El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió hoy que la guerra entre Rusia y Ucrania representa un serio retroceso en la recuperación económica tras la pandemia en los países europeos, días después de recortar las previsiones de crecimiento para el continente.
La guerra es un serio retroceso hacia la recuperación fuerte aunque aún incompleta- de Europa luego de la pandemia del coronavirus, subrayó el organismo multilateral en un informe dedicado a las perspectivas regionales de la región.
De acuerdo con el Fondo, el aumento de los precios de la energía y los alimentos ya están provocando un recorte en el consumo de los hogares, y advirtió que la incertidumbre económica afectará a la inversión.
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El FMI, al mismo tiempo, cuestionó la inacción de Europa en su política energética hasta el desarrollo de la guerra, donde se mostró fuertemente dependiente del suministro de Rusia.
La guerra es un recordatorio, también, de que Europa tiene que hacer más para mejorar la seguridad energética, expandiendo las fuentes renovables y mejorando la eficiencia, subrayó el prólogo del informe.
Las últimas proyecciones del FMI, publicadas el último martes, recortaron a la baja las previsiones de crecimiento para Europa, de 4% a 3% en el caso de las economías desarrolladas y de 2,7% a 1,5% en el caso de los países en desarrollo, excluyendo de este ultimo promedio a Rusia y Ucrania, para los cuales prevé para este año contracciones del 8,5% y 35%, respectivamente.
Entre las principales economías, el FMI prevé un crecimiento del 2,9% para Francia, 2,1% para Alemania, 2,3% para Italia y 3,7% en el caso del Reino Unido.
Sin embargo, el organismo advirtió que en el caso de estos países, sus economías podrían registrar un estancamiento o incluso una contracción por dos trimestres consecutivos.
Asimismo, el escenario podría agravarse en el caso de un eventual corte del suministro de gas proviene desde Rusia, lo cual hará necesaria una reducción significativa del consumo, especialmente en Alemania, Hungría, Republica Checa y Eslovaquia.
Si bien Europa podría reemplazar, en una previsión optimista, hasta en dos tercios las importaciones de Rusia con suministros de gasoductos no rusos, un cambio en la fuentes energéticas y la importación de Gas Natural Licuado (GNL); se quedarían sin cubrir 66.000 metros cúbicos de demanda, lo cual obligaría al racionamiento.
En el caso de la inflación, los cuales según el FMI, de proseguir podrían traer tensiones sociales, el organismo estima que los precios avancen un 5,5% en los países avanzados y 9,3% en los emergentes (excluyendo a Rusia, Turquía y Ucrania), lo cual representa un aumento de 2,2% y 3,5% respecto de las proyecciones de enero del organismo con sede en Washington.
Sin embargo, el FMI pidió que la política monetaria realice un equilibrio entre contener la inflación y no perjudicar la actividad económica.
Mucha de la presión de los precios proviene de fuerzas que van más allá del control de los bancos centrales, como los shocks en los mercados de la energía y de los alimentos, y los problemas en las cadenas de suministro, explicaron desde el organismo, aunque señalaron que los bancos centrales pueden contener las expectativas controlando factores domésticos, como los salarios y las rentas de alquileres.
Del mismo modo, el FMI recomendó a los gobiernos a realizar acuerdos para prevenir una espiralización entre los precios y los salarios, asistiendo a los hogares y las firmas que se encuentren en dificultades para solventar el encarecimiento de las commodities.
Por su parte, en el caso de Ucrania, el FMI enfatiza en el desafío de su eventual reconstrucción, la cual requerirá un financiamiento extensivo (se calcula en US$ 60.000 millones según estimaciones de hoy del Banco Mundial) y pidió que los países europeos compartan los gastos humanitarios para acoger a los refugiados, pese a que países como Polonia y Moldavia se vean especialmente impactados.
Con información de Télam