La actividad económica cerrará este año con un desplome de 4 por ciento y una inflación de 147,5 por ciento. Las cifras fueron presentadas en el informe interino de septiembre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En el documento se destaca un empeoramiento de las previsiones de crecimiento de este año de 0,7 puntos porcentuales respecto del informe previo. Para el año próximo estima un crecimiento de 3,9 por ciento, que no alcanza siquiera a empardar el deterioro de 2024.
La OCDE asegura que el crecimiento de la producción mundial se mantuvo resistente y la inflación continuó moderándose. “El crecimiento ha sido relativamente sólido en muchos países del G20, entre ellos Estados Unidos, Brasil, India, Indonesia y el Reino Unido. Por el contrario, los resultados han seguido siendo débiles en unas pocas economías, entre ellas Alemania y la producción se contrajo en Argentina”, señala el informe.
En el caso particular de la Argentina, estima una caída del PBI de 4 por ciento, 0,7 puntos por debajo de lo estimado en el informe anterior, mientras que la inflación se ubicará este año 147,5 por ciento y bajará a 46,7 por ciento en 2025, aún más del doble del estimado por el Gobierno en el proyecto de Presupuesto.
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Los indicadores de actividad del informe recientes sugieren que el dinamismo continúa, especialmente en los sectores de servicios. El crecimiento de los salarios reales está respaldando los ingresos y el gasto de los hogares, aunque en muchos países el poder adquisitivo aún no ha recuperado por completo los niveles previos a la pandemia. El comercio mundial se está recuperando más rápido de lo esperado, pero los costos de envío siguen siendo elevados y los pedidos de exportación se han moderado recientemente.
La inflación de los precios de los bienes ha caído a niveles bajos, pero persisten presiones sobre los costos y los precios en muchos sectores de servicios. El documento advierte que es posible que la inflación de los precios de los servicios deba disminuir un punto porcentual o más en muchas economías para que la inflación básica vuelva a niveles compatibles con las metas de inflación.
“Si bien el crecimiento del crédito ha comenzado a recuperarse en algunas economías avanzadas, las normas de los préstamos bancarios siguen siendo estrictas. La depreciación de la moneda en el Brasil, la Argentina, México y Turquía ha respaldado los ingresos de exportación, pero ha aumentado los costos del servicio de la deuda denominada en dólares estadounidenses y ha ejercido cierta presión al alza sobre la inflación”, señala el relevamiento de la OCDE.
El informe también alerta sobre los riesgos de endeudamiento de los países. “La crisis de deuda soberana persiste en algunas economías de mercados emergentes, en particular en las de bajos ingresos, aunque los diferenciales de los bonos gubernamentales denominados en dólares se han mantenido estables en la mayoría de los países”, agrega la OCDE.
A nivel global, la OCDE proyecta que el crecimiento del PIB mundial se estabilizará en el 3,2 por ciento en 2024 y 2025, con una mayor desinflación, una mejora de los ingresos reales y una política monetaria menos restrictiva en muchas economías que contribuirá a apuntalarlo demanda.
El organismo también proyecta que la inflación volverá al nivel objetivo en la mayoría de los países del G20 para fines de 2025. Se proyecta que la inflación general disminuirá del 5,4 por ciento en 2024 al 3,3 por ciento en 2025 en las economías del G20, mientras que la inflación básica en las economías avanzadas del G20 disminuirá al 2,7 por ciento en 2024 y al 2,1 por ciento en 2025.