El Fondo Monetario Internacional (FMI) modificó su política de sobrecostos en la tasa de interés que cobra como parte de sus programas de financiamiento. Luego de arduo proceso de debate interno, se aprobó esta iniciativa que contó con el apoyo del nobel de economía, Joseph Stiglitz.
En el caso de la Argentina, el ahorro en el pago de los sobrecargos será de 450 millones de dólares en 2024. Tras la confirmación de tal decisión por parte del board de directores, la titular del FMI, Kristalina Georgieva sostuvo que “las medidas aprobadas reducirán los costos de endeudamiento del FMI para los miembros en un 36 por ciento, o alrededor de 1.200 millones de dólares anuales”. El número previsto de países sujetos a recargos en el año fiscal 2026 disminuirá de 20 a 13.
“En un entorno global desafiante y en un momento de altas tasas de interés, nuestros miembros han llegado a un consenso sobre un paquete integral que reduce sustancialmente el costo del endeudamiento, salvaguardando al mismo tiempo la capacidad financiera del FMI para apoyar a los países necesitados. Esto se logra reduciendo el margen sobre la tasa de interés del DEG, elevando el umbral para los recargos basados en niveles, reduciendo la tasa de los recargos basados en el tiempo y aumentando los umbrales para las tarifas de compromiso. El paquete aprobado entrará en vigor el 1 de noviembre de 2024”, indicó Georgieva a través de un comunicado.
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Más allá de esta reducción, la titular del Fondo ponderó de manera positiva su política de sobretasas. “Los cargos y recargos siguen siendo una parte esencial del marco cooperativo de préstamos y gestión de riesgos del FMI, donde todos los miembros contribuyen y todos pueden beneficiarse del apoyo cuando sea necesario. En conjunto, los cargos y recargos cubren los gastos de intermediación crediticia, ayudan a acumular reservas para protegerse contra riesgos financieros y brindan incentivos para un endeudamiento prudente”, concluyó la titular del FMI.
Caputo y el Fondo
En este escenario, el Gobierno Nacional sigue buscando su lluvia de dólares frescos para robustecer su programa de ajuste fiscal y pago de la deuda externa.
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