Mientras el ministro de Economía, Sergio Massa, advierte a los empresarios por abrir el comercio exterior como castigo a los aumentos desproporcionados, los representantes del sector textil se quejan por los cambios en el sistema de importación que inauguró el Gobierno. La indumentaria es uno de los rubros que más aumentó en lo que va del año y viene empujando fuerte la suba de precios a nivel general.
El nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que sustituye al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones, empezó a regir con el objetivo de dar un mayor ordenamiento y trazabilidad completa a las operaciones y evitar casos de sobrefacturación, “uso abusivo de cautelares” y otros mecanismos irregulares. En el primer día de vigencia, 2.767 importadores iniciaron trámites para la compra de mercadería en el exterior con total normalidad, mientras que el total de las declaraciones tramitadas con el actual mecanismo ascendió a 7.625 presentaciones.
Entre las principales ventajas del nuevo sistema, figuran la incorporación de la fecha de pago estimada en divisas, verificación del cupo importador en tiempo real, un mayor control en la trazabilidad de toda la operación y la creación de una cuenta corriente única de comercio exterior. Sin embargo, hay sectores que desconfían.
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En el caso de los textiles, denuncian que sufren trabas al ingreso de prendas terminadas, pero también de telas para confección local. Un representante del sector aseguró a este medio que se encuentran al filo de la paralización de la producción por la falta de hilados como consecuencia de las restricciones a las importaciones, y advirtió que la temporada de invierno 2023 se verá resentida.
"Nos retan por el aumento de los precios, pero es el desabastecimiento el que produce los aumentos. Hay producciones que se reducirán y la que haya será más cara", adelantaron desde el sector. Es importante remarcar que los textiles conforman un aparato productivo de alta informalidad, lo cual dificulta cualquier tipo de control.
Massa les advirtió a las empresas textiles que abrirá la importación de productos y eliminará beneficios fiscales si no reducen los aumentos de precios en el sector. "Si joden, se los saco”, amenazó Massa al referirse a los bonos de incentivo, la alícuota diferencial, entre otros subsidios. Según pudo confirmar El Destape, Massa les pidió a empresarios que le presenten un plan para reducir los aumentos antes de la próxima semana. En el caso de no concretar un esquema de reducción de costos para los consumidores, el Gobierno abrirá las importaciones para que productos del exterior compitan en el mercado interno.
Por esta razón, les solicitó a las compañías del sector “un programa de precios por cuatro meses para frenar la locura”. Según trascendió, el ministro se mostró muy enojado con los popes textiles por las abruptas subas por encima del promedio general de la inflación. Por segunda vez consecutiva, el segmento de prendas de vestir y calzado encabezó los aumentos del mes. En septiembre, la división textil fue la de mayor aumento (10,6%), mientras que en agosto había aumentado 9,9%. En lo que va de 2022, la inflación del sector es del 90,1% y desde una perspectiva interanual se disparó un 118%.
Los textiles suman quejas
Los argumentos de los representantes del sector suelen ser los mismos. Para ellos, la indumentaria es un componente estacional del índice de precios, por lo cual es típico observar grandes incrementos en determinados meses del año. Además, hacen hincapié en que desde los insumos importados pueden derivar aumentos en los precios finales al consumidor, aunque también influye la importación de maquinarias, repuestos y productos intermedios.
Otra queja difundida entre los referentes del rubro es que existe un problema metodológico en la medición del Indec, ya que el precio de la indumentaria que mide el IPC tiene poco que ver con la producción nacional y se basa en indumentaria de shoppings. Aducen que el Indec no actualiza su forma de medición desde 2004 pero que en estas casi dos décadas el patrón de consumo varió, ya que ahora se compra mayoritariamente a través de Instagram, en ferias como La Salada o marcas "genéricas" como las de la calle Avellaneda, donde los precios, aseguran, son mucho menores que en las marcas de primera línea de los shoppings.
A fines de septiembre, el Gobierno firmó con la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) y con empresas del sector textil un acuerdo "voluntario" para mantener hasta el 1 de diciembre los precios de la ropa. Los valores de referencia que serán tomados son los que las prendas registraron el 5 de septiembre pasado.
El entendimiento prevé mecanismos por parte de la Secretaría de Comercio para auditar y verificar el cumplimiento del mismo. Desde el Gobierno aclararon a este medio que los resultados de este entendimiento se verán recién en el informe inflacionario de octubre.