La transición en la economía de Estados Unidos preparando la asunción del presidente Donald Trump mostró al dólar con un proceso consistente de apreciación aunque menor a la esperada y una inflación que se mantiene por encima de las expectativas pero que todavía no alcanza para alterar los planes de la Reserva Federal.
Mientras, en los países emergentes se empieza a sentir la salida de capitales, especialmente los de inversión de cartera, algo que por ahora no afecta a Argentina.
“Si bien la apreciación del dólar frente a las monedas de mercados emergentes no fue tan pronunciada como la observada durante la primera elección de Trump en 2016, ejerció presión sobre los activos de mercados emergentes”, advirtió un informe que se conoció en el cierre de la semana del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que agrupa a los principales bancos internacionales.
En dato semanal de pedidos de nuevos subsidios de desempleo y el reporte de inflación mayorista de noviembre, aportaron datos peor a lo esperado, según destacó en un informe la consultora Outlier.
Las solicitudes de subsidios de desempleo treparon a 242.000 frente a las 221.000 que esperaba el mercado o las 225.000 del reporte previo. La inflación mayorista de noviembre fue de 0,4%, acelerando respecto de meses previos traccionada por los precios de los bienes que aumentaron a un ritmo promedio de 0,7% mensual.
Pese a estos datos, la percepción del mercado es que la Reserva Federal mantendrá en la reunión del miércoles 18 la decisión de recortar 25 puntos básicos la tasa de interés de referencia. En cambio, la presión se traslada a las decisiones que tomará el próximo año, cuando se esperaban dos reducciones de 25 pbs en marzo y julio 2025.
Outlier entendió que “las expectativas indican que a la tasa de inflación le costará más converger a los objetivos de la Fed, debiendo esta moderar el sendero de recortes, producto del efecto de varias de las medidas que Trump prometió durante la campaña electoral”.
El índice dólar llegó a superar los 107 puntos a lo largo del viernes, aunque después recortó algunos pocos puntos y cerró en 106,99.
“Un dólar más fuerte aumenta el costo del servicio de la deuda denominada en dólares para los prestatarios de mercados emergentes y puede potencialmente desencadenar una fuga de capitales”, advirtió el IIF.
“Las expectativas del mercado sugieren que la Reserva Federal puede verse obligada a moderar su ciclo de flexibilización en respuesta a las posibles presiones inflacionarias derivadas de las políticas fiscales y comerciales proyectadas por la administración entrante de Trump”, sostiene el informe.
Para el IIF, esa “recalibración de la política monetaria podría tener implicaciones para los flujos de los mercados emergentes, ya que una postura menos acomodaticia de la Fed puede disminuir el atractivo relativo de los activos” de esos mercados.
En noviembre, los flujos de cartera hacia mercados emergentes ascendieron a US$ 19.200 millones de dólares, como resultado de la salida de capitales en inversiones de cartera por US$ 11.100 millones, “lo que pone de relieve la fragilidad del sentimiento de los inversores ante la evolución del panorama político y económico”, y la compra de nueva deuda por US$ 30.400 millones “, lo que pone de relieve la búsqueda persistente de rendimiento en medio de las incertidumbres mundiales”.
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“Las perspectivas para los flujos de ME siguen estando estrechamente vinculadas al panorama macroeconómico y geopolítico global. El resultado de las elecciones estadounidenses y la orientación de la política del nuevo gobierno seguirán repercutiendo en los mercados”, consideró el IIF.
En un informe previo, el IIF dejó a Argentina al margen del movimiento brusco de capitales, por el blindaje que generará el saldo comercial positivo que se espera por la maduración de los proyectos de inversión en Vaca Muerta y en minería.
“La recuperación de la actividad argentina el año próximo no debería dar lugar a grandes desequilibrios externos debido a los sólidos volúmenes de exportación, la austeridad fiscal y la mayor confianza de los inversores. Proyectamos una mejora constante de los flujos de capital, impulsada por un nuevo acuerdo con el FMI y una mayor confianza de los inversores en la gestión económica del país”, evaluó el IIF.
Ese saldo positivo originado en sectores primarios de la economía generarán una presión adicional sobre los sectores industriales, que tendrán que enfrentar un proceso consistente de apreciación del peso que puede generar dificultades en la competitividad.