Estados Unidos registró una suba de 1,1% trimestral de su Producto Bruto Interno (PBI) en los primeros tres meses de este año, tras el 2,6% del anterior periodo, de acuerdo con los datos preliminares publicados hoy por la Oficina de Análisis Económico del Gobierno estadounidense (BEA).
La cifra ratifica la desaceleración de la economía estadounidense que encuentra una de sus causas en el fuerte ajuste monetario que ejerce la Reserva Federal (FED) que comenzó una serie de subas en las tasas de interés desde marzo del año pasado que totalizan 4,75 puntos porcentuales, llevándola al mayor nivel en casi 16 años.
El crecimiento fue muy inferior al esperado por los economistas que estimaban un número de alrededor del 2%.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Por otro lado, si se compara el primer trimestre con igual periodo de 2022, el PBI creció 5,1%.
Este dato también marca una desaceleración pues es inferior al 6,6% anual del cuarto trimestre del año pasado.
Entre los componentes del PBI cayeron la inversión empresarial en equipamiento privado con el mayor descenso desde que comenzó la pandemia- y en el capital fijo residencial.
El descenso de la inversión refleja el endurecimiento de las condiciones al crédito y la preocupación por una posible recesión: las reducciones en los gastos de capital suelen anticiparse a la contracción económica.
Mientras tanto, la caída en la inversión residencial, es resultado directo de la suba en el valor de las tasas hipotecarias.
No obstante, pese al estancamiento, registraron avances el consumo con un crecimiento del 3,7%-, las exportaciones y el gasto público a nivel federal, estatal y local, así como la inversión fija no residencial.
Además del PBI, la BEA publicó el Índice de Precios de Gasto de Consumo Personal (PCE), el indicador preferido por la Reserva Federal a la hora de analizar la inflación.
La misma marcó un crecimiento de 4,2% en el primer trimestre, colocando, de esta forma, cinco décimas más que la anterior medición, según indicaron las agencias DPA, AFP y Bloomberg.
Esto también se refleja en el índice subyacente del PCE, que excluye a los valores volátiles de los alimentos y la energía, el cual cerró el trimestre con un incremento de 4,9%, cinco décimas superior al del último periodo de 2022.
En ambos casos, se tratan de números mayores a los estimados por el mercado.
La FED se enfrenta así a una inflación que no muestra grandes signos de moderación para retornar a su objetivo del 2% anual y, al mismo tiempo, una economía en desaceleración.
Al ajuste de tasas se le suma la expectativa de que las condiciones del crédito en los bancos se endurezcan al adoptar una posición más conservadora, como efecto de la crisis que sufrió el sector el mes pasado.
Todo esto hace pensar que la demanda se enfriará aún más en los próximos meses.
Para lo que queda del año los economistas prevén una economía estadounidense más débil e incluso la posibilidad de que entre en una recesión moderada.
Asimismo, señalan que los buenos datos del consumo del primer trimestre reflejan únicamente un inicio de año alentador que se fue disipando a lo largo del primer trimestre.
De hecho, para el segundo trimestre, los economistas prevén una expansión de tan sólo 0,2%.
Como contrapartida, el mercado laboral estadounidense aún se mantiene sólido, con una tasa de desempleo cerca de mínimos históricos con sólo 3,5%.
En ese sentido, en un reporte separado, las solicitudes de subsidio de desempleo registraron la primera caída en tres semanas, según informó hoy el Departamento del Trabajo, ubicándose en 230.000 pedidos en la semana que finalizó el 22 de abril, 16.000 menos que en la semana precedente.
Tanto este aspecto, como el elevado PCE y los buenos datos del consumo, podrían motivar a la FED a seguir adelante con su suba de tasas prevista para la semana próxima.
"Nuestros datos nos llevan a creer que el endurecimiento monetario y las recientes tensiones en el sistema bancario conducirán a una recesión leve, aunque más fuerte de lo que habíamos anticipado hasta ahora", subrayó el economista jefe de Oxford Economics, Ryan Sweet.
En tanto, Cliff Hodge, de Cornerstore Wealth afirmó que la inflación sigue persistente, y junto con la fortaleza del mercado laboral, debería mantener a la FED encaminada para una suba de tasas en mayo y potencialmente para otra en junio.
Con información de Télam