La inflación de los trabajadores se ubicó cerca del 16% en febrero

La medición de la UMET advirtió que la inflación interanual registró un alza de 280%. En el segundo mes del año lo que más aumentó fueron los bienes y servicios regulados. 

08 de marzo, 2024 | 18.52

El poder adquisitivo de los salarios no para de caer por más que la inflación nominal de febrero dé cuenta de una leve desaceleración. De acuerdo con la medición de Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la variación de los precios durante el segundo mes del año fue del 15,8%. Con este registro, la inflación anualizada alcanzaría el 282%. El ministro de Economía, Luis Caputo, festejó, de manera eufemística, que la población deje de consumir. “Hay precios de lista muy altos que la gente no convalida mayormente, y que ya han empezado a bajarlos”, sostuvo. Sin mencionarlo de manera directa, el coordinador del IET, Fabián Amico, le respondió: “La economía argentina parece encaminarse hacia un acelerado retroceso civilizatorio”.

Según el relevamiento del Instituto de Estadística de los Trabajadores de la UMET, la inflación de febrero estuvo impulsada por los alzas en servicios públicos como electricidad y transporte, a partir de la arbitraria reducción de subsidios por parte del Gobierno nacional. El rubro vivienda registró un alza del 38,8% mensual, seguido por transporte (20,8%). Luego, se ubicó la suba en comunicaciones (14%), salud (12,5%) y educación (11,3%). En el caso de los alimentos, el alza habría sido del 10%.

De convalidarse este guarismo con los datos del Indec (desde el Gobierno insinuaron una suba inflacionaria del 15%), el movimiento de los precios en los últimos tres meses rozaría los 60 puntos porcentuales.

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“La tasa de inflación mensual de febrero es la segunda más alta desde comienzos de los años ´90. Solo en diciembre la caída real de ingresos fue de 15% anual para los privados registrados, 20% para los públicos y un 31% para los trabajadores no registrados. El RIPTE (ingreso de trabajadores formales) muestra en enero una caída real interanual del 22%”, analizó Amico.

En esta línea, el salario y la jubilación mínimos mostró solo en diciembre reducciones del 32% en el salario mínimo en términos reales y un 40% en el poder de compra de la jubilación mínima respecto del año anterior. “Si se agrega el rápido aumento del desempleo, la economía argentina parece encaminarse hacia un acelerado retroceso civilizatorio”, concluyó Amico.

El Gobierno de Milei lo hizo. “Los haberes jubilatorios actualizados únicamente por la fórmula de movilidad (no alcanzados por los bonos compensatorios) mostraron una reducción real de 43% durante el primer bimestre de 2024 comparado con el mismo período del año pasado”, indicaron desde la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Cambio de hábitos

La desaceleración de la inflación en febrero estuvo asociada a la “estabilidad del dólar nominal”, que subió 2% mensual; también jugó su parte la reducción de la brecha cambiaria, la caída de los precios internacionales de las materias primas y la fuerte contracción del consumo. La caída de esta categoría marca que el programa de Milei cierra solamente con una recesión acelerada.

“Estamos frente a un ajuste de ingresos que nunca transitó la sociedad argentina moderna. Esta es una política económica que mediante un ajuste brutal y una recesión nos pone en el preámbulo de un fuerte aumento del desempleo y de la precariedad”, destacó el director ejecutivo del Centro para la Concertación y el Desarrollo y ex ministro de Educación, Nicolás Trotta.

La crisis ya está en la calles. Se palpa en la superficie y de manera subcutánea. Para la consultora ShopApp, “el 62% de los argentinos teme por su economía personal”. Esto implica cambios de hábitos en los consumos: existe un 63% de la población que solo compra cuando aparecen promociones, mientras que un 38% responde que dejará de comprar productos que no sean de primera necesidad.

“Un 62% declara que su principal temor de cara al 2024 es la economía personal/familiar. Le siguen la economía del país (45%), la situación política del país (29%) y la salud mental (24%). En relación a la economía personal/familiar, los principales temores son que la inflación sea muy alta (60%), que sus ingresos se reduzcan (51%), tener que ajustar su nivel de vida (28%), perder su trabajo (19%) y no conseguir trabajo (16%)”, puede leerse en el último informe de la consultora.

Las familias fueron impulsadas a endeudarse para costear gastos tan básicos como la compra de alimentos. Esta situación se arrastra desde la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía. Dicha estrategia habría encontrado su límite.

Según los datos oficiales del Banco Central, la caída interanual de los préstamos personales llegó al 56% en términos reales durante febrero, mientras que en el acumulado del año, el derrumbe fue del 16%.

La otra arista donde se percibió cierto agotamiento en la estrategia de endeudamiento (muchas veces para la compra de alimentos) fue en el financiamiento a través de las tarjetas de crédito, a pesar de la invariabilidad en la tasa de interés. La caída interanual para el segundo mes del año fue del 32%, mientras que la acumulada fue del 11,3% en términos reales.