Cambio en el Gobierno: desplazaron a una directora del Indec a poco tiempo de cambiar la forma de medir la inflación

Fuentes cercanas al organismo explicaron a El Destape que el pedido de renuncia se debe a "cuestiones operativas y formas de trabajo".

22 de octubre, 2024 | 17.53

Mientras se aguarda que el Indec lance el nuevo índice de precios, el organismo desplazó a la directora nacional de Estadísticas y Precios, Analía Calero. Fuentes cercanas al organismo explicaron a este portal que el pedido de renuncia se debe a "cuestiones operativas y formas de trabajo". Sin embargo, despegaron la medida de la decisión de lanzar un nuevo índice de precios que pondría en marcha en los próximos meses.

Calero tenía bajo su órbita la Dirección de Índices de Precios de Consumo, que dirige Georgina Giglio, y la de Índices de Precios de la Producción, que lidera Rodrigo Oliver. Según trascendió, el titular del Indec, Marco Lavagna, tenía diferencias de criterio con la funcionaria desplazada.

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"Fue por formas de trabajo, administración de recursos humanos y manejo de equipos de trabajo y cumplimiento de metas", explicaron en la cúpula del Indec sobre el pedido de renuncia a Calero. Una voz representativa dentro del organismo afirmó a El Destape: "Nos enteramos por medio de los medios, estamos consternados y sorprendidos por la situación. Queremos señalar que esta salida no debe, indirectamente, poner en la mira ni perjudicar el trabajo de nuestros compañeros del sector que lo hacen con responsabilidad y compromiso".

Las claves del nuevo método del Indec para medir la inflación

Lavagna había adelantado en septiembre pasado que estaban casi listos para lanzar el nuevo IPC con una base de 500.000 precios y 24.000 informantes. "Estamos en las pruebas finales", había mencionado entonces. El índice actual tiene 320.000 precios y va a pasar a 500.000 precios. De 16.700 informantes se saltaría a 24.000 informantes. Hace más de un año se comenzó a trabajar en la nueva canasta, pero aún no hay una fecha establecida para la difusión del índice. En los pasillos del organismo ven "difícil que esté para noviembre" ya que previamente se hará una presentación de los detalles metodológicos.

Según pudo saber El Destape, la metodología implicará un cambio en la estructura de la muestra y en la ponderación de los bienes y servicios que se incluyen, ante la actualización de Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHO); actualmente se utiliza un insumo de 2004 que será reemplazado por la encuesta realizada en 2017.

Lo que sucede en la actualidad es que dentro del índice vigente, el consumo de electricidad pesa 1,03% dentro del total de los precios relevados y el gas 1,51%, mientras que el azúcar pesa 1,01%, cuando en la actualidad poseen una mayor relevancia dentro de la estructura de costos de las familias. Una fuente del Gobierno señaló a este medio que "producto de las nuevas ponderaciones de servicio, este segmento crecería un 10% respecto a cómo se viene ahora midiendo".

La variación de precios se mide en base a índices, como una buena parte de las variables macroeconómicas. En la construcción del mismo intervienen dos elementos básicos, los precios y la canasta de bienes; en tanto que sus resultados son esenciales para medir el “costo de vida” de la población.

De acuerdo al Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (Isepci), en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), como en la mayoría de los índices de precios se utiliza la fórmula Laspeyres, que compara el gasto realizado para adquirir una canasta fija de bienes y servicios, aplicando sobre ella la variación de precios. La comparación se vincula al gasto del consumidor y dicho gasto depende de sus “gustos”, elemento subjetivo que es parte determinante de su demanda. Pero también depende de la relación existente entre los precios de los bienes y servicios (efecto sustitución); así como del ingreso con el cual el consumidor va a conformar su estructura de gastos (efecto ingreso). Las relaciones entre precios, incluido el ingreso, son elementos objetivos que denominamos precios relativos.

La canasta de bienes del IPC está conformada por doce agrupamientos, que se aplican con diferentes ponderaciones en las seis regiones geográficas del país en las cuales se realizan las mediciones. El INDEC elabora un IPC para la canasta de bienes de cada región y luego procesa un índice nacional, computando otras ponderaciones para cada región, que reflejan principalmente el peso poblacional de cada una.

En Argentina convivieron hasta diciembre de 2023 mercados de bienes con libre competencia en los agrupamientos de alimentos, vestimenta, recreación; con mercados de servicios regulados y/o subsidiados, como los servicios eléctricos, salud, transporte, comunicación. Es decir, canasta y precios son elementos independientes para la elaboración del IPC, siempre que no haya altas variaciones en los precios relativos que alteren la composición del gasto de los consumidores. Con ingresos estables de los consumidores, el aumento de la tarifa de luz, prepaga, transporte, etc., en relación a los alimentos, tiene altas chances de influir y alterar la composición de los gastos, léase la canasta de consumo.

El precio relativo en enero-julio de 2024 se ubica en 1.61, cifra que muestra un 61% de aumento del precio de los servicios con relación al precio de los alimentos. Este valor se ubica cercano al doble del calculado 2018-2019, mientras es similar al 2017, cuando el gobierno de Macri intentaba imponer una política de reducción de subsidios similar a la actual.

Desde diciembre de 2023, los agrupamientos de servicios registraron un incremento de precios superior a los alimentos y también a otros bienes como vestimenta y equipamiento del hogar. Asimismo, fueron reducidas las variaciones en los agrupamientos de recreación y restaurant, situación que muestra especialmente los efectos de la recesión económica y la caída de los ingresos de la clase media