Tras el desembolso del FMI y el cambio en la meta de acumulación de reservas, en el Ministerio de Economía pretenden implementar un nuevo dólar soja a partir de este lunes. El secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, sostuvo en diferentes conversaciones con los equipos técnicos del área de Agricultura que para sobrellevar los próximos meses se necesitaría un flujo de 3000 millones de dólares por mes, la misma cantidad de dólares que el BCRA tuvo que vender en el mercado de cambios durante el primer trimestre de este año. Durante este período, la caída interanual en las liquidaciones del agro fue del 60 por ciento.
El objetivo del Gobierno luce complejo y el tiempo es cada vez más escaso. El FMI aceptó modificar las metas de acumulación de reservas y al mismo tiempo, Sergio Massa adelantó que a partir de abril arrancaría un nuevo beneficio para sumar divisas. Sin embargo, al cierre de la semana no existía ningún detalle técnico ni alcance de los posibles tipos de cambio para las economías regionales. Desde Agricultura indicaron a El Destape que el lunes por la mañana habrá una reunión técnica en Aduana, junto a los exportadores.
Según datos aportados por la cámara que nuclea a las cereales exportadoras (CIARA – CEC), todavía queda un remanente de 5 millones de toneladas de soja de la campaña del año pasado. Desde las áreas técnicas de Agricultura indicaron a este portal que los productores no venderán los granos guardados. Desde su óptima, la materia prima estaría en manos de pequeños y medianos productores.
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En cambio, desde el Banco Central afirman que esa cantidad de soja solamente la pueden tener almacenada los grandes actores del mercado, los mismos que juegan en tándem con las cerealeras exportadoras.
Si el Gobierno lograse que se vendan las 5 millones de toneladas, podrían reunirse 4000 millones de dólares. ¿Y después? Hasta el momento, sólo se cosechó el 1 por ciento de la nueva campaña de soja que finalizaría a mediados de mayo. Por ende, no sería sencillo sumar adelantos de exportaciones - por un valor estimado en 13.000 millones - hasta tanto no se haya levantado toda la nueva cosecha ya que los exportadores solo traerían los adelantos de la prefinanciación de las exportaciones para comprar un grano que todavía no fue cosechado.
El nuevo tipo de cambio para el sector partiría desde los 230 pesos del dólar soja 2, sumado a la inflación acumulada desde diciembre. Por ende, la transferencia de recursos para uno de los sectores más concentrados de la economía local podría ubicarse en 300 pesos por cada dólar exportado.
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¿El déficit sigue igual?
El problema no solo radica en la falta de dólares que no entrarán como consecuencia de la sequía, aproximadamente 13.000 millones. También preocupa la cuenta en pesos, ya que al caer la producción y las ventas al exterior, habrá una menor recaudación por el concepto de retenciones. Para el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), esta disminución podría alcanzar al 1 por ciento del PBI.
“Así se torna aún más difícil cumplir la meta de reducción del déficit primario del 1,9% acordada con el FMI y reduce el margen de maniobra para tomar medidas económicas que tengan algún impacto positivo en los niveles de ingresos de las mayorías”, indicó el CESO en un reciente informe.
Desde el punto de vista fiscal, el impacto de la sequía se ve reflejado en los menores ingresos tributarios por derechos de exportación, que en enero y febrero de 2023 cayeron un 25,2% y 55,9% interanual, respectivamente, en términos nominales.
Al tercer trimestre del 2022, las retenciones representaron el 0,71% del PBI, por efecto del dólar soja 1 que corrió durante septiembre. Luego cayó al 0,37% del PBI, a pesar de haberse implementado el dólar soja 2, instancia que generó un poco menos de la mitad de las divisas de su primera versión. Y para el primer trimestre de este año, los derechos de exportación descendieron al 0,16% del producto.
“Mantener el sendero original del 1,9% de déficit fiscal y el 0,6% de adelantos transitorios, respecto al PBI, forzará un ajuste fiscal y monetario que profundizará el impacto depresor de la actividad producto de la sequía. Las metas pactadas con el fondo monetario son un corset que reduce los grados de autonomía de la política económica”, agregaron desde el CESO, bajo la coordinación de Andrés Asiain.
A cuenta gotas
En diálogo con El Destape, un integrante del equipo económico sostuvo que al directorio del FMI se le va comunicado de a poco lo grave de la situación, con el objetivo de mantener las negociaciones siempre abiertas, sin caer en los llamados waivers.
Las discusiones sobre la meta de reservas y la fiscal continuarán de cara a la revisión del segundo trimestre de este año y los sucesivos. La acumulación de divisas para este año deberá ser de 2600 millones de dólares y no los 4800 millones fijados originalmente, es decir un “alivio” de 2200 millones. Para 2024, la acumulación deberá ser de 7000 millones de dólares. Es decir, se patea lo modificado para este 2023 al siguiente ejercicio, presumiblemente para no tener que modificar todo el acuerdo (al menos por ahora). Y por ahora se mantiene la meta del déficit del 1,9%.