La reactivación económica tras la pandemia convirtió a la inflación en un dolor de cabeza para países con históricamente bajos niveles. En España y China las subas en los indicadores superaron todos los registros desde que empezaron con las mediciones. El impacto lo siente incluso Estados Unidos, donde el aumento de la minorista en el último mes multiplica por tres el que marcó el año anterior. En Irlanda, el indicador interanual superó la marca del 54%.
La propia directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, planteó que la disparada de los precios fue responsable para la moderación de los pronósticos de crecimiento en el mundo. Realizó una metáfora con que los zapatos tienen “tres piedras” que dificultan el andar: la divergencia en la recuperación, la inflación y la deuda. "Los riesgos y obstáculos para una recuperación global equilibrada se han vuelto aún más pronunciados", advirtió hace dos semanas.
La reapertura de actividades ante el comienzo de la salida de la pandemia por la campaña de vacunación implicó en todo el globo un consumo intensivo de los recursos. Esto elevó de forma inédita la demanda, lo que presionó sobre los precios. El mercado con mayor apremio fue el energético, con un consumo que su oferta no da abasto a satisfacer y derivó en una crisis del sector.
La apremiante situación energética derivó en aumentos desmedidos de las tarifas de luz y gas, al punto que escandalizó a la prensa ibérica, que ahora debate cuánto deberían pagar los hogares. Esta alza récord se registró en todo Europa, uno de los continentes más afectados, ya que cuentan con un sistema centralizado.
Inflación récord en Europa
España, justamente, registró en septiembre un incremento del 23,6% de sus precios mayoristas debido al encarecimiento de la energía. De acuerdo al informe del organismo estadístico oficial, INE, se trata de su mayor alza en 44 años. Contra agosto subieron 5,2%, su mayor variación mensual desde 1975.
El motor de esta disparada estuvo en la energía, que elevó su variación anual 18,6 puntos hasta el 59,8%, su tasa más alta desde el inicio de la serie. Fue tan contundente este impacto que supuso 4,7 puntos del 5,2% que subieron los precios mayoristas en términos mensuales. Este repunte de los precios energéticos se filtró ya a otros bienes. Si se excluyen estos conceptos, los precios mayoristas subieron a un ritmo del 8,8%.
El índice mide los precios que cargan las instalaciones industriales. Las generadoras subieron un 305% sobre el año pasado el cobro de la energía eólica y un 239% anual la térmica. La comercialización de energía eléctrica, en tanto, se incrementó 25% contra un año antes.
Si bien España se destaca, el conjunto de la Unión Europea marcó avances inéditos en los precios. El índice mayorista de la zona euro tuvo en agosto un incremento interanual del 13,4%, de acuerdo a Eurostat, la oficina comunitaria de estadística.
En concreto en Alemania la situación también resulta preocupante, ya que subió 4,1% en septiembre contra el mismo período del año pasado. Aunque puede tentar subestimar este guarismo, se trata de la primera vez que supera el 4% en 28 años: desde diciembre de 1993 que no alcanzaba semejante variación, según la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
Aquí, nuevamente, el precio del gas y la electricidad escalaron en un contexto de fuerte demanda pospandemia. Los aumentos mayoristas interanuales estuvieron en el 13,2% en septiembre, una marca que se remonta aún más lejos: 1974.
En el resto de Europa la situación fue similar. Para agosto, el mes para el que todos los países reportaron sus datos, los precios de producción industrial crecieron interanualmente en mayor medida en Irlanda (+54,8%), Bélgica (+23,9%) y Dinamarca (+23,8%).
En tasa mensual, el incremento de la inflación mayorista fue del 1,1% tanto en el conjunto de la eurozona como entre los Veintisiete, frente al 2,5% registrado en julio también en ambos casos. En comparación con el mes anterior, los precios industriales registraron su mayor incremento en Bulgaria (+4,2%), Dinamarca (+3,1%) y Letonia (+2,6%), al tiempo que los únicos descensos de toda la UE fueron en Irlanda (-4,1%) y Malta (-0,1%).
La inflación también impactó en las mayores potencias del mundo
En Asia, China tuvo una inflación mayorista récord, del 10,7% en septiembre, lo que representa el mayor incremento de la inflación mayorista de toda la serie histórica, que se remonta a 1995, según informó la Oficina Nacional de Estadística (ONE). En agosto había registrado un incremento interanual en la misma línea, del 9,5%.
La escalada de los precios industriales en la mayor potencia asiática reflejó el fuerte encarecimiento observado en la minería y las canteras, con un alza del 49,4%. El país incrementó sustancialmente el consumo de estos recursos para intentar paliar los cortes de energéticos ante la altísima demanda por la recuperación económica.
Los precios en la industria de materias primas aumentaron un 20,4% y en la industria de procesamiento un 8,9%. A su vez, los precios de los combustibles y la energía aumentaron un 30,3%, mientras que los precios de los materiales ferrosos subieron un 23,3% y los de materiales metálicos no ferrosos y alambres un 22,6%.
Estados Unidos también consiste en un caso de preocupación. Allí, el índice de precios al consumidor (IPC) subió un 0,4% en septiembre, con lo que llevó a la anual al 5,4%. El dato de la Oficina de Estadísticas Laborales se trata del más alto en 13 años.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en septiembre fue del 0,2%, con una tasa anual del 4%. Esto demuestra que el impulso alcista se encuentra instalado en la economía norteña.
La economía más grande del mundo se ha enfrentado a los aumentos de precios a lo largo de este año a medida que las empresas reabrieron tras los cierres por la pandemia en 2020. Las cadenas de suministro registran incluso escasez y demoras.
Los precios de la energía subieron en septiembre un 24,8% y los de los alimentos 4,6%. Los precios que pagan los consumidores por el combustible aumentaron un 1,2% el mes pasado y con esto escalaron 42,1% en un año. Los índices de precios de alimentos y de vivienda contribuyeron en más de la mitad de los incrementos mensuales. La inflación es uno de los principales motivos de preocupación en EEUU, ya que se encuentra en niveles no vistos en más de una década.