Puede que las últimas dos semanas hayan estado eclipsadas con las nuevas medidas tomadas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), pero el sol no se puede tapar con la mano. Es que, mientras se restringe la compra de dólares, se les guiña el ojo a los exportadores, cae a niveles históricos la actividad económica y Coca Cola al final no se va del país, hay un dato que cruje: 40,9% de Argentina es pobre y el 10,8% está en la indigencia. Sonido seco y silencio incómodo. A partir de ahí, todo aquel funcionario que se dedique a otra cosa que no sea ocuparse de bajar ese número desde el lugar que le toca, será tomado como una falta de respeto.
Ahora bien, punto aparte para el nivel local de indigencia. Aunque no discrimina a ningún sector del país, es impúdico y caótico que en CABA, el distrito más rico de Argentina, haya más de 110 mil personas que sean indigentes, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Caramba. Y podría ser peor. De hecho, así lo piensa Claudia Enrich, coordinadora de Ciudad sin Techo, un colectivo social que reúne a gente en "situación de calle y en riesgo de situación de calle" en la zona de la Plaza de los dos Congresos. ¿Por qué podrían ser más? Porque Enrich cuenta que en esos 110 mil falta un sector: las personas en situación de calle. “A ese número no le hago caso. Cuando la gente censa, censas a todas las personas que tienen puerta. No hay forma de asegurar la indigencia y la pobreza si no hay gente censada en situación de calle, justamente porque no tienen puertas para golpear.
El último Censo Popular se hizo en 2019 por distintas organizaciones sociales y estima que hay, por lo menos, 7251 personas durmiendo en la calle. El mismo año GCBA arrojó un número mucho menor: 1141, pero admitió que podrían ser más. Que haya gente durmiendo en la calle y ver a las ranchadas debajo de una autopista como parte del paisaje urbano -si es que no piden que se retiren para ocultarlo- es un reflejo de una maraña de problemas como sociedad y del capitalismo todo. Tan solo para pensar en una punta de este enredo, en CABA existe la Ley 3706 de Protección y Garantía Integral de los Derechos de las Personas en Situación de Calle y en Riesgo a la Situación de Calle. Fue aprobada en la Legislatura Porteña en 2010 tras la ocupación del Parque Indoamericano, en reclamo de una vivienda digna, hecho que derivó en represión policial, balas de goma adulteradas con plomo y tres fallecidos. La legislación se pensó para dar un abordaje integral para resolver la grave problemática de tener gente durmiendo en un par de baldosas, pero adivinen qué: son varias las organizaciones sociales que denuncian que esta Ley no se cumple. Desde Ciudad sin Techo se está concluyendo un informe que contempla un censo entre abril, junio y agosto desde Constitución hasta Plaza de los Virreyes, para presentar un estado de situación y que se cumpla esta Ley.
La dirigente peronista de la organización, una fundación creada al calor de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, profundiza sobre la situación y cómo esta legislación podría hacer la diferencia.
¿Qué significa estar en situación de calle?
Es alguien que ha perdido todo, hasta la dignidad. Terminás en la calle, por ahí, con la idea de que en una semana te levantás y salís adelante y conseguís trabajo, pero la calle te rompe de tal modo que te terminas hundiendo y perdes hasta la dignidad. La calle te chupa. Una vez que caíste, no hay manera de salir de vuelta si no tenés una organización y el Estado no se hace presente como debería.
¿Es lo mismo estar en situación de calle que estar por debajo de la línea de indigencia?
Todos los que están en situación de calle son indigentes y no todos los indigentes están en situación de calle. El último Censo Popular lo hicimos nosotros como organizaciones sociales censos populares en 2019. No hay gente censada oficialmente porque no tienen puertas para golpear y consultar. Son los nuevos desaparecidos sociales, hay muchos NN, y el Gobierno de la Ciudad, que mucho tiene que ver con esa época, no los quiere ver.
Así, ¿cómo podes hablar de porcentajes de indigencia reales? Cuando el INDEC censa, lo hace a todas las personas que tengan puerta. Ya me estas dejando de lado a las casi 8 mil personas en situación de calle desde 2019. Y hoy hay más, muchísimas más.
Los números marcan un fuerte contraste con las cifras oficiales difundidas por el vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Diego Santilli, en 2019. Según su relevamiento hay 1.141 personas a la intemperie.
El número peca de que les está faltando gente porque los mueven. Estamos ante un enemigo muy peligroso que no quiere que se sepa la verdad. Una vez censamos la parte de la zona de San Nicolás. Treinta personas durmiendo. Vino un micro de la policía y los invitó, gentilmente, con sus palitos, a que se despierten y se vayan de ahí, porque si no “no sabían lo que les podía pasar”. A toda la organización les pasó una situación similar en las 15 comunas. Tenemos un abandono del Estado terrible, desde el nacimiento hasta la muerte.
¿Es más común ver hombres o mujeres durmiendo en espacios públicos?
El 85% son hombres adultos. Siempre es mayor la cantidad, por muchas razones. Mucho tiene que ver con violencia de género: el que es excluido del hogar es el hombre. Por otro lado, por falta de trabajo es la mujer la que se queda en la casa y el hombre sale a buscar la manera de salir adelante. Cuando hay familias con chicos, lo primero a lo que se apunta es llevarlos a hoteles... o bien a separarlas llevando a los niños a un hogar. Eso se hace, generalmente, pidiéndoles a las familias que firmen un documento donde se advierte que, si no logran salir de la calle, llevarán al hijo a un hogar. El problema es que muchos no saben leer ni escribir, entonces no saben lo que firman, los engañan fácilmente.
Si la vida adulta es difícil, crecer en ese contexto hace que las injusticias constantemente estén de tu lado.
Hay dos ejemplos que tengo grabados. Uno es el de Romina, quien hoy forma parte de la organización. Hace muchos años, junto a su madre y sus seis hermanos tuvieron que irse de su casa por temas de violencia. A los menores se los llevaron a un hogar sin el consentimiento de la madre. Cuando quiso recuperarlos, sus hijos ya habían sido adoptados. La madre de Romina decidió atarse con cadenas al Congreso en forma de protesta, fue noticia. Murió de cáncer sin haber podido reencontrarse. Romina vivió todo esto. Al conocerla me dijo: “Necesito recuperar a mis hermanos. Voy a luchar por lo que mi mama no pudo seguir luchando.” y así lo hizo.
Otro ejemplo es Paola. A ella la conocimos con varias enfermedades, producto de que nunca fue atendida. Sufrió abuso del tío y del padre. Yo pasaba fines de semana acompañándola porque seguidamente había que internarla Ramos Mejía por su estado de salud. Un día supimos que no tenía partida de nacimiento, solo que era de Córdoba. Iniciamos el trámite para obtenerla. En el medio, Paola volvió a internarse y no salió más. Tres meses después de su muerte nos otorgaron la partida. Hasta enterrarla nos costó. Nos pedían a un familiar. ¡Durante 20 años nadie se ocupó y ahora piden a un familiar! Ni en eso dan dignidad a la gente. Es muy fuerte todo lo que hemos vivido estos 8 años.
-¿Cómo empezó Ciudad sin Techo?
Empezamos el 14 de julio del 2012. Fue culpa de las Madres. Un día Hebe de Bonafini habló de solidaridad, pero solidaridad en serio, sacarte lo que tenés puesto, no de buscar lo que te sobra. Hay un hermano que tiene frío. “Ustedes hagan algo. Los cantos que cantamos acá tienen consignas muy lindas, hagan algo con eso”, nos decía. Empezamos sirviendo chocolatada y, a partir de allí, nos dimos cuenta de que no entendíamos nada. Empecé a investigar otras organizaciones y ahí aprendimos a darle forma a aprender a escuchar, que es lo básico. Si no sabés escuchar a la otra persona va a ser muy difícil que puedas abordar algún tipo de problemática en situación de calle.
-Es muy interesante pensar a la escucha como la primera necesidad directa que quien está en situación de calle. El problema no se basa solo en la vianda y techo.
Está perfecto que cada uno ayude desde donde puede, pero para mí dar comida o ropa es sostener la vida en la calle, y nosotros trabajamos en profundizar esto y recuperar los derechos vulnerados, ¿Por qué? ¡Porque somos peronistas! Creemos en la justicia social. Vos le das de comer y sostenes la vida en la calle. Si le das una vivienda y ya, solo techas el problema. Las ranchadas siguen adentro. En los Centros de Integración no hay gente capacitada para ocupar esos lugares. La Ley 3706 propone preparar operadores de calle, formar gente. Es una de las cuestiones por la que queremos entrar en el ámbito académico, para que salgan perfilados para lo que es situación de calle, con una mirada distinta. No son las mismas políticas para la pobreza que para la situación de calle. Ellos están tan rotos que están cansados del chamuyo. ¿Con qué me vas a chamuyar ahora?, te dicen.
-Y en el medio de los miles de problemas que me podes contar, justamente la Ley 3706 podría solucionar varios frentes.
Lo más interesante de la Ley 3706 es que te propone una mesa de trabajo con jefes de la sociedad civil, organizaciones, instituciones estatales y personas en situación de calle para generar políticas públicas.
Como en cualquier entrevista dada desde abril, no puedo no hablar de la pandemia y preguntarte cómo afectó a la gente en situación de calle.
En junio se abrieron un montón de dispositivos por el Covid-19, pero en agosto la gente en la calle fue más, porque empezaron a irse de esos lugares que no estaban preparados para recibirlos realmente. Los echaron de los hoteles y con niños. Nuestro trabajo es correr contra el fuego todo el tiempo, apagando incendios. Además, mucha gente no tiene manera de lavarse las manos, higienizar los espacios ni ponerse alcohol en gel.
Todos los días vemos a personas durmiendo en la calle. Cada vez más. ¿Ya nos da igual?
A nadie le da igual. Hay vecinos a los que les molestan esas bolsas negras que son seres humanos que aman y tienen hambre como cualquiera. También está el vecino que quiere ayudar pero no sabe cómo accionar. Lo que sí se puede hacer, además de llamar al 108, es sentarse al lado de esa persona y escucharla. Si hacen eso, ya tienen un motivo en su día, porque no tienen proyecto al día siguiente. No hay días y noches. Compartir un pedazo de sandwich hace la diferencia, aunque quizás le falte el documento o la partida de nacimiento, volver a su lugar de nacimiento.También me puede pasar a mí, si no puedo pagar algo, me quedo en la calle. El otro no es una persona de otro planeta, nos puede pasar a todos. El otro es un par. El otro soy yo.