas de la abuela” a sus amigos en operaciones que involucraron sobornos y consecuencias irreparables para el país vuelve a la memoria por las palabras a la prensa del ex ministro de Transporte de Cambiemos Guillermo Dietrich en la inauguración de la segunda publicación de su jefe: “Las empresas públicas son perfectamente privatizables”.

Resulta el de quizás mayor impacto el caso de la aerolínea de bandera, el ariete del fundador del PRO. Vaciada por Marsans tras la privatización, si el Congreso no avalaba el pedido de reestatización de Cristina Kirchner, hubiera quedado en el olvido. En la pandemia, cuando todos los estados en los países desarrollados se hicieron de una porción o todo el paquete accionario de sus aerolíneas, Argentina no podría haber comenzado la campaña de vacunación en diciembre de 2020 si no contaba con una empresa propia que le garantice independencia del cruel mercado del mejor postor que rigió.

Durante 2021, el Estado le aportó $ 65.796 millones a Aerolíneas Argentinas. No puede desestimarse, sin embargo, que $ 35.180 millones luego fueron recaudados nuevamente por Nación en concepto de impuestos y tasas. Es decir, más del 50% de lo que el Tesoro invierte vuelve de manera directa al erario público.

Aún en 2019, con una perdida récord y un contexto operativo estable, Aerolíneas aportó US$ 3.500 millones al PBI en concepto de producto bruto aeroportuario e ingresos generados por el turismo. Este último sector fue revitalizado en 2020, 2021 y 2022 gracias al impacto que generó el PreViaje del Ministerio de Turismo.

En el marco de la presentación del Presupuesto 2023 por parte del Ministerio de Transporte ante la comisión de Presupuesto y Hacienda, la empresa confirmó que estima una reducción de los aportes del Estado para el año próximo de US$ 102 millones. A su vez, los US$ 412 millones proyectados resultan US$ 19 millones menos que en 2019, el último año de Macri. Más aún, la partida para el próximo año significa un 0,31% del total del Presupuesto Nacional, mientras que en 2019 había sido del 0,48%.

En lo que va del año, Aerolíneas tan solo ejecutó del 48% del presupuesto actual, por lo que recibió $ 34.700 millones de los $ 72.000 millones presupuestados. El balance 2021, aprobado por la Auditoria General de la Nación y auditado por la firma internacional KPMG, arrojó un resultado negativo de US$ 438 millones. Si se los compara con los US$ 667 millones de 2019 significan una reducción de la pérdida de US$ 229 millones. Esto implicó una reducción del 34% respecto a 2019.

El año pasado, en la región todas las compañías tuvieron resultados negativos. A excepción de Copa Airlines, que registró un saldo positivo de US$ 50 millones, LATAM perdió US$ 4.084 millones, Gol US$ 1.366 millones, Aeroméxico US$ 1.043 millones y Azul cerró un balance rojo de US$ 886 millones.

Para fin de año, Aerolíneas Argentinas estima haber transportado 11 millones de pasajeros, de acuerdo a las proyecciones oficiales a las que accedió El Destape. Con esto habrá recuperado en su totalidad el mercado doméstico pre COVID. Para 2023, la empresa apunta a transportar 13 millones de pasajeros, con lo que igualaría la cifra de 2019.

Hoy, la compañía estatal presidida por Pablo Ceriani opera a 37 destinos domésticos y 21 internacionales. Esto implica dos destinos domésticos más que en 2019 y una ruta internacional adicional. Esto se adiciona a las 48 rutas intertramos y conexiones internacionales a las provincias.

El vaciamiento de Macri

Durante la gestión de Cambiemos, en Aerolíneas Argentinas se cerraron las rutas de Caracas, La Habana, Brasilia y Barcelona. Hoy, la compañía nacional recuperó nuevamente Brasilia y La Habana.

Mariano Recalde había entregado en 2015 la llave de su despacho con un patrimonio neto de la sociedad de US$ 75,9 millones y US$ 200 millones en concepto de liquidez. Cuatro años después, Macri hundió el patrimonio a un negativo de más de US$ 450 millones, a la par de que les entregó decenas de operaciones a las compañías aéreas de sus amigos. Además de eso, bajo el fundamento de una supuesta reducción de los aportes del Estado, Aerolíneas comenzó a tomar deuda privada.

En 2019 se produjo el levantamiento de las operaciones de varias compañías que no sobrevivieron a la denominada “revolución de los aviones” impulsada por Guillermo Dietrich, desde el Ministerio de Transporte. Así, fue que Andes, Avian y Norwegian dejaron de volar entre mediados y fines de 2019.

Algunos meses después, el 17 de junio de 2020, LATAM Argentina anunció el cierre de su filial en el país adjudicándolo a la crisis y “al complejo contexto de la pandemia y sus consecuencias a largo plazo”. La filial local venía de tres años con pérdidas millonarias y resultados negativos en sus balances gracias a la misma “revolución” de Dietrich.

El Estado eficiente

La privatización fue una estrategia regional que utilizó la derecha en Latinoamérica para entregarle a los amigos del poder las empresas estratégicas más importantes. Este flujo de ingresos a las arcas del Estado también se aprovechó para prorrogar la vigencia de modelos económicos inviables socialmente. Las compañías públicas no necesariamente deben generar ganancia financiera, sino que muchas veces cumplen un rol de garantizar autonomía y soberanía, además del impacto económico positivo no tan visible.

En el país, la familia Macri se había quedado con el Correo Argentino. La decisión del ahora ex presidente y su difunto padre, Franco, de no pagar el canon al Estado le valió la quita de la concesión y el retorno a una órbita en donde funcionaba correctamente. Ahora presidida por Vanesa Piesciorovski, la sociedad actúa como una herramienta fundamental para incluir en las políticas públicas a poblaciones alejadas de las urbes, además de que compite con las plataformas de ventas por Internet.

Hoy día, la empresa realiza la distribución y entrega de paquetería puerta a puerta de la principal plataforma de e-commerce en las provincias a las que solo llega Correo Argentino, especialmente en el norte y la Patagonia, y cuenta con 1.432 sucursales en todo el país. Oficia como la ventanilla del Estado Nacional con más posiciones en el territorio, más que cualquier organismo público, por lo que muchas de estas sucursales son la única ventanilla del Estado en sus lugares.

Es el Correo quien garantiza que las asignaciones familiares se abonen, se realicen trámites para la AUH, inclusive el abono de jubilaciones para que los adultos mayores no tengan que recorrer cientos de kilómetros para hacerlo. Durante la pandemia fue declarado servicio esencial, por lo que todo lo que transporta y los servicios que presta funcionaron. Los medicamentos llegaron, los paquetes también, e inclusive se pagó el IFE en sus oficinas, todo gracias a su gestión pública.

El manejo del Correo de los Macri se diferenció drásticamente de esto. Realizó sobre ella un continuo y pronunciado vaciamiento con aval de la corporación judicial. Incluso intentó auto condonarse $ 70.000 millones cuando fue jefe de Estado, lo que fue detectado y denunciado por la fiscala Gabriela Boquin. Hoy, más de 20 años después de iniciada, la causa se mantiene abierta y el dueño de SOCMA no abonó un peso de su deuda al Estado.

La ANSES también había estado en la mira de Cambiemos cuando pusieron a su cargo a Emilio Basavilbaso, que destruyó US$ 30.000 millones en tan solo cuatro años, la mitad de su patrimonio. Con la dirección de Fernanda Raverta se logró recuperar la mayor parte y elevar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad a casi US$ 52.000 millones, aún a pesar de la pandemia.

Como el Correo y la mayoría, la hidrovía fue concesionada durante el menemismo, con un contrato que dejó al público a oscuras por 25 años de la diaria de una empresa que manejaba el camino por el que salía el 80% del comercio exterior. Tras vencer el acuerdo, Puerto Buenos Aires se hizo cargo de la administración, con una gestión que en doce meses consiguió superávit sin realizar ajustes, sino por el contrario, impulsó la apertura a la modernización y la búsqueda de consensos federales para la nueva etapa.

La inversión en mejoras realizadas por la administración estatal, a cargo del interventor de AGP José Beni, representaron el 39% del gasto total, según el balance al que accedió este medio. En el primer año de gestión ingresó US$ 213 millones y gastó US$ 184 millones, por lo que se hizo de un resultado positivo de US$ 29,1 millones.

Los trenes fueron reestatizados por el kirchnerismo ante violaciones continuas a las cláusulas de las concesiones. Los rieles que en una época permitieron el florecimiento de zonas rurales y urbanas, en los 90 vieron la decadencia con el cierre de ramales con el argumento de “ineficientes” y la posterior privatización. El mismo argumento que plantea el macrismo hoy, con un final idéntico si se repite.

El plan de modernización del transporte ferroviario del ministro de Transporte, Alexis Guerrera, hoy beneficia a 280.000 individuos mensualmente. El Gobierno logró recuperar 1.700 kilómetros de vías, 15 tramos de trenes recuperados y 56 localidades reconectadas en todo el país.

Esto implicó una inversión total de US$ 4.905 millones y $ 600 millones, de acuerdo al último informe que pudo corroborar El Destape. Con esto intervinieron 4.242 kilómetros de vías y crearon cuatro nodos logísticos de carga.

La derecha omite todos los aportes que el Estado realiza, pero el debate por el manejo de las empresas debe incluirlos para que deje de acompañarse de eslóganes vacíos como “ineficiencia” o “deficitario” y pase a discutirse con números y el impacto en la vida de las personas reales.