Con la confirmación de la candidatura de Christian Asinelli, la Argentina queda al borde de conseguir por primera vez en la historia la presidencia de la CAF, el Banco de Desarrollo Sudamericano, uno de los principales organismos de crédito para la región, con programas en marcha por más de 28 mil millones de dólares. El subsecretario de Asuntos Estratégicos del gobierno de Alberto Fernández tiene el respaldo de los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Perú, México, España y Portugal, además del voto argentino. Esa cosecha alcanza para imponerse en la votación que se llevará a cabo el próximo lunes.
Sólo le pone suspenso al resultado la situación irregular de Perú, donde el presidente electo, Pedro Castillo, comprometió su voto, pero como aún no ha sido proclamado la decisión final recae en las instrucciones del gobierno saliente, que apoya al rival de Asinelli, el colombiano Sergio Díaz-Granados. Los representantes peruanos ante la CAF, en la última reunión de directorio, que se llevó a cabo antes de las elecciones presidenciales, se habían comprometido a decidir en función de la voluntad del ganador de los comicios, pero por estas horas están sometidos a presión internacional para desconocer ese mandato.
Sería un escándalo internacional y la CAF no tiene margen para otro escándalo, en plena pandemia y cuando todavía no termina de cerrar las heridas causadas por la renuncia de Luis Carranza Ugarte, el último titular del organismo, que tuvo que dejar su cargo de manera anticipada entre denuncias de acoso laboral y abuso de poder. Caminos circulares: Carranza Ugarte, exministro de Economía peruano durante la presidencia de Alan García, se incorporó, en abril de este año, al equipo técnico de Keiko Fujimori, la candidata que perdió la elección presidencial contra Castillo y ahora obstaculiza su proclamación.
Asinelli, el candidato argentino, es una figura clave en el esquema del secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, uno de los asesores más cercanos de Alberto Fernández y está por alcanzar un lugar que hasta ahora sólo había sido ocupado por representantes de los países que fundaron, en 1970, la Corporación Andina de Fomento: Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Chile fue un socio fundador pero luego abandonó la organización antes de reingresar, como un socio llano. Hoy la CAF es oficialmente el Bando de Desarrollo Sudamericano y cuenta con 19 países y 13 bancos privados como socios.
La importancia del CAF para la Argentina es insoslayable. Basta un dato para dimensionarla: hasta mayo de 2018, cuando Mauricio Macri se comprometió con el Fondo Monetario Internacional en el crédito más cuantioso de su historia (de los dos), el Banco de Desarrollo Sudamericano era el principal acreedor del país. En este momento, hay 27 proyectos de infraestructura en ejecución posibilitados por créditos del organismo, a manos del gobierno nacional y de las provincias. Entre ellos, programas de integración urbana de villas porteñas, la planta potabilizadora de agua de La Plata y el plan Argentina contra el Hambre.
Su adversario en esta elección es un candidato de compromiso. El colombiano Díaz-Granados fue nominado a último momento en reemplazo del primer elegido por el presidente Iván Duque: su ministro de Economía Alberto Carrasquilla, que tuvo de renunciar a su postulación después de salir eyectado del cargo cuando una reforma tributaria que llevaba su firma causó el estallido social que dinamitó la legitimidad de su gobierno. Por ahora cuenta con el apoyo de Brasil (foto con Jair Bolsonaro incluída), Uruguay y Ecuador, además de esperar los votos contrabandeados por los representantes de Perú.
Hay 19 votos en juego en la elección. Los fundadores tienen 2 cada uno. Otros ocho países tienen un voto. Y el consorcio de 13 bancos internacionales que forman parte del directorio tiene uno más. Sin contar a los peruanos, Díaz-Granados suma siete votos (Colombia, Ecuador, Uruguay, Brasil y los bancos) mientras que Asinelli cuenta con ocho (Bolivia, Venezuela, México, Trinidad y Tobago, España y Portugal). Paraguay no anticipó el sentido de su voto. Panamá tampoco. Hacia allí viajaba hoy el candidato argentino para completar sus gestiones en las vísperas de la decisión definitiva.