A pesar de que la matriz productiva de Jujuy comenzó a cambiar en los últimos años, gracias a la creciente explotación de la minería local, indicadores sociales de la provincia como los salarios y la pobreza siguen ubicándose entre los peores del país.
Las contradicciones reflejadas en el distrito que gobierna Gerardo Morales permiten entender el trasfondo social de la pueblada y la represión que ordenó el Gobierno provincial este martes contra las manifestaciones que rechazaron la aprobación de la reforma constitucional promovida por el gobernador, que restringe el derecho a la protesta, entre otros puntos cuestionados.
La economía jujeña se encuentra, en estos momentos, en franco crecimiento. Según datos de la Dirección Provincial de Estadística y Censos local, el producto bruto geográfico de Jujuy, equivalente local al PBI nacional, creció en 2021 un notable 7,11%, según el último dato disponible.
Aun más, según el Índice Sintético de Actividad Económica local, equivalente al EMAE nacional, la actividad económica jujeña creció de manera sostenida a nivel interanual entre marzo de 2022 y marzo de 2023. Este último mes, subió un 3,1%.
Este crecimiento se da, a su vez, en el marco de la "transformación de la matriz productiva de Jujuy", según destacó el propio Morales en octubre del año pasado durante una disertación de gobernadores en Rosario, fundamentalmente gracias a la minería. El mandatario radical resaltó, en ese encuentro, que solo en litio la provincia exportará 3.000 millones de dólares durante 2023.
Pero, pese a ese crecimiento, la provincia sigue siendo dependiente del Estado Nacional, ya que de él recibe un 85% de los recursos tributarios totales, es decir, es la cuarta a nivel nacional.
Pobreza y salarios bajos, los indicadores sociales de Jujuy
Este favorable panorama macroeconómico, sin embargo, no parece estar generando un impacto social positivo. Según muestra la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, el ingreso medio en la provincia era en el tercer trimestre de 2022 de solo 35.142 pesos, el quinto más bajo del país.
Lo mismo se verifica a nivel sectorial. Los docentes jujeños, por ejemplo, tenían un salario promedio de 82.517 pesos a diciembre de 2022, el tercero más bajo a nivel nacional. En comparación, la vecina Salta tiene el salario docente promedio más alto del país y, en ese mismo período fue de más de 141.000 pesos.
Otro ejemplo es la Policía que por estas horas quedó en el centro de las denuncias. Un suboficial superior de la Policía jujeña, tuvo una remuneración básica de 89.600 pesos en abril pasado.
Por otra parte, la pobreza alcanza en el aglomerado urbano Jujuy-Palpalá al 41,8% de las personas, 2,6 puntos porcentuales por encima del nivel nacional, según la estimación del Indec.
Y los precios locales tampoco dan tregua. La inflación provincial fue mayor a la nacional en cuatro de los primeros cinco meses que van de 2023. En enero, por ejemplo, el IPC local aumentó un 8,5%, versus el 6% a nivel país. En mayo, subió en Jujuy 0,3 puntos porcentuales más que a nivel nacional.
Estas subidas significaron que un adulto jujeño necesitara ganar en marzo pasado 57.141 pesos al mes para no ser pobre y 27.342 para no ser indigente, según mostraron los indicadores de la canasta básica local.