El G-20, en el encuentro de ministros de Finanzas que se realizará el próximo mes en Río de Janeiro, tendrá sobre la mesa de debate el proyecto encargado por Brasil para impulsar un impuesto mínimo global a los multimillonarios para financiar las políticas sociales de los Estados.
La medida propuesta va exactamente en dirección contraria a la política impulsada por la administración de Javier Milei para reducir las alícuotas y elevar el piso a partir del cuál hoy se paga en Argentina impuesto a los bienes personales, denominado impuesto a la riqueza.
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El trabajo encargado por la administración de Luiz Inácio Lula da Silva fue realizado por el economista francés Gabriel Zucman, profesor de la Escuela de Economía de París y de la Universidad de Berkeley en California, y presentado esta semana.
La riqueza de los multimillonarios globales aumentó del 3% del PIB mundial en 1987 a casi el 14% en la actualidad y los multimillonarios deberían pagar en impuestos el equivalente de al menos el 2% de su riqueza cada año, propuso Zucman.
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En 2024, un impuesto mínimo a los multimillonarios mundiales equivalente al 2% de su riqueza habría generado 242.000 millones de dólares en ingresos fiscales suponiendo una aplicación perfecta, y 193.000 millones de dólares suponiendo una elusión y evasión fiscal del 20%.
El economista brindó detalles de la propuesta en una conferencia de prensa y a través de la red social X, donde también se puede encontrar el trabajo denominado “A blueprint for a coordinated minimum effective taxation standard for ultra-high-net-worth individuals” (Un plan para un estándar impositivo mínimo efectivo coordinado para personas con un patrimonio neto ultraalto).
Zucman planteó que “los sistemas tributarios no gravan efectivamente a las personas más ricas hoy en día” y señaló que se sabe a partir de “una investigación pionera, a menudo realizada en asociación con las autoridades tributarias, que muestra un patrón recurrente: todos los impuestos incluidos, los súper ricos pagan menos que los trabajadores comunes y corrientes”.
Los impuestos que cobran en la actualidad los países sobre la renta no los grava de manera efectiva el patrimonio por la conducta de las personas ultra ricas que utilizan sociedades holding y otras técnicas para declarar fácilmente ingresos imponibles escasos (o incluso nulos). “Esto conduce a una pérdida considerable de ingresos para los gobiernos y alimenta la desigualdad”, sostuvo.
El medio ProPublica, con sede en Nueva York, detectó sobre una investigación de datos fiscales del Servicio de Impuestos Interno (IRS por su sigla en inglés), que los 25 estadounidenses más ricos, entre ellos Jeff Bezos, Michael Bloomberg y Elon Musk, pagaron relativamente poco —y en ocasiones nada— en impuestos federales de ingresos entre 2014 y 2018.
La investigación publicada en 2021 por el New York Time revela la marcada desigualdad en el sistema tributario estadounidense que permite a los hombres más ricos del mundo, como Bezos, fundador de Amazon, y Musk, el creador de Tesla, o George Soros, beneficiarse de una compleja red de tecnicismos en el código tributario y también del hecho de que Estados Unidos privilegia gravar los ingresos laborales en lugar de la riqueza.
Esa es también la propuesta tributaria de Milei, que intenta reestablecer el impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría, empleados en relación de dependencia, que fue eliminada el año pasado por el Congreso.
Los sistemas tributarios más justos incluyen impuestos a los ingresos en forma progresiva pero son los impuestos al patrimonio, como el que aplicó Argentina por única vez para financiar las políticas públicas impulsadas durante la pandemia, los que permiten generar las masas de recursos y eliminar la regresividad de los sistemas impositivos.
El trabajo de Zucman muestra el proceso de concentración de la riqueza que les permite a los multimillonarios globales detentar casi 14% del PBI global.
“La mejor manera de abordar este fracaso sería con un estándar mínimo común. Los multimillonarios deberían pagar en impuestos el equivalente de al menos el 2% de su riqueza cada año (en lugar del 0,3% que pagan hoy). Esto borraría la regresividad en lo más alto”, señaló.
La propuesta básica es un 2% para los multimillonarios, pero el informe también analiza diferentes tasas y umbrales.
El trabajo también explica que el rendimiento de la riqueza es superior al efecto del impuesto, por lo que no consumiría el capital y como máximo llevaría a un proceso de riqueza estacionario. “En cualquier caso, para todos los escenarios considerados en este plan, la rentabilidad neta de impuestos de los multimillonarios seguiría siendo alta: en un rango del 4,5% (con un impuesto mínimo del 3% bien aplicado) al 6,7% (con un impuesto mínimo del 1% mal aplicado).
El trabajo también insiste la necesidad de una coordinación global para aplicar el impuesto y aclara que no sustituiría las políticas fiscales progresivas nacionales, sino que las apoyaría.
“Esto se debe a que mejoraría la transparencia sobre la riqueza de los estratos más altos, reduciría los incentivos para participar en la evasión fiscal y limitaría la competencia fiscal internacional”, sostuvo.
Francia, según la agenci AFP, afirmó que apoya el plan, que también secundan España y Sudáfrica. La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, se declaró en cambio contra "una negociación fiscal internacional", pese a que el presidente Joe Biden suele defender la idea de aumentos los impuestos de los multimillonarios.