La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, afirmó hoy que la entidad monetaria tomará una postura en la que buscará compatibilizará las medidas para bajar la inflación con la asistencia a los mercados financieros, en caso de que emerjan nuevas tensiones tras la crisis bancaria desatada durante la última semana.
Lagarde se refirió así al interrogante de los últimos días que gira en torno a que medidas tomarán de aquí en adelante los bancos centrales.
Parte de las turbulencias en los bancos globales de los últimos días se explica en base a las subas de tasas tanto del BCE como de otros organismos como la FED.
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Diversas entidades como colapsado Silicon Valley Bank y otros pequeños y medianos bancos estadounidenses- tenían en sus carteras de inversiones bonos del Tesoro estadounidense en dólares, que perdieron gran parte de su valor por el alza de tasas.
Dichas pérdidas pueden concretizarse en el caso de producirse corridas como las de los últimos días. Este temor, por extensión, arrastró a las cotizaciones de todos los bancos, incluidos los europeos.
Un freno a las subas de tasas algo que el BCE evitó hacer la semana pasada al continuar con su suba prevista de 50 puntos- puede representar un mensaje de calma a los bancos pero, al mismo tiempo, implicaría un freno a las aspiraciones de bajar la inflación, la cual, en el caso de la Eurozona, más que duplica la meta oficial del 2% anual.
Volver a colocar la inflación al 2% en el mediano plazo no es algo negociable, subrayó Lagarde hoy en una conferencia en Frankfurt en declaraciones difundidas por las agencias de noticias Bloomberg y DPA.
Lagarde reiteró la postura del BCE de asistir al sistema financiero si llegase a ser necesario, pero manteniéndose firme ante la inflación, la cual señaló- sigue sin mostrar signos de una baja sostenida, especialmente en lo que hace a la inflación subyacente.
Este índice, que excluye a los alimentos y la energía, en lugar de bajar como el dato general, presentó un alza en los últimos meses.
No vemos una evidencia clara que la inflación subyacente esté retrocediendo, admitió la titular del BCE.
En ese sentido, cuestionó que los trabajadores se estén llevando la peor parte de la inflación.
Hasta ahora, los salarios reales han disminuido sustancialmente, mientras que los márgenes de beneficio de las empresas se han ampliado en muchos sectores", criticó y pidió una distribución justa de la carga entre ellos ya que, de lo contrario podría producirse una retroalimentación que motivaría una espiralización de la inflación.
Lagarde reconoció que los últimos problemas fina cíceros provocaron nuevos riesgos a la baja para la economía y reiteró que el BCE posee una variedad de herramientas para proveer liquidez al sistema financiero si es necesario.
En la misma conferencia, el economista en jefe del BCE, Philip Lane afirmó que la inflación subyacente debería bajar con el paso del tiempo y que hay mucho tiempo hasta la próxima reunión monetaria del organismo en mayo donde se decidirá el paso a seguir con las tasas.
La postura entre los economistas es que, de mantenerse estable la situación bancaria, el BCE seguirá con subas de 25 puntos en mayo y junio, aunque no descartan un menor ajuste en caso de continuar las tensiones financieras.
De todas formas, en el BCE existen posturas contrapuestas entre los halcones partidarios de mayores subas de tasas, y quienes creen que ya es suficiente.
Uno de los integrantes del primer grupo, el presidente del Bundesbank, Joachim Naguel, subrayó hoy en una entrevista al diario londinense Financial Times que el aún hay un terreno para más subas, pero que se está llegando a un territorio restrictivo.
Una vez finalizadas las subas indicó Naguel- el BCE tiene que evitar recortarlas para evitar revivir la inflación.
Con información de Télam