El BCRA redujo los puts camino a la dolarización

El BCRA canceló 78% de los contratos puts. Cierran otra fuente de emisión. Potencian el riesgo sobre la solidez del sistema financiero. Y agravan la recesión. Todo con la mira en la dolarización.

18 de julio, 2024 | 19.42

El Banco Central logró dar de baja este jueves cuatro de cada cinco contratos de puts que tenía abierto con los bancos comerciales y cierra una de las canillas de emisión monetaria que tanta preocupación le genera al presidente Javier Milei, que avanza un casillero más en la intención de dolarizar la economía, aunque el mercado financiero mantiene serias dudas sobre la sostenibilidad del programa monetario y de la consistencia de la política cambiaria.

La estrategia del BCRA se complementó con una reducción de la tasa de pases activos, la que le cobra a los bancos que atraviesen problemas de liquidez, en un intento por contrarrestar los efectos negativos que tienen sobre la estabilidad del sistema la decisión de anular los puts junto al lanzamiento de las LeFi.

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Los bancos están extremadamente expuestos a riesgos del Tesoro, con la eliminación de los topes a la compra de deuda del Gobierno y el canje de los depósitos remunerados en el BCRA por las LeFi.

La estrategia oficial tiene un alto riesgo en caso de que los bancos necesiten liquidez o por estrategias de mitigación de riesgos salgan a desprenderse de los bonos públicos.

Con la vigencia de los puts, el BCRA garantizaba que los títulos mantengan una curva razonable de rendimiento que favorezca a la vez la colocación de deuda del Tesoro.

Ahora, operaciones como la del Banco Macro, que hace dos semanas ejecutó puts sobre un estimado de 1,8 a 2 billones de pesos, el mercado no estaría en capacidad de absorberlos y se desplomaría el valor, elevando la tasa de rendimiento y generando dificultades para la renovación de la deuda del Tesoro, que debería cubrirla con nueva emisión monetaria o forzar un default de la deuda en pesos, como el que registró durante la administración de Mauricio Macri.

La política del Palacio de Hacienda y el Banco Central es eliminar todas las fuentes de emisión de dinero y reducir la cantidad de pesos vía el superávit fiscal. El fin es, con una visión extremadamente monetarista de la macroeconomía, cortar el proceso inflacionario hasta acercarlo a cero. En ese entonces, la decisión es generar una dolarización, aunque todavía no está claro si será con el reemplazo del peso o con una convertibilidad.

El BCRA informó hoy que acordó con las entidades financieras la rescisión de $13,17 billones en contratos por opciones de liquidez, de los cuales $10,89 billones corresponden a opciones americanas (ejecución inmediata) y $2,28 billones a opciones europeas (ejecución 30 días previos al vencimiento del título). 

El monto remanente de opciones de ejecución inmediata se redujo a un 22% del monto total original. 

En un comunicado, explicó que la operación “contribuye significativamente a reducir la incertidumbre respecto a la programación monetaria al eliminar uno de los elementos con mayor potencial de emisión que existía en el sistema financiero, sin control directo del BCRA”.

“Esta solución solamente fue posible gracias a un trabajo conjunto entre el BCRA y las entidades financieras participantes que priorizaron como objetivo la normalización del funcionamiento del sistema financiero, y la eliminación de instrumentos con potencial disruptivo sobre las variables macroeconómicas”, añadió. 

“El BCRA da un paso adicional en el proceso de saneamiento de su balance, recupera el control del manejo de la política monetaria, y refuerza el compromiso con la eliminación de las fuentes de emisión que puedan afectar adversamente el proceso de estabilidad financiera y desinflación ya iniciado”, concluye el comunicado.

La política de absorción de pesos generó un proceso de desinflación desde el pico de 25,5% de diciembre, cuando la administración de Milei asumió y dispuso una devaluación y el tipo de cambio oficial aumentó 118%.

Pero también generó una recesión económica que todavía no encontró un piso, como reflejan los distintos indicadores oficiales y privados que se difundieron en los últimos días. 

El Estimador Mensual de Actividad Económica del Indec que se conoció este jueves mostró el impacto de la salida de la sequía histórica que afectó a la producción agropecuaria en 2023. 

El EMAE mostró en mayo 2024 una mejora de 2,3% interanual y 1,3% contra abril, pero si se saca el efecto sequía los números son otros: en forma interanual la caída de la economía fue de 5% en mayo.

Por eso, los indicadores de junio ya muestran que ese pequeño rebote fue solo estadístico y vuelven a terreno negativo.

El informe de CP Consultora, que anticipa un mes al EMAE, reveló que “los datos correspondientes al mes de junio dan cuenta de un nuevo tropiezo en la actividad económica” que “ubican a la economía en un nuevo mínimo desde ago-23”.

“En la comparación anual nuestro indicador se ubica en junio un 9,9% por debajo de los registros de un año atrás. A su vez, la actividad económica se ubicaría un 12,3% por debajo de los registros del máximo previo de agosto 2023”, sostuvo la consultora.

La evolución de la economía es uno de los datos que se sigue con más atención en los mercados, preocupados por el efecto que puede tener sobre la recaudación impositiva y la capacidad de pago de la deuda en pesos.