El consumo en los grandes supermercados registró una caída mensual del 0,4% en abril, mientras que en el acumulado del año, hubo un alza del 2,3% interanual, según los últimos datos difundidos por el Indec. Sin embargo, el dato que sigue sobresaliendo en este contexto de crisis económica y social –que incide en las formas de consumo de la sociedad- tiene que ver con la brecha de precios entre los supermercados y los autoservicios como así también niveles dispares de comercialización. En los comercios minoristas y barriales, las ventas caen mes a mes según los datos relevados por Scentia. Para la Cámara Argentina del Comercio y Servicios, también hubo un estancamiento general en las ventas durante el quinto mes del año.
Los consumos barriales y en los autoservicios registraron una baja en las ventas del 12,4% a nivel país pero con una mayor incidencia en el Area Metropolitana, con un descenso del 29% durante mayo, de acuerdo a las estimaciones de Scentia. Por su parte, las ventas aumentaron en los grandes supermercados. Este último dato ratifica, en parte, que el programa Precios Justos, implementado por el ministro Massa, tendría un alcance limitado a las grandes superficies.
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El proceso inflacionario pega de lleno en las formas de consumo de la sociedad pero no de manera homogénea. La erosión del poder adquisitivo no es pareja para todos, en un escenario donde siguen proliferando los trabajadores y trabajadoras que no llegan a cubrir una canasta básica.
“El ingreso disponible de los hogares pasó a terreno negativo interanual el último trimestre de 2022 y desde ese entonces no solo se ha mantenido en rojo, sino que además ha profundizado su caída. De hecho, se estima que en mayo ya se ubicaría en el orden de los dos dígitos de la mano de la aceleración inflacionaria de los últimos meses, la cual aumenta su poder de daño en mercados laborales con elevada informalidad como el argentino”, indicaron desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).
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Según el indicador de consumo de la CAC, en mayo se registró un estancamiento desestacionalizado frente al resultado de abril y un avance de 1,2% en la comparación interanual.
“De esta forma, el indicador acumula en los primeros cinco meses del año un crecimiento de 3,8% interanual, aunque todo indica que el consumo seguirá perdiendo dinamismo en los próximos meses. De hecho, a partir de enero se observa una tendencia bajista en las tasas de crecimiento interanual exhibidas por este indicador, al pasar de un avance de 6,1% interanual en el primer mes de 2023 al 1,2% actual”, agregaron desde la CAC.
Disparidades
Según la CAC, en el rubro de indumentaria y calzado se registró una caída estimada de 17,8% interanual durante el quinto mes del año. “Este resultado se enmarca en un proceso de contracción iniciado en octubre de 2022, en consonancia con la evolución del poder de compra de los hogares, acompañado de un encarecimiento relativo de los precios del sector en la comparación interanual (+4,9%)”, según el informe de la CAC.
Por otro lado, el capítulo de transporte y vehículos mostró un crecimiento estimado del 3,2% interanual en mayo; los patentamientos de autos y motos avanzaron un 4,5% y 1,1% interanual, respectivamente.
“Paralelamente, la golpeada capacidad de compra de los consumidores, junto con la escasez de divisas y las restricciones para acceder a bienes importados, ha derivado en un reacomodamiento del mix de ventas”, concluyó la CAC.
Desempleo e informalidad laboral
En términos estadísticos, la desocupación bajó un 0,1% en la comparación interanual, pero hay más personas desocupadas. En el primer trimestre de este año se registraron 974.000 personas sin empleo, cuando para el mismo período del año pasado eran 943.000 personas. Es decir, 31.000 desempleados más. Y en la comparación con el último trimestre del año pasado, la desocupación alcanzó a 99.000 personas más.
Pero también hubo creación de empleo. Según el último informe del Instituto de estadísticas, la cantidad de asalariados con descuento jubilatorio pasó de los 5,9 millones a 6,2 millones de empleados, es decir 300.000 personas más que durante el primer trimestre de 2022. La misma cifra que la cantidad de nuevos empleados informales contabilizada en la comparación interanual.
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“El problema radica justamente en la calidad del empleo que tiene lugar en este proceso de recuperación económica que acelera el proceso de precarización en curso”, afirmaron desde el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) que coordina Claudio Lozano junto a la economista Ana Ramieri.
“Resulta que son once trimestres durante los cuales se creció en nueve, en ocho se verificó recomposición de la tasa de empleo, y en siete ese aumento del empleo estuvo asociado a un incremento de los asalariados no registrados más importante que el formal”, agregaron desde el IPyPP.
De acuerdo a los datos elaborados por Lozano, luego de extender la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) a la población urbana total, desde la segunda mitad del 2020 hasta el primer trimestre de este año, “se crearon 2,7 millones de puestos de trabajo informales, contra 927.000 formales” y más de 1,4 millones de cuentapropistas, mucho de ellos monotributistas.