Todos los meses, el Banco Central publica el informe de Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) en base al análisis de 38 consultoras económicas en donde son consultados por las proyecciones de las principales variables económicas. Una de ellas, es la inflación. Este informe es clave no sólo porque es un termómetro de lo que piensa el "mercado" si no también porque sirve para observar qué tan cerca o lejos está de las proyecciones que realiza el Gobierno.
En un nuevo informe publicado esta semana, quienes participaron del REM estimaron una inflación mensual del 5,2% (-0,3 p.p. respecto al REM anterior). Para julio proyectaron una inflación mensual de 4,8% y para el año de 138,1% i.a. (-0,7 p.p. y -8,3 p.p. en relación con la encuesta previa, respectivamente). Quienes mejor pronosticaron esa variable en el pasado (Top 10) esperaban una inflación de 136,6% i.a. para 2024 (-6,9 p.p. en relación con el REM previo). Respecto del IPC Núcleo, el conjunto de participantes del REM ubicó sus previsiones para junio en 3,7% y para julio en 4,1%. El Top 10 esperaba una inflación núcleo de 3,9% para junio y julio, y de 114,7% i.a. para 2024.
Lo destacado del dato es que hasta diciembre el mercado prevé que la inflación mantendrá un piso del 4%. Pero, por otro lado, también ajustó a la baja el IPC de los próximos meses (en el anterior REM, era de 5%).
Así, para junio, cuyo número se conocerá el viernes que viene, se espera una inflación del 3,7%, julio 4,1%, agosto 4,2% y septiembre 4,2%. Para la última parte del año la inflación sería del 4% en octubre, 4,1 en noviembre y pega un leve salto al 4,3% en diciembre, estacionalmente de mayor inflación.
¿Qué dicen las consultoras de la última semana de junio?
Mientras continúan las dudas respecto del impacto que va a tener el aumento de tarifas de electricidad y gas en la inflación de junio, los aumentos de precios en alimentos y bebidas se volvieron a acelerar. El gobierno de Javier Milei tenía previsto aprovechar la menor inflación en alimentos y bebidas para avanzar en la suba de servicios y mostrar que continúa la desaceleración del nivel general. No obstante, los precios en góndola volvieron a subir en productos de primera necesidad.
“En la tercera semana de junio la variación registrada fue del 0,1 por ciento, aunque algunos productos saltaron hasta casi 5 por ciento. Entre las categorías con mayor aumento semanal se encuentran los aceites, grasas y mantecas (4,9 por ciento) y los lácteos (1,8 por ciento). Por otro lado, las categorías que tuvieron variaciones negativas fueron pescados y mariscos (-5,2 por ciento) y otros alimentos (-2,3 por ciento) que incluye especies, condimentos, sopas, polvo para postres, snacks, entre otros”, señala el relevamiento mensual de Analytica Consultora.
La inflación de mayo había arrojado un 4,2% para el nivel general y un 4,8% en el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas. Cabe destacar que este último toma particular relevancia debido a que pondera en un 27 por ciento sobre el total, muy por encima a las 11 divisiones restantes.
“A partir de nuestro relevamiento semanal, registramos en las primeras tres semanas de junio una variación acumulada punta a punta del 1,9 por ciento en el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, y el promedio de cuatro semanas es de 3,4%”, detalla Analytica. Las cifras coinciden con los relevamientos realizados por otras consultoras, donde advierten cuáles alimentos más aumentaron en las últimas semanas.
Hasta la segunda semana de junio, la suba promediaba 3,6% (tomando las últimas cuatro semanas previas) y 4,8% punta a punta en el mismo período, según el informe que realiza la consultora lcg. En esa segunda semana, la cifra de inflación representó “una aceleración de 1,5 puntos porcentuales respecto a la semana anterior”.
Un reporte de la Fundación Capital plantea que “con ajustes de precios relativos pendientes, la desinflación encontrará un freno en el tercer trimestre”. “Si bien el mes de mayo habría cerrado en torno al 5 por ciento mensual, el menor registro desde 2022, esto ocurrió en un marco de postergación de los ajuste tarifarios (-2,3 puntos) que difícilmente se sostenga por muchos meses, dado el objetivo de déficit fiscal cero de las autoridades”, advierte el trabajo.
El estudio sostiene que, “con salarios que podrían comenzar a empardar a la inflación, una brecha cambiaria que no puede descartarse que vuelva a mostrar algún signo de tensión, aumentos de combustibles ya pautados, posibles subas en tarifas de servicios regulados y efectos de segunda ronda, luce complejo quebrar el registro de inflación general del 4 por ciento mensual hacia el segundo semestre”.