En medio de la pulseada entre un sector del agro y el Gobierno, la rentabilidad de productores de granos se disparó en la actual cosecha de soja un 27 por ciento en dólares por hectárea y llegó a superar en 177 por ciento la campaña 2019/2020. Los principales ganadores, según las últimas cifras reveladas por las revista especializada Márgenes Agropecuarios, fue al arrendamiento de tierras. En el caso del maíz, se triplicaron los alquileres respecto de la última cosecha durante el gobierno anterior.
Pese a eso, se mantienen pisadas las liquidaciones de exportaciones a la espera de mayores "alicientes" del Gobierno para vender la actual cosecha. El sector agroexportador no sólo no fue afectado por la pandemia ni la guerra entre Rusia y Ucrania sino que la suba de los precios internacionales impulsaron las ganancias de los chacareros.
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"El margen bruto para campo propio en soja logro su segundo año consecutivo de altos márgenes y, más allá del trigo, el maíz fue el otro grano con márgenes superiores a la soja", explicó a El Destape Ernesto Mattos, director Instituto para el Desarrollo Productivo y la Innovación de la Universidad Nacional de José C. Paz. "Desde la campaña 2019/20 se triplicó en campo propio y campo alquilado", agregó el especialista.
La ganancia por no cultivar
El precio del arrendamiento se estima en quintales por hectárea de soja, en la moneda más habitual, según las zonas de producción y se convierte a dólares por hectárea. El rendimiento de indiferencia (producción que cubriría los costos totales del cultivo por unidad de superficie, incluyendo la comercialización y la cosecha) promedio para el margen neto en campo propio varía según el tipo de cultivo. Sólo desde que se desató la guerra, los precios del maíz se dispararon 72 por ciento en dólares la toneladas; del sorgo, 61 por ciento, de la soja, 79 por ciento y del trigo, 90 por ciento.
"El mayor impacto de los arriendos en las últimas dos campañas estuvo en el maíz", explicó Mattos. El alquiler de campos para el maíz se ubica en la campaña actual 2021/2022 asciende a 382,1 dólares por hectárea, un 27 por ciento más que en la campaña anterior (301,9 dólares) y un 99 por ciento respecto a la de 2019/2020 (197,3 dólares). La soja copió a nivel nacional la suba de precios.
En el caso de la oleaginosa, el costo de arrendamiento aumentó 93 por ciento respecto a la campaña 2019/2020 pasando de 197,3 dólares la hectárea a 382,1 dólares, igualando los costos del maíz, según el relevamiento de la Universidad Nacional de José C. Paz en base a las publicaciones de la revista especializada del sector Márgenes Agropecuarios. Un poco menos aumentó el alquiler en trigo, que aumentó 46 por ciento respecto de las últimas dos campañas, pasando de 111,6 dólares la hectárea a 163,1 dólares durante la cosecha actual.
A partir de la pandemia, a la que se sumó la guerra en Ucrania, los precios de las materias primas se dispararon a valores récord, lo que implicó una mejora general en los márgenes agropecuarios. Pero, en simultáneo, el aumento de precios también generó que los arrendamientos se encarecieran. Estos mayores costos marcaron diferencias en los márgenes entre productores con campo propio y alquilado, aunque en ambos casos subieron fuertemente.
Cuáles son los rendimientos del campo
"Los gastos de comercialización y cosecha representan en promedio el 22,9 por ciento de los gastos totales, con valores entre 14 y 27,9 por ciento. El arrendamiento representa en promedio el 39,2 por ciento de los gastos totales, con valores entre 31,5 por ciento y 51,9 por ciento", señala el informe oficial de Agricultura.
En el caso de la soja, donde los productores vendieron apenas el 50,3 por ciento de la cosecha 2021/22, el margen bruto por hectárea para campo propio asciende a un récord de 659 dólares, un 27 por ciento más que en la campaña previa y un 177 por ciento por encima de la 2019/2020. Si se calcula para producción con campo arrendado, el margen actual es de 276,8 dólares por hectárea, un 28 por ciento más que en la campaña 2020/2021 (215 dólares) y un 592 por ciento respecto a la 2019/2020 (40,1 dólares por hectárea).
"Para la soja, tuvimos que entre el 14 de junio y el 26 de julio (un mes y medio) las toneladas equivalentes pasaron de 22,2 millones de toneladas a 11,9 millones respectivamente. Esta variación implica una caída del 46,2 por ciento en el volumen de compras netas, alcanzando las tenencias más bajas desde diciembre del 2021", explica un documento de la Bolsa de Cereales de Rosario.
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Para la producción de maíz, el margen bruto con campo propio alcanzó en la campaña actual los 732,4 dólares por hectárea, levemente por debajo del 2020/2021 (780 dólares) pero un 273 por ciento mayor a la cosecha 2019/2020 (196,8 dólares). Si el campo se alquila, el margen se ubica en 350,3 dólares por hectárea, frente a la rentabilidad negativa que evidenciaba en 2019/2020.
Por último, en trigo el margen bruto por hectárea de campo propio se ubica en 298,2 dólares, un 91 por ciento por encima de la campaña 2019/2020 y 7,5 por ciento más que la cosecha anterior. Si se descuenta el alquiler del campo, el margen se ubica en 135,1 dólares, un 29 por ciento más que la campaña 2020/2021 y un 200 por ciento por encima de la 2019/2020, según los informes del sector.
"El ciclo 2021/22 viene mostrando valores récords en muchos indicadores del trigo. Por una parte, el máximo productivo de más de 23 millones de toneladas permitió tener la mayor oferta total de trigo de la historia. Al mismo tiempo, el volumen exportado ya es el más alto del que se tenga registro, esperando llegar a las 14,5 millones de cara al fin de la campaña. No conforme con ello, el nivel de consumo interno de trigo creció más de un 5 por ciento respecto al promedio de consumo de la última década", anticipa el último informe de la Bolsa de Rosario.