La Comisión Europea (CE) elevó hoy las expectativas de inflación más de un punto porcentual, debido a las presiones en los precios de la energía eléctrica y de otros bienes, y recortó sus previsiones de crecimiento para este año tanto para la Eurozona como para el conjunto de la Unión Europea (UE) a 4%.
Según las proyecciones de Bruselas, los precios al consumidor subirán durante este año 3,5% en la Eurozona y 3,9% en los 27 países de la UE, para luego descender en 2023 a 1,7% y 1,9%, respectivamente, es decir, por debajo de la meta del 2% del Banco Central Europeo (BCE).
Se trata de un alza considerable frente a las proyecciones de noviembre último, cuando únicamente se estimaba para este año una inflación de 2,2% para la Eurozona y 2,5% para la UE.
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El aumento refleja los efectos de los altos precios de la electricidad y también la ampliación de las presiones inflacionarias en otras categorías de bienes desde el otoño (boreal), indicó la CE en un comunicado.
Se espera que en el bloque del euro la inflación alcance un pico de 4,8% en el primer trimestre del año para luego permanecer por encima del 3% hasta el tercer trimestre, y después caer a 2,1% en los últimos tres meses del año.
El BCE sigue de cerca la evolución de la inflación a la hora de decidir un aumento en sus tasas de interés.
Pese a que la Reserva Federal estadounidense (FED) anunció en las últimas semanas que comenzará a aumentar sus tasas de referencia desde el próximo mes de marzo para hacer frente a la inflación, el BCE hasta el momento las mantuvo en mínimos históricos de 0% a 0,25%.
Pese a ello, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, dejó entreabiertas las puertas a subirlas este año ante una situación que ha cambiado.
Los 25 miembros del Consejo (entre ellos los 19 gobernadores de los bancos centrales de los países que adoptaron la moneda única) reconocen de manera "unánime" el riesgo de precios permanentemente altos en el bloque monetario, dijo Lagarde en una conferencia de prensa la semana pasada.
Por otro lado, la misma inflación junto con los cuellos de botella logísticos y de oferta y la escasez de bienes como semiconductores y algunas commodities metalíferas continuarán pesando en la producción, al menos, durante la primera mitad del año, de acuerdo a la CE.
Todos estos factores, a los cuales se añade el rebrote de casos de coronavirus, provocaron una ralentización mayor de la prevista en el continente durante los últimos meses de 2021 y motivaron a que el organismo europeo recortara su previsión de crecimiento de PBI de la Eurozona y de todo el conjunto de la UE de 4,3% a 4% para el año en curso.
No obstante, pese a estas dificultades y la incertidumbre que permanece alta, la CE prevé que la actividad económica retomará la tracción, a medida que las condiciones en la oferta se normalicen y se moderen las presiones inflacionarias.
Un mercado laboral que continúa mejorando, grandes ahorros en los hogares, condiciones financieras favorables y el desarrollo de los fondos de Recuperación y Resiliencia de la UE, permitirán sustentar una fase de expansión robusta y prolongada, señala la CE.
El comisario económico de la CE, Paolo Gentilioni, manifestó que con los vientos en contra disipándose, proyectamos que el crecimiento retome nuevamente su velocidad para esta primavera (boreal).
Con información de Télam