Durante el primer trimestre del año, el conjunto de los trabajadores y trabajadoras perdió participación ante la concentración de los ingresos del sector privado como consecuencia directa del ajuste mileista y de la enorme transferencia de recursos post devaluación. La caída de la actividad, capítulo central dentro del programa de miseria planificada de La Libertad Avanza, también impulsó la suba de la informalidad laboral y el avance de los “no asalariados”. Entre la construcción y la industria manufacturera, el Indec contabilizó la destrucción de 223.000 puestos asalariados.
En los pocos sectores donde se observó un avance de la actividad económica durante el período enero – marzo de este año, como por ejemplo el agropecuario, hidrocarburos y minería, hubo una ampliación de la brecha en el reparto de la torta a favor del sector privado, en detrimento de los trabajadores.
“El capital se consolidó apropiándose de la riqueza (producción) generada; también cayeron las horas de trabajo, lo que marca un signo de la recesión que se está viviendo. Los trabajadores asalariados no registrados se mantienen en miles y aumentó la informalidad del trabajo. Ese es el saldo del primer trimestre de la administración Milei”, sentenció Ernesto Mattos, economista y director del Instituto de Estudios para el Desarrollo Productivo y la Innovación de la Universidad Nacional de José C. Paz.
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El contexto
La remuneración al trabajo asalariado registró un descenso de 3,28 puntos porcentuales respecto del primer trimestre de 2023, según determinó el Indec en su informe sobre generación del ingreso. Por otro lado, el excedente de explotación bruto (la participación de las empresas en la distribución de la torta) avanzó 1,25 puntos porcentuales comparados con el mismo período del año pasado.
Estos datos dan cuenta de una de las estrategias centrales del programa de miseria planificada de La Libertad Avanza, con una fuerte concentración de la riqueza para los sectores vinculados a la primarización de la economía –el agro, la minería y los hidrocarburos- en detrimento de las áreas vinculadas al mercado interno, como la construcción o la industria manufacturera.
Entre los integrantes del poder económico local hubo ganadores y perdedores, con más o menos generación de ingresos y participación en la torta de riqueza del país. En cambio, entre los trabajadores y trabajadoras, todo fue pauperización. Ese es el plan de Milei.
“Las horas de los asalariados cayeron 1,6% y las de los no asalariados disminuyeron 1,5%. En el caso de los registrados, el descenso de las horas trabajadas es de 0,9%, mientras que las horas correspondientes a los no registrados tuvieron un descenso de 3,3%”, puede leerse en el último informe del Indec.
Este resultado es una consecuencia directa del freno en la actividad económica, que aún no encuentra ni techo ni piso.
“Se incrementó la concentración en el capital, es decir hubo más rubros concentrándose por producto a partir del cierre de empresas, algunas absorbidas por otras y con menos personas que necesitan ser contratadas”, explicó Mattos en diálogo con El Destape.
Si se compara la cantidad de empleadores que declararon trabajadores entre noviembre de 2023 y abril de 2024 en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, se redujo de 512.357 casos a 504.497 casos, es decir una pérdida de 7860 empresas.
“En el mismo período mencionado, se redujo 1,73% la cantidad de trabajadores y trabajadoras registrados en unidades productivas, con una pérdida de más de 176 mil puestos”, analizó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
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Concentración
En el sector agropecuario se registró una de las mayores transferencias en favor de los exportadores y grandes productores, siempre en detrimento de la fuerza laboral del sector. Durante el primer trimestre de 2024, la remuneración al trabajo participó con el 21,3% en la generación de ingresos del sector, mientras que los dueños del capital lo hicieron con el 69,6%.
Estos guarismos representaron un descenso de 3 puntos porcentuales para los trabajadores y un avance de casi seis puntos porcentuales para los dueños del capital. También se profundizó otro fenómeno: el avance de la informalidad laboral dentro del rubro con mayor cantidad de empleados en condiciones precarias de todo el país.
Según el Indec, al tercer trimestre del año había 1.280.000 empleados directos, de los cuales 505.000 eran asalariados no registrados (40%); para el mismo período del año pasado, la cantidad de los “no registrados” en el sector agropecuario había sido de 480.000 personas.
Otro de los rubros que evidenció la fuerte transferencia de recursos a partir del programa de ajuste de Milei fue “explotación de minas y canteras”, que incluye la producción de hidrocarburos y la minería.
La participación de los trabajadores se redujo en cuatro puntos porcentuales mientras que hubo una expansión de tres puntos en favor de las empresas del sector. De esta manera, mientras que la remuneración al trabajo fue del 26% del total de la torta, el excedente bruto de explotación fue del 73,7%. Un derrame nunca equitativo ni justo.
Las empresas vinculadas a la intermediación financiera (los bancos) fueron otro de los ganadores del modelo Milei tras la valorización de sus activos post devaluación. Así como hubo un descenso de 25 puntos porcentuales en la participación de la remuneración al trabajo, los bancos aumentaron su participación en reparto de la torta en 30 puntos. Concentración de la riqueza.
Más datos de la crisis
“Las horas efectivamente trabajadas anualizadas, durante el primer trimestre de 2024, fueron 33.521 (en millones). Del total de horas trabajadas, 25.062 corresponden a asalariados y 8.459 a no asalariados. Dentro de los asalariados, los registrados trabajaron 17.904 y los no registrados, 7.158 millones de horas”, puede leerse en el informe del Indec. Estos guarismos son consecuencia del freno de la actividad.
En el caso de la construcción, la baja en la cantidad de horas trabajadas estuvo acompañada con la destrucción de puestos asalariados. Según al Indec, al primer trimestre de este año había 1.666.000 asalariados, de los cuales 552.000 era informales. Para el mismo período del año pasado, el total de empleados sectoriales era de 1.806.000. Es decir, una destrucción de 140.000 puestos.
En la industria manufacturera también hubo pérdida de puestos asalariados, al pasar de 2.704.000 empleados al primer trimestre de 2023 a los 2.621.000 trabajadores para este año, es decir, 83.000 puestos menos. Milei lo hizo.