La intervención del Estado contuvo la inflación en alimentos y salud, pero los no regulados subieron más

Luego de la devaluación forzada por el FMI tras la elección PASO de agosto, la inflación se disparó al 12,4% en ese mes y en septiembre subió al 12,7%. Tras el paquete de medidas de contención de precios que lanzó el candidato a presidente Sergio Massa, sobre las áreas clave del consumo (alimentos y salud), el Índice de Precios al Consumidor derivó en una fuerte desaceleración. ¿Qué sectores impulsaron la suba entonces? Los que no son alcanzados por la intervención oficial. El aumento de precios como espejo de la discusión por el Estado en las elecciones 2023.

Durante una gira por La Rioja a mediados de septiembre, en el entorno de Massa confiaban que la inflación que se difundiría en la semana previa al balotaje iba a ubicarse en el rango de cifras que finalmente se oficializaron el lunes. Es que luego de la devaluación del peso a pedido de la mesa directiva del Fondo, el ministro de Economía lanzó una serie de medidas de paralización de precios en sectores de comercialización de primera necesidad. El dique parece haber funcionado en este sentido.

Al revisar las estadísticas que mide del organismo estadístico desde mediados de 2016, no hay registros de una baja de la inflación tan abrupta de un mes a otro. La inflación minorista se ubicó por debajo de lo esperado por las consultoras y logró desacelerar 4,4 puntos respecto a septiembre. La contracción se dio en prácticamente todos los componentes: Estacionales (7,6%), Regulados (6,6%) y Núcleo (8,8%). Pero fue más significativa en esta última, con una caída de cinco puntos, recortando 3,2 puntos de inflación total.

No hay dudas acerca de que el techo del 12% era muy alto y el desafío de Massa será perforar la cifra actual para que no se convierta en un piso de cara a los meses venideros. El primer obstáculo de este objetivo es que el postulante de Unión por la Patria gane el balotaje del domingo, detalle no menor en este razonamiento. 

Estado sí o Estado no

Saliendo de los números fríos, la radiografía de la suba de precios de octubre devela, en parte, la discusión respecto al rol que debe asumir el Estado sobre su intervención (o no) en los mercados. Es que el Gobierno sostuvo un congelamiento amplio de precios de bienes y servicios buscando frenar la escalada que se dio en los meses anteriores. El mejor ejemplo es el de los alimentos, que marcaron una suba del 7,7% mensual, contra el 14,3% de septiembre. Los acuerdos de precio a cambio de beneficios fiscales detuvo la sangría en los bolsillos populares luego subas en doble dígito. 

En paralelo, también paralizaron el costo de la cuota de la medicina privada, lo cual provocó el enojo de las empresas prestadoras de servicio. En este caso, el resultado de la intervención estatal derivó en que la suba de precios en el rubro salud se redujo del 9,5% de septiembre al 5,1% en octubre, el más bajo de todas las categorías.

Para muestra de la importancia del Estado solo hace falta mirar las tarifas a las cuales la intervención de un regulador no puede llegar. Hacia el interior del índice, el rubro de comunicación mostró el mayor aumento (12,6% mensual y por encima del 9,6% de septiembre), seguido por indumentaria (11% mensual) y equipamiento y mantenimiento del hogar (10,7% mensual).

La suba en comunicación se encuentra por encima del valor pactado entre el Gobierno y el sector, que era de 4,5% mensual. Este rubro mostró valores elevados en febrero (8%), junio (10,5%) y julio (12,2%), bajos en marzo (1,9%) y agosto (4,5%) y levemente por debajo de la inflación en abril (6,5%) y mayo (6,7%). La explicación a los aumentos arbitrarios es el paraguas legal que consiguieron las empresas de telecomunicación en el Poder Judicial a través de cautelares que les permiten mover el mercado libremente. El Gobierno apeló todos los fallos, pero la resolución de los conflictos duerme en la Corte Suprema. 

Por su parte, el rubro de prendas de vestir y calzado incrementó sus valores en 11%, es decir, por encima de la inflación promedio. Si bien el dato del mes quedó por debajo de septiembre (15,7%), superó los niveles de los meses de mayor aumento de 2023: marzo, abril, mayo y agosto, donde el rubro había sumado 10,8%, 9,4%, 7,6% y 9,1% respectivamente.

Los incrementos en los rubros recreación y cultura y restaurante y hoteles fueron de 9,3% y 8,8% respectivamente. Ambos quedaron por debajo de la medición del mes anterior (15,1% y 13,2% en septiembre). Este segmento mostró un nivel más bajo incluso que julio y agosto (11,6% y 11,2%), pero por encima de los meses previos (en junio había sumado 6,5%, en mayo 8,4% y en abril 7,5%).  Por último, el rubro restaurantes y hoteles, que sostiene precios elevados desde la postpandemia, mostró un valor algo más moderado, de 8,8%.

Noviembre es una incógnita en varios sentidos, y la inflación minorista de diciembre también. Después de las elecciones del 19 comenzarán a descongelarse alguno de los precios reprimidos hasta ahora, entre ellos el dólar oficial, cuotas de medicina prepaga, y los incluidos dentro del programa Precios Justos. El ordenamiento de ese "afloje" dependerá de la astucia de Massa para negociar sector por sector. La contracara es Milei, cuyo diccionario no admite la palabra Estado.