Por pandemia, nueve de cada diez locales comerciales por cuadra se encuenta vacío, según el relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Los rubros que registraron mayores cierres, de acuerdo con el relevamiento, fueron: indumentaria, calzados, decoración y textiles para el hogar. "Proyectando a todo el país, se puede estimar un total de 90.700 locales vacíos, con el cierre de 41.200 PyMEs, lo que involucra a 185.300 empleos", señala el informe.
Tras el fuerte desplome del actividad durante el macrismo y el congelamiento de ésta durante la fase más restrictiva de aislamiento frente a al pandemia, el 15,6% de los locales comerciales del país cerró. "Sin registro de que se hayan mudado a zonas más económicas", reportó la CAME.
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La tasa de mudanza registrada apenas llega al 0,3%. Esto implica que "la crisis fue tan profunda que los comercios ni siquiera pudieron compensar mudándose a zonas más baratas, como suele suceder en períodos recesivos".
Las cinco provincias más afectadas por los cierres, agregó el análisis, fueron: Chubut, con una tasa de 34%, Córdoba (25,4%), Neuquén (25,2%), Tierra del Fuego (21,2%) y Santa Cruz (18,8%).
Las más perjudicadas fueron las galerías comerciales, donde la tasa de cierre alcanzó a 23%, particularmente en Chubut (77,6% de locales cerrados); La Pampa (63,6%); y en Formosa (55%), mientras que en el otro extremo se ubicaron Salta con sólo 9,1% y Corrientes con 10,6%.
"Aunque por el alcance de este relevamiento no pudo cuantificarse, se dio el fenómeno de que, en las ciudades medianas y chicas, donde la gente se conoce, muchos locales y PyMEs cerraron y pasaron a la informalidad", evaluó la entidad. "Muchos comenzaron a vender en sus casas o por redes, aprovechando que sus clientes y la comunidad los conocen y rápidamente ubican su nuevo punto o modalidad de venta", explicaron desde la entidad.
El reporte indica que "se espera que, en los próximos meses, si todo se normaliza, de a poco vuelvan a reaparecer un porcentaje de estos comercios en la misma u otra actividad".
"Hay que recordar que es probable que el empresario pyme, aun en el peor momento, vuelva a levantarse y reiniciar su negocio, pese al daño ya consumado tanto para él, su familia, la de sus empleados, así como para el país", concluye el documento de CAME.
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