La tensa pelea interna de Lula por la pérdida del mercado argentino

Esta semana, Lula volvió a defender la implementación de una línea de crédito para los exportadores que venden productos a la Argentina con el objetivo de no perder negocios ante China en el mercado argentino.

02 de julio, 2023 | 00.05

La restricción externa que se vive en la Argentina, profundizada por la sequía y la acumulación de vencimientos de la deuda con el Fondo Monetario que dejó el macrismo, obligó a una administración discrecional sobre el acceso a las divisas para las importaciones. Esta situación frenó las compras externas de insumos y maquinaria y los principales mercados que abastecen a la Argentina comienzan a sentir el impacto de esta situación. Sin arribo de dólares a la vista, el equipo económico que conduce el ministro Sergio Massa comenzó a tejer alternativas para financiar las importaciones sin deshacerse de las escasas reservas. En ese contexto se destaca la ampliación del swap (intercambio de monedas) con China y la libre de disponibilidad de los yuanes, principalmente para la actividad comercial y en operaciones financieras.

La medida generó un fuerte estímulo al comercio exterior con el gigante asiático que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva observa con preocupación. Maniatado por una oposición que se mantiene en cargos clave –como la autoridad monetaria—y que se niega a dar paso a la propuesta de un acuerdo con Argentina similar al que firmó Massa en China, Lula observa la pérdida de mercado, la cual le reclaman los empresarios paulistas. Esta semana volvió a apuntar contra su Banco Central y de Desarrollo (BNDS) por no aceptar un esquema de financiación de las exportaciones hacia la Argentina, lo que podría aceitar el intercambio comercial que viene deteriorándose en la misma medida que mejora el comercio entre Argentina y China.

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Esta semana, Lula volvió a defender la implementación de una línea de crédito para los exportadores que venden productos a la Argentina con el objetivo de no perder negocios ante China en el mercado argentino, su principal socio regional. El lobby de los industriales, principalmente vinculados al segmento automotor –que incluye en su seno a los fabricantes de maquinaria agrícola—, se convirtieron en los principales aliados de la estrategia del equipo económico argentino para sortear la actual coyuntura de falta de divisas.

El mandatario brasileño se hizo así eco de esos pedidos. "Brasil no se puede permitir que, mientras China pone 30.000 millones de dólares en un swap de yuanes para que la Argentina compre productos chinos, Brasil no haga nada y teniendo un comercio de 40.000 millones de dólares con la Argentina deje los productos en nuestras góndolas sin que se exporten", aseguró Lula en declaraciones radiales.

Con algunos vaivenes, desde 2007 China es nuestro segundo destino de exportación, detrás de Brasil. Sin embargo, desde 2020 se convirtió en  el principal origen de importaciones argentinas, con un fuerte peso de bienes intermedios (33 por ciento) y de capital (30 por ciento). Debido a este mayor acercamiento, nuestro flujo comercial (importaciones + exportaciones) se encuentra cada vez más concentrado en un único destino: en tanto en el 2000 representó sólo 4 por ciento, en la actualidad China ya explica el 15 por ciento de nuestro intercambio de bienes.

De acuerdo con las más recientes mediciones del INDEC, el 83,8 por ciento de las compras al Mercosur provino de Brasil, con fuerte incidencia de vehículos para transporte, partes y accesorios de carrocerías, tractores de carretera para semirremolques, partes y accesorios de vehículos automóviles. El comercio con el Mercosur representó en mayo el 20,5 por ciento de las exportaciones y el 31,2 por ciento de las importaciones totales y el intercambio comercial con el país vecino alcanzó en el quinto mes del año 1925 de dólares. Por su parte, en el intercambio con China, las importaciones argentinas en mayor desde ese mercado totalizaron 1244 millones de dólares, con una leve caída explicada esencialmente por menores compras de computadoras y teléfonos y de bienes de capital excluido equipos de transporte.

No obstante, desde que Argentina acordó incrementar la utilización de yuanes para el pago de importaciones desde China, particularmente en los últimos días con la renovación y ampliación del swap de divisas. Según cifras del Banco Central, el uso de yuanes en el comercio bilateral fue de 150,5 millones de dólares en mayo, mientras que solo en los primeros diez días hábiles de junio se registraron operaciones comerciales por 2045 millones de yuanes (equivalente a 286,3 millones de dólares).

En su viaje a Beijing, a principios de junio, el ministro Massa renovó el swap de monedas con China por 130.000 millones de yuanes, equivalentes a un total de 19.000 millones de dólares, por el plazo de tres años.  De ese monto, incluso se apartó una cantidad considerable para el pago al FMI, siendo un hecho histórico de pago de la Argentina en otra moneda que no sean dólares o los derechos especiales de giro (la cesta de monedas del organismo multilateral de crédito). Esta situación reabrió la interna entre coalición que apoya a Lula en el Gobierno y en el Congreso y su alianza con los industriales paulistas.

El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía viajaron a principio de junio a Brasilia con la esperanza de conseguir una financiación de importaciones en reales que descomprimiera la escasez de reservas en Buenos Aires, pero el Banco Central de Brasil, bajo el comandado por el bolsonarista Roberto Campos Nieto se niega a dar ese apoyo que beneficiaría no solo a la Argentina sino también a los industriales paulistas, quien también se mantiene enfrentado con la administración de Lula por el sostenimiento de un esquema elevadas tasas de interés que el mandatario brasileño apunta como el causante de un enfriamiento de la economía.

"Brasil necesita financiar a sus exportaciones y esto no es financiar a la Argentina, es financiar a las exportaciones brasileñas. Hay que pensar en grande. Debemos financiar, prestar, ganar con los intereses y también generamos renta porque logramos vener los productos hechos en Brasil", aseguró Lula en la entrevista radial de esta semana. Alberto Fernández y Lula vienen discutiendo sobre las garantías para los exportadores brasileños que se quejaron de las demoras para cobrar por las restricciones en el Banco Central, situación que fue sorteada con  China con el aporte a las operaciones de swap con yuanes.

El sector externo brasileño es uno de los más dinámicos de la región. En promedio, durante el período 2010-2021, las exportaciones del país vecino crecieron al ritmo del 6,5 por ciento promedio anual, ubicándose por encima del crecimiento mundial (5,5 por ciento) y del flojo desempeño de la economía nacional (4,1 por ciento). “Sin embargo, este buen desempeño no tuvo como aliado a la Argentina, que fue el país que mayor participación perdió entre los años 2010 y 2022.

Al observar el flujo comercial (importaciones más exportaciones) brasileño, la abrupta caída del peso de la economía nacional se encuentra explicada por la irrupción de China y su profundización como principal socio comercial”, señala un informe de la consultora Ecolatina.  Como resultado, mientras Brasil perdió 4 puntos porcentuales en el comercio global, la ganancia del gigante asiático fue de 10 puntos, siendo así la de mayor crecimiento. Resultado similar ocurre si se observa la participación argentina en las exportaciones brasileras, que durante el mismo período se redujeron 4,6 puntos, pasando del 9,2 al 4,6 por ciento.

Desde distintas cámaras empresas, en particular vinculadas con la industria automotriz, elevaron al Gobierno brasileño sus reclamos para encontrar una solución a la pérdida de mercado. La Cámara Argentina de Fabricantes de Acumuladores Eléctricos (CAFAE) señala que en los 90 en la Argentina existían 63 fábricas de baterías, mientras que  en el 2001, solamente habían quedado 23. Este abrupto cierre de empresas nacionales se debió al fuerte incremento de las importaciones desde Brasil, las cuales habían tomado un 62 por ciento del mercado argentino de baterías, actualmente en riesgo. Lo mismo sucede con los fabricantes brasileños de automotores, que en los últimos meses vieron como el mercado argentino (de menor tamaño) le vende más de lo que compra, o la industria del neumático, con importaciones frenadas hace meses.

Los empresarios vinculados a la maquinaria agrícola reclaman que desde diciembre del año pasado se encuentra trabado el ingreso de unidades, en el marco de las medidas de protección comercial tomadas por el Gobierno argentina. Argentina importaba el 80 por ciento de las máquinas y tractores que necesita para su mercado y la mayor parte de esa demanda es cubierta por Brasil", afirmó el vicepresidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos (Anfavea), Milton Rego. Unas 500 cosechadoras y 1500 tractores están detenidos en las fábricas brasileñas a la espera que Argentina autorice la licencia de importación.

Una alternativa que baraja Lula ante este escenario es la posibilidad de una línea de financiación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) permita financiar las compras argentinas y obras de infraestructura, buscando sortear la posición intransigente de su Banco Central.  "Cuando financiamos obras en el exterior estamos exportando ingeniería, máquina y ganando dinero", aseguró Lula, al ser consultado sobre el rol del banco de fomento BNDES, el más importante del continente americano, en la financiación para un trecho de la obra del gasoducto Néstor Kirchner que llegará a Uruguayana, estado de Rio Grande do Sul, fronteriza con Paso de Los Libres, provincia de Corrientes.

La otra pata proviene de la posible incorporación de la Argentina al banco del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que podría tratarlo el directorio del organismo en agosto. Allí se debatirá también la incorporación de otros tres países, entre ellos Zimbawe, Arabia Saudita y Egipto.

Pero mientras se dilatan las negociaciones internas en Brasil, Argentina sigue afianzando los lazos financieros con China, receptando un mayor flujo de inversiones y de financiamiento en diversos sectores, como el energético (represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic), de transporte (remodelación del Belgrano Cargas iniciada en 2014), alimenticia (adquisición de la cerealera Nidera y Noble Group en 2017), entre otros (minero, telecomunicaciones).

Entre Argentina y Brasil buscaron en los últimos meses, sin éxito, desempolvar el antiguo proyecto de una moneda común entre ambos países, a lo que se sumaron entendimientos entre los países asociados a la posibilidad de un swap, la provisión de energía eléctrica y medidas para utilizar las monedas locales en el intercambio comercial bilateral. En un año de escasez de oferta de divisas comerciales, la búsqueda de acuerdos tiene como objetivo evitar un freno en las importaciones desde Brasil y el daño que eso podría causarle a la actividad. Por caso, dentro de las medidas en danza, la ampliación de entidades financieras que ofrezcan herramientas de pre-financiación de importaciones y exportaciones y la ampliación de los plazos resulta ser la más factible de entrar en funcionamiento en el corto plazo.

Este esfuerzo de cooperación y coordinación entre el Banco Central y el Banco do Brasil permitiría a los importadores locales extender el plazo de pago a 366 días y representaría un alivio para los bajos niveles de reservas. “La efectividad de dichas medidas determinará si se pueden contener los niveles de intercambio y aislarlos de los coletazos de la economía nacional”, concluye el informe de la consultora.