El Gasoducto Néstor Kirchner, que se inaugurará este domingo tras ocho meses de obra récord, traerá beneficios inmediatos y a mediano plazo en cuatro dimensiones clave para la economía: ahorro fiscal para el Estado, baja en las tarifas energéticas para algunas categorías de usuarios, creación de empleo directo e indirecto y mayor disponibilidad de dólares para la importación industrial.
La obra pública que permitirá llevar el gas desde Vaca Muerta hasta el centro del país será inaugurada luego del llenado del último de los seis tramos, este sábado, entre los kilómetros 285 y 570, un procedimiento técnico habitual para estos casos.
El acto, que comenzará en Salliqueló a las 15 horas, contará con la presencia de Sergio Massa, Cristina Kirchner y Alberto Fernández. Será la segunda foto pública entre los tres desde que el precandidato presidencial de Unión por la Patria asumió como ministro de Economía, y la primera sin contar la apertura de sesiones del 1° de marzo.
La ocasión, en el contexto de la campaña, lo amerita. El Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) traerá, a corto o mediano plazo, beneficios para el país en cuatro dimensiones clave de la economía.
Ahorro fiscal en subsidios
En primer lugar, el GPNK redundará en un ahorro fiscal para el Estado, gracias a que el gas más barato permitirá bajar el volumen de los subsidios que se destinan al sector energético.
"Ahora hay subsidios porque hay que comprar dólares afuera, pero hay que cobrar en pesos según la tarifa de la distribuidora" energética, señaló en ese sentido Sergio Echebarrena, dirigente de CAPIPE y del Movimiento Productivo 25 de Mayo.
Sucede que CAMESSA, la distribuidora mayorista de energía eléctrica, importa directamente el gas natural licuado (GNL), un insumo necesario para generar la energía eléctrica que luego se transporta y distribuye a todo el país. Dado que CAMMESA tiene una ganancia estipulada por contrato con el Estado, si aumenta el costo de importación del gas, entonces el Estado debe cubrir esa diferencia. Ahora que el costo del gas bajará por ser abastecido localmente, también bajarán los subsidios.
En 2022, Enargas estimó que, en el corto plazo, el Gasoducto Néstor Kirchner permitirá un ahorro de unos 1.000 millones de dólares gracias al abastecimiento de gas a todo el AMBA, al ser conectado con el gasoducto Neuba II.
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Baja en las tarifas de luz y gas
En tercer lugar, la puesta en marcha del GPNK también permitirá una baja en las tarifas de luz y gas, aunque no para todos los sectores. El Gobierno estima que el costo del gas bajaría a 3,5 dólares por millón de BTU con el gasoducto funcionando a tope. Esto implica que los que hoy, gracias a los subsidios, pagan menos que eso, no se verán beneficiados.
Fuentes oficiales explicaron a El Destape que, por ello, los usuarios residenciales que realmente percibirán la baja en el costo real del gas y electricidad son los de ingresos altos (nivel 1), que ya están pagando desde marzo la tarifa plena (aunque cabe aclarar que en este segmento también se encuentran actualmente millones de usuarios que, tal vez por desconocimiento, no llenaron la planilla.
Los de ingresos medios (nivel 3) apenas percibirán la baja en el costo de generación, ya que reciben subsidios por una proporción menor de su factura. En cambio, los usuarios que se encuentran en el segmento de ingresos bajos (nivel 2) ya pagan un precio muy bajo hoy y no percibirán una nueva disminución en la tarifa, aunque el nuevo panorama servirá para que el Estado ahorre dinero en los subsidios que les destina.
En este contexto, los empresarios discuten sobre si el sector industrial se verá beneficiado o no con una baja de tarifas, al menos en lo inmediato. "Entendemos que en corto plazo no se va a ver (beneficio de costo en energía), pero sí en mediano", sostuvo Alfredo González, presidente de CAME, en diálogo con este portal. Daniel Rosato, titular de IPA, destacó por su parte que "no tendremos un precio de gas por encima del precio internacional que nos deje fuera de competitividad. El precio debería ser menor".
En cualquier caso, el Gobierno sostiene que los industriales sí se verán beneficiados con una baja en las tarifas, según dijeron las fuentes oficiales, especialmente en ramas energía-intensivas, como la siderurgia o la petroquímica.
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Más dólares para la importación
En tercer lugar, y en paralelo al ahorro fiscal, el gasoducto también llevará a un ahorro en la cantidad de divisas necesarias para importar el GNL. El titular de Enarsa, Agustín Gerez, precisó en abril que, solo en lo que resta del año, el GPNK "va a generar ahorros en importación de combustibles y en importación de energía y de gas por 2.200 millones de dólares", mientras que en 2024 esta cifra se elevará a 4.400 millones de dólares.
Aun así, Echebarrena señala que la cifra final de ahorro de dólares dependerá, finalmente, del precio internacional del GNL, que viene bajando en los últimos meses luego del pico generado por el estallido de la guerra en Ucrania.
De todos modos, la industria destaca que este ahorro en importaciones energéticas permitirá que esos dólares puedan utilizarse en traer del exterior otro tipo de insumos necesarios para el desarrollo local. "El ahorro en dólares de las importaciones podría jugar a favor para favorecer el financiamiento de las SIRAs", consideró al respecto Rosato. Para González, de la CAME, "va a haber cierta previsibilidad en las arcas del Estado por tener divisas, permitiendo funcionalizar el sector productivo".
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Empleo
En cuarto lugar, el Gasoducto Néstor Kirchner generó y generará un impacto directo e indirecto en empleo. Solo su construcción involucró a 3.000 trabajadores directamente empleados. A ello debe sumársele otros 10.000 puestos indirectos a cargo de decenas de pymes proveedoras de bienes y servicios.
Pero, además, Enarsa calcula que la activación de las pequeñas economías de localidades cercanas a la traza del gasoducto generará otros 40.000 puestos de trabajo indirectos en rubros como el inmobiliario, el gastronómico o el transporte.