Hace una semana atrás se conoció el índice de inflación para el mes de septiembre que se ubicó en 6,2%, debajo del pico de julio y agosto, pero aún en un valor elevado. Si se mira qué explica ese porcentaje, una vez más, el rubro Prendas de Vestir toma la delantera. ¿Por qué siguen subiendo los textiles?
En primer lugar, el rubro tuvo un incremento en septiembre del 10,6%, ubicándose por arriba del índice general, y llegando a un interanual del 118%. El incremento en los últimos meses fue de 9,9% en agosto, 8,5% en julio, 5,8% en junio, 5,8% en mayo, 9,9% en abril y 10,9% en marzo.
¿Qué justifica esta suba? Si se repasan los principales argumentos que esgrime el sector, aparecen los siguientes: paritarias, incidencia del conflicto bélico, necesidad de reposición que no tiene correlato en el acceso al dólar oficial, y por las mediciones de precios en shoppings, lo que generaría costos adicionales.
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Al desentrañar una por una estas razones es posible dar cuenta de que, en el caso de las paritarias, los salarios del sector se movieron muy por debajo de la inflación del rubro en estos meses. De hecho, en el último año quedaron 30 puntos atrasados.
En cuanto al argumento del impacto ocasionado por el conflicto bélico, si bien hasta mayo 2022 los precios internacionales, particularmente del algodón, impactaron en los precios locales, desde ese momento hasta hoy el valor de dicho producto se redujo sensiblemente, sin embargo los precios de Prendas de Vestir siguieron subiendo.
¿La cobertura vía CCL? En este sentido cabe mencionar que desde julio en adelante la estabilidad en el precio del CCL no permite explicar el incremento de precios del rubro como resultado de posibles variaciones, como tampoco por la brecha que tuvo un derrotero aún más pronunciado. En agosto y septiembre los precios se incrementaron a pesar de que el CCL se redujo (170% en julio, 144% en agosto y 130% en septiembre).
Respecto del costo de la comercialización en shoppings, cabe preguntarse por qué otros productos que se venden en los mismos lugares no subieron el 118% interanual como fue el caso del rubro textil y, además, si los contratos son bajo la ley actual de alquileres, su aumento está atado a la inflación que se movió por debajo de ese porcentaje.
En definitiva, cuesta identificar las razones del incremento de precios por el lado de las razones enumeradas y es posible señalar que responde, en gran medida, a una dinámica especulativa (que busca mejorar márgenes de rentabilidad) y a la fuerte concentración en ciertos eslabones de la cadena, todo lo que incide en la situación inflacionaria actual.
Sin dudas, esto llama la atención además dado que a mediados de septiembre se anunció un acuerdo con las principales marcas de indumentaria para la retracción de precios a principios de mes y el congelamiento hasta diciembre. Si bien es posible que el dato de actual derive de promediar tres semanas con aumentos y una con retracción, el incremento resulta a todas luces muy significativo.
Finalmente, se configura un escenario para nada alentador en materia de recuperación del poder adquisitivo de los salarios. Si se mira qué pasó en la historia con los salarios reales en momentos con picos de inflación interanual, se observa que las chances para lograr ganar en la negociación paritaria son pocas. Como quedó de manifiesto esta semana en las movilizaciones de sectores gremiales, aparece nuevamente en agenda la suma fija como posible herramienta para, al menos, intentar mejorar los ingresos de buena parte de las y los trabajadores que se encuentran muy cerca de la línea de pobreza.