Renegociar con el FMI, ¿la clave para mejorar la distribución e impulsar los ingresos populares?

En el último trabajo del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA - CTA), se analizaron alternativas para saltar la restricción externa, por la vía de una re negociación de la deuda con los bonistas privados y el FMI. 

21 de mayo, 2023 | 00.05

Ni pandemia, ni guerra entre Rusia y Ucrania, ni sequía. Para el Centro de Investigaciones y Formación de la República Argentina (CIFRA – CTA), el actual escenario de crisis económica y social que atraviesa el Frente de Todos se explicaría por la implementación de un conjunto de decisiones políticas “concesivas hacia los grupos económicos concentrados” en detrimento de una distribución de la riqueza e ingresos más justa y equitativa.

Los investigadores del CIFRA, Eduardo Basualdo y Pablo Manzanelli, concluyeron en su trabajo "Sistema político, coyuntura económica y líneas de política económica en la Argentina actual" que el FdT actuó de manera deliberada para que un grupo empresas accediera a dólares baratos para pagar deuda privada sin tener en cuenta que esas mismas sociedades habían participado de los distintos procesos de fuga de capitales.

Las diferentes facciones del poder económico siguen condicionando al país a través de la deuda externa. En este sentido, ambos investigadores afirmaron que tanto la reestructuración de la deuda con los bonistas privados, como el actual acuerdo con el FMI – con políticas de ajuste implícitas que coartan cualquier posibilidad de crecimiento- fracasaron en su intento de generar estabilidad cambiaria y financiera, a diferencia de lo que había sucedido durante las reestructuraciones encaradas por Néstor Kirchner.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

El peso de la deuda

En el último informe de CIFRA – CTA, Basualdo y Manzanelli analizaron que tanto el acuerdo con el FMI como la restructuración de la deuda con los bonistas privados –que habían ingresado al país con el macrismo - “dejaron un comprometido perfil de vencimientos en moneda extranjera, además de la imposición de metas fiscales, monetarias, cambiarias y de acumulación de reservas que, limitan la expansión económica y las posibilidades de mejorar la distribución del ingreso”. Es decir, la deuda externa – base nodal del proceso de valorización financiera iniciado en 1976- sigue condicionando el bienestar de las mayorías.

Entre las diferentes etapas del canje con los bonistas privados sumado al esquema de vencimientos del programa de Facilidades Extendidas, donde no se logró ni extender los plazos de devolución por encima de los reglamentos vigentes ni eliminar las sobretasas de interés, la quita nominal alcanzada fue de apenas un 11,7% respecto del stock de vencimientos que había dejado Macri.

“Los vencimientos actuales en moneda extranjera son superiores a los que se heredaron del gobierno anterior, constituyéndose en una carga relevante para la economía argentina en el mediano plazo”, puede leerse en el trabajo citado.

En el esquema de vencimientos de intereses y capital dejado por Macri había que pagar 107.906 millones de dólares entre 2023 y 2032, mientras que luego de las reestructuraciones y renegociaciones del FdT, la suma ascendió a los 110.597 millones, según los cálculos de CIFRA.

“Durante el Gobierno de Néstor Kirchner, cuando se re negoció la anterior crisis de la deuda, la situación fue totalmente distinta. Por entonces se consiguió una quita de capital cercana al 60% y se patearon los vencimientos por 42 años. En la reestructuración del FdT, apenas se consiguieron dos años de gracia”, explicó Manzanelli.

Nuevas reestructuraciones se avecinan, ya que por más récord de exportaciones que exista vía gasoducto Vaca Muerta, esas divisas ya tienen dueño asignado.   

 

La crisis de las reservas

 

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner ya había puesto el ojo en la pérdida de divisas como consecuencia de los abultados pagos de deuda entre empresas de un mismo grupo. Si el saldo comercial registrado entre 2020 y 2022 fue de 45.500 millones de dólares, la salida de dólares para cubrir los pagos de deuda entre privados, sumado a los recursos que se fueron por la cuenta turismo, totalizaron los 46.600 millones.

De ese total, 35.678 millones de dólares correspondieron a la deuda pública con privados y a la deuda del sector privado, de acuerdo al trabajo difundido por CIFRA, en base al balance cambiario del BCRA.

“Los dólares se fueron para que las grandes empresas cancelen sus deudas. Pero no hay que perder de vista que hablamos de los principales grupos económicos del país, los mismos que poseen dólares en el exterior porque participaron de todos los procesos de fuga de capitales. Hubo una política directamente concesiva hacia el capital concentrado interno”, agregó Manzanelli.

Además de YPF, en este proceso participaron Pampa Energía, Arcor, Cablevisión, IRSA, Petrobras, Tecpetrol, Transportadora Gas del Sur, Banco de Galicia, Aeropuertos Argentina 2000, Banco Macro, Cía. General de Combustibles, Telecom Argentina, John Deere, CLISA, Cresud, Tarjeta Naranja, Banco Hipotecario y Aluar, entre otras.

Programa se busca

 

El trabajo de CIFRA puede ser leído a la luz del pedido de CFK para elaborar un programa de Gobierno que defina ejes y estrategias centrales sobre temas claves, como podría ser el FMI, el manejo de los recursos naturales o el bimonetarismo. Nada de esto se discutió al momento de conformar el Frente de Todos. Y muchos menos durante la gestión.

Dentro de la alianza de Gobierno confluyen dos vertientes que podrían caracterizarse como nacionales, encarnadas por Alberto Fernández y Sergio Massa. Entre sus representados se encontrarían los grupos económicos locales, sintetizan Basualdo y Manzanelli. La tercera fuerza, el kirchnerismo, expresaría al conjunto de los sectores sociales para conformar la propuesta “nacional y popular”.

“Unos, privilegian el crecimiento económico del sector privado en detrimento de la participación de los asalariados en la captación de los ingresos y la riqueza”, explicaron desde CIFRA. Nunca hubo una síntesis, si es que tal cosa existiera o pudiera concretarse. En definitiva, hacia el interior del FdT también se pusieron en juego diferentes visiones sobre cómo manejarse con el poder económico.

Por lo tanto, el problema crucial no radicaría en la “no utilización de la lapicera”, como había machacado CFK, sino en su forma de utilización. Durante los últimos tres años, se tomaron decisiones de una manera sesgada en favor del capital y no de los sectores populares. Esta sería la tesis central de ambos investigadores. 

“Es cierto, como enfatiza la versión oficial, hay una reducida desocupación y un elevado crecimiento económico pero se omite expresar que ese incremento de la ocupación consiste en trabajo mayoritariamente precario y de baja y declinante remuneración no sólo para los trabajadores informales, afectados por el evidente atraso del salario mínimo vital y móvil, sino también de los asalariados registrados”, añadieron desde CIFRA – CTA.

La acumulación de reservas como condición para la sostenibilidad de la recuperación económica y una mejora sustancial en la distribución progresiva del ingreso, no estaría en discusión. Pero no existe la magia ni la generación espontánea que permita alcanzar estos objetivos. “Se necesitan políticas económicas específicas, que son una condición necesaria aunque no suficiente para ensanchar el límite de las posibilidades en un contexto sumamente restrictivo. Pues bien, las políticas del FdT fueron contrarias a esos objetivos”, concluye el trabajo de CIFRA.

El menú de posibles políticas públicas para un posible programa de gobierno nacional y popular ya está sobre la mesa: el incremento de la base salarial a través de una suma fija, la modificación del Impuesto a las Ganancias para gravar en una mayor cuantía a las grandes empresas, una nueva reestructuración de la deuda con los bonistas privados y una modificación radical del acuerdo con el FMI.

Pero también se podría avanzar, como proponen Basualdo y Manzanelli, en otros cambios normativos, como por ejemplo la incorporación de la figura jurídica de grupo económico en la Ley General de Sociedades así como un régimen más estricto de información para limitar el accionar de empresas off shore o constituidas en paraísos fiscales.

En síntesis, estos posibles ejes para un programa de Gobierno apuntarían a la regulación de los grupos económicos y conglomerados extranjeros que constituyen la fracción dominante en el marco de una persistente valorización financiera.