Shock fiscal y más devaluación: el plan de negocios de Milei para los próximos meses

Con la caída de  la recaudación, se aleja el objetivo de déficit cero tal como fue planteado por Caputo-Milei. En su hoja de ruta, podría profundizarse el ajuste, una devaluación y la emisión de deuda externa. 

04 de enero, 2024 | 00.05

El shock de medidas ortodoxas aplicado por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, posee un objetivo claro: acelerar una enorme transferencia de recursos hacia un conjunto de empresas que cooptaron, nuevamente, el Estado. En ese proceso, la devaluación de más del 50 por ciento del tipo de cambio oficial ya corre por detrás de la variación de precios en algunos sectores. Solo en diciembre, se estima que la inflación promedio rozará los 30 puntos porcentuales. Además, en diciembre, la caída de la recaudación fue del 18% en términos reales, por una merma en el consumo.

La debacle social recién comienza. En enero, habrá subas exponenciales en prepagas, naftas, y alimentos. Los servicios públicos de la luz y el gas esperan su turno tras las audiencias públicas de este mes. El shock de ajuste fiscal provocará un escenario de caída en picada de la economía. Para la consultora Sarandí, el desplome llegaría el 4% del PBI. Con una caída de recursos y sin certezas sobre los proyectos enviados al Parlamento, no sería extraña una nueva devaluación para marzo.

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Este resultado apocalíptico –que a esta altura resulta más que verosímil-, no sería ningún error de cálculo. El objetivo de La Libertad Avanza apunta al disciplinamiento de los trabajadores y trabajadoras e incluso la clase media. Al mismo tiempo, propicia una enorme transferencia de rentabilidad hacia un conjunto de empresas cuyas huellas pueden rastrearse en cada uno de los artículos de la ley ómnibus y el DNU. Un plan de miseria planificada.

Datos

El shock fiscal de Milei, que pretende alcanzar el déficit cero en este 2024, será más profundo de lo ya anunciado. La Consultora Sarandí proyectó una caída del PBI del 4,4%. Esto implicará una enorme merma de la actividad económica. En la lógica libertaria, el freno económico – también propuesto por el FMI- llevaría a una caída de la inflación. Pero puede fallar.

En diciembre, hubo un desplome de la recaudación tributaria por un fuerte freno del consumo. No se salvó ni la Navidad. Los Recursos de Origen Nacional cayeron un 19,6% en términos reales. En el mismo sentido, la Coparticipación Federal de Impuestos exhibió una caída de 13,6% interanual; y el IVA evidenció una disminución interanual por primera vez en el año, mientras Ganancias redujo sensiblemente su recaudación en términos reales.

La caída del IVA tiene que ver con la pérdida del poder adquisitivo de los salarios de los sectores medios, trabajadores y clases populares. En la tercera semana de diciembre, se registró una merma en el consumo del 38,4 % interanual, según los datos analizados por Scanntech. Para entonces, ya corría la devaluación de Milei.

El proceso de estanflación descripto por los libertarios correría mucho más rápido de lo enunciado. Para diciembre, se espera una variación de precios del 30%. Según la consultora EcoGo, dirigida por Marina Dal Poggetto, en el último mes del año los alimentos aumentaron cerca de un 35%, mientras que la inflación núcleo tuvo un alza de 32,9%, una aceleración del orden de los 20 puntos porcentuales respecto a noviembre.

Lo que viene no será mucho mejor. En enero se registró una nueva suba de la nafta –y ya hay una caída del consumo del 20%, según algunas fuentes del sector-, las prepagas anunciaron otro aumento cercano al 30% (70% en solo dos meses, según lo anunciado por varias empresas para febrero) y los precios de las grandes fábricas que concentran la producción de alimentos, como Arcor, ya enviaron nuevas listas de precios.

“No se debería devaluar nuevamente, pero todo dependerá de la dinámica de los precios”, analizó Sebastián Menescaldi, economista de EcoGo. Los precios (las empresas libres) ya respondieron. Siguen al alza.

Los dueños

Cuando los sojeros huelen sangre, no se demoran en mostrar sus colmillos. Las empresas nucleadas en CIARA–CEC, las grandes exportadoras de cereales, le habían prometido al tándem Milei–Caputo el adelanto de exportaciones por 5000 millones de dólares. A pesar de beneficiarse con la devaluación, en diciembre solo liquidaron 1245 millones de dólares, una merma del 66% en relación al mismo período del año pasado.

Al inicio de la gestión Milei, los sojeros retenían cerca de 4000 millones de dólares en granos. Todavía cuentan con stock para presionar. Por eso se huele una nueva devaluación en el mediano plazo (¿marzo?), más allá de que se puedan conseguir los DEG del FMI. Las cerealeras también leen las variaciones del contado con liquidación. El miércoles, el CCL subió un 5,3%. El analista Christian Buteler vaticinó que “los incentivos a las exportaciones ya pierden fuerza”.

Los rezos hacia la nueva cosecha podrían no funcionar ya que no se trata de un fenómeno de la naturaleza, sino del poder de facto de las cerealeras.

Los problemas de recaudación también podrían venir por el lado del Impuesto a las Ganancias; el Gobierno pretende reinstalarlo para que lo paguen todos los trabajadores y trabajadoras. Esta modificación normativa forma parte de las prendas de negociación de Milei con los gobernadores para que apoyen en el Congreso tanto la ley que modifica toda la estructura económica del país como el primer gran DNU.

Sin la recaudación por el Impuestos a las Ganancias, las provincias restan recursos coparticipables, vitales para la supervivencia de muchas jurisdicciones. El cuadro provincial se complejiza con la previsible caída del consumo, es decir una menor recaudación por IVA y menos recursos de origen nacional hacia las provincias.

El dato de diciembre ya es alarmante. De acuerdo a un análisis del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), las transferencias por coparticipación (CFI) cayeron en diciembre cerca de un 22,8% en todas las provincias. Milei ahorcará a las provincias para conseguir voluntades en el Parlamento. Nada que no haya hecho su mentor, Mauricio Macri.

Legalidad fraguada

El horizonte para alcanzar el déficit cero a partir de un recorte del 3% en el gasto primario, y una suba de recursos vía impuestos del 2%, no serviría para cumplir los objetivos disciplinadores de Milei. Por ende, en el acervo del libertario no le quedaría otra que redoblar la apuesta de la motosierra; o en su defecto, acelerar el endeudamiento externo previsto para el plan privatizador.

Los únicos ganadores de este esquema serán las empresas que redactaron la estructura jurídica creada adhoc para la transferencia de recursos hacia sus mismas tesorerías y el desfalco del Estado (ley ómnibus y DNU), una suerte de “legalidad fraguada”, concepto acuñado originalmente por los investigadores Bruno Napoli, Walter Bosisio y Celeste Perosino en su libro “La dictadura de capital financiero”. Antes y después, el poder económico traza su programa de miseria planificada.