El vicepresidente segundo del Banco Central (BCRA), Jorge Carrera, afirmó hoy que ve "con bastante optimismo el futuro de la economía argentina" y subrayó que, a diferencia de anteriores acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el actual "es muy distinto" dado que en esta oportunidad no incluye las llamadas "reformas estructurales".
Yo veo con bastante optimismo el futuro de la economía argentina y me parece que este acuerdo, a comparación de otros, está sufriendo el prejuicio de haber tenido tantos acuerdos antes que seguramente han sido malos, sobre todo los dos últimos que han sido terroríficos, aseveró esta mañana el funcionario de la entidad monetaria en diálogo con Radio 10, luego de que la Cámara abaja diera su aval al acuerdo por amplia mayoría.
En este sentido, indicó que, en el actual entendimiento con el organismo de crédito multilateral, "no hay devaluación, que es el gran problema que generan estos programas" y no se obliga a "una recesión sino que la economía va a seguir creciendo".
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"No hay un ajuste del gasto y, por el contrario, crece en términos reales; y tampoco hay reformas estructurales, le da unos grados de libertad muy grandes al próximo Gobierno, continuó Carrera en su enumeración.
Por el contrario, indicó que el actual acuerdo con el FMI permitirá abrir las puertas a dinero menos costoso como el del Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y la Cooperación Andina de los Países, además de créditos de otros gobiernos.
Muchos se ilusionan con ir a China y pedirle la plata en vez del FMI cuando no existe en el mundo otra plataforma que el Fondo Monetario, cuestionó Carrera acerca de quienes propusieron una segunda vía, y recordó que la plataforma global financiera es única después de la caída del Muro (de Berlín).
Respecto de las reformas, el funcionario destacó que el Gobierno le hizo entender al Fondo que no es posible realizarlas al mismo tiempo que la estabilización de la macroeconomía, y que las mismas, en caso de ser necesarias, no pueden venir impuestas desde afuera.
Asimismo, indicó que, a diferencia de otros programas, el acuerdo permite los controles de capitales, los cuales, para Carrera son necesarios para la acumulación de reservas y la estabilización.
No obstante, en caso de cumplir con los objetivos de acumulación de reservas (de US$ 5.800 millones para este año, US$ 4.000 millones en 2023 y US$ 5.000 millones en 2024), el funcionario de la entidad monetaria dejó abiertas las puertas para gradualmente ir levantando distintas partes del cepo.
Lo primero que vamos a ir relajando es facilitar todos los dólares necesarios para lo que genere dólares, y, después, ir abriéndolo para todos, anticipó.
Asimismo, y en línea con las declaraciones del ministro de Economía, Martín Guzmán, en el panel ministerial del Cera Week en Houston; el número tres del BCRA confirmó que la autoridad monetaria se encuentra trabajando en una flexibilización de las restricciones cambiarias y las regulaciones de la cuenta de capital para las empresas del sector energético.
Respecto de la energía, el funcionario del BCRA pidió cautela y no ser alarmistas ante los efectos en su valor por el conflicto en Ucrania.
No podemos saber si el buque de gas natural licuado que nosotros importamos va a estar a 55 en vez de 8, porque ese es el precio que tiene hoy en el invierno europeo y en el verano la demanda cae, dijo Carrera, a la vez que destacó las perspectivas de inversiones del sector en el largo plazo en el país.
En ese marco, aclaró que en el acuerdo con el FMI están previstos mecanismos de flexibilidad en el caso de sequias o volatilidad en los precios de los commodities.
Ese es el estándar en todos los acuerdos e incluso en los acuerdos viejos más ortodoxos, sostuvo.
Con información de Télam