Los cambios en el mercado de trabajo son profundos y se aceleraron en la última década para dar paso a la fragmentación del colectivismo hacia el individualismo. En los barrios más populosos crecen prácticas alternativas a los ingresos fijos para sobrevivir la crisis: escaneo de ojos, apuestas deportivas, casinos online y la lista sigue. El tobogán de los salarios agita el "sálvese quien pueda", una idea que supo interpretar el espacio libertario desde el fastidio pero no en su fase resolutiva.
Esta semana, el Indec difundió el último reporte sobre mapa del empleo y mostró dos datos muy interesantes. Sobre la Población Económicamente Activa -aquellos que están en condición de trabajar- el desempleo llega al 5,7%, la cifra más baja en años. Las tasas de actividad y empleo se mostraron al alza, lo cual refleja el dinamismo en las distintas actividades que componen la economía. Pero también oculta el lado oscuro un problema que se consolida hace décadas.
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Dentro de la población ocupada, el 73,7% son asalariados, pero de ellos, el 35,7% no cuenta con descuento jubilatorio, mientras que el 22,6% trabajan por cuenta propia, el 3,4% son patrones y el 0,3% son trabajadores familiares sin remuneración. Es decir, el empleo informal, que paga los peores salarios, no está lejos de empardar al trabajo registrado. Comparado con 2022, hubo un incremento en las personas ocupadas con descuento jubilatorio (3,3%), pero el verificado en las ocupadas sin descuento jubilatorio fue mayor: 4,3%.
Profundicemos en los registros. Según los últimos datos del ahora inexistente Ministerio de Desarrollo Social, las personas inscriptas en el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) ascendían a 3.618.606 personas. Más del 60% de los trabajadores tiene hasta 35 años, la mayoría son mujeres y el grueso del empleo se concentra en la provincia de Buenos Aires. Al comparar la composición de los universos de trabajadores/as del ReNaTEP y del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) en términos etarios, la mayor diferencia entre un registro y otro se ubica en el rango de menor edad. Es decir, la presencia de trabajadores de entre 18 y 24 años es significativamente mayor en el ReNaTEP (24,4% contra 7,4% en SIPA). Con respecto al nivel educativo alcanzado, más de la mitad no completó los estudios obligatorios (60,3%) y en los casos que sí lo hicieron, el 29,3% completó el nivel secundario y sólo el 10,5% declaró estudios superiores.
En relación a la organización del trabajo, la mayor parte de los trabajadores/as lleva adelante sus actividades de manera individual (60,7%) mientras que el 39,3% restante se organiza de manera colectiva. En cuanto a la forma organizativa de las unidades productivas por rama de actividad, en seis de las ocho ramas predomina el trabajo individual sobre el colectivo. En el caso de la actividad de servicios personales y otros oficios, el porcentaje asciende a 85%. Hay una palabra que se repite en esta descripción: el individualismo en la forma de emplear la fuerza de trabajo.
Es pura suerte
Ante la depresión salarial y el crecimiento del empleo informal, en los barrios de las grandes urbes del país se expanden las formas de generación de ingresos instantáneos y sin la necesidad de grandes esfuerzos. El overol de la pequeña empresa fue reemplazado por el clin caja que se puede obtener desde la comodidad del celular.
En los estados de Whatsapp o Facebook se replican las imágenes de invitaciones al juego clandestino digital: Ir al casino desde tu propio sillón con la fe de multiplicar el dinero en aplicaciones que cargan fichas virtuales. Un vínculo entre quien levanta la apuesta y trabaja para la app, y quien juega su suerte con el celular.
"En principio, la persona que me agregó, me cargó 20 mil fichas (20 mil pesos) y yo tengo que rendirle el 60% a mi banca, mientras que yo gano el 40%. En la plataforma no tengo tiempo límite para vender porque es en negro. Hay otras en blanco que regulan. Yo te paso un link, te creo un usuario y contraseña. Te dejo un CBU donde transferir lo que quieras cargar y yo lo cargo en la plataforma", explicó a El Destape un anónimo que no quiso revelar su identidad.
"Se puede apostar lo que uno quiera, igual que el casino físico. Si me ganás, yo te pago el premio. Tengo una banca que sostiene los pagos que no pueda afrontar. Por ejemplo, el otro día me ganaron 30 personas y tuve que pedir que me respalden el pago", detalló. Los juegos son como las maquinitas de cualquier bingo, pero en su versión online.
También existen otros ámbitos de apuestas, como el deportivo. En este caso, los medios de comunicación tradicionales y modernos parecen cerrar filas detrás de la promoción de este negocio. Los canales de televisión que transmiten los partidos del fútbol argentinos, youtubers o streamers. Todas las puntas se unen en la propaganda de marcas que ofrecen servicios de esta clase. Juan Pablo Varsky, Morena Beltrán o Flavio Azzaro.
Es cada vez más usual que en los encuentros de amigos previo a jugar un partido de fútbol 5 se escuchen comentarios como "...le aposté al Liverpool y le empataron en la última, me quiero matar". Por supuesto que hay escalafones de sofisticación: no es novedoso encontrar usuarios que juegan a la timba sobre las circunstancias en ligas de segundo, tercer o cuarto orden. Un experto en el campeonato nigeriano puede ganar más plata que una persona parada durante horas en la caja de una panadería. No es exageración.
Falta de respuesta a la meritocracia
De acuerdo a un informe de la organización FUNDAR, casi la totalidad de personas cuyos padres realizaban tareas no calificadas trabajan también en un puesto no calificado. En cambio, haber crecido en un hogar donde el padre o la madre tenían un empleo calificado cuadruplica la probabilidad de que el hijo o la hija acceda a un empleo calificado. Para aquellos trabajadores cuyos padres tenían un puesto calificado, la probabilidad de tener un empleo similar es del 41,6% en varones y del 23,1% en mujeres, una considerable diferencia por género.
Los varones cuyos padres tenían un empleo formal tienen una probabilidad del 84,5% de tener un empleo formal, mientras que esta proporción 11% menor para los que crecieron en un hogar en el que el padre trabajaba de manera informal. Para las mujeres, esta diferencia asciende a más de 23%.
"Si tengo trabajo me compro la Play 5, total una casa no me voy a comprar", es el tragicómico comentario que le hizo una joven que recién terminó el secundario a este medio. El tesoro de su inocencia revela una realidad innegable que abre preguntas. De seguir así, ¿Dónde van a vivir los adultos mayores del futuro y cómo se va a financiar el sistema previsional si la recaudación tributaria del trabajo formal sigue en picada?.
La semana pasada, la misma joven se acercó al principal shopping de la localidad bonaerense de Adrogué. Allí vendió sus datos a través del escaneo del iris de sus ojos y recibió una criptomoneda a cambio, cuya cotización equivale a aproximadamente a 70 mil pesos que pueden liquidarse en una cuenta como Mercado Pago. Primero descargó la app donde pactó el punto de encuentro y luego abrió las puertas del bonus track: si acerca a otra persona a realizar el escaneo, le regalan cuatro criptomonedas más, bajo valores fluctuantes. Se pueden vender de inmediato o especular con el azar de su cotización. Repite la modalidad del esquema piramidal.
La compañía internacional Worldcoin, que ofrece criptomonedas a cambio de escanear el iris de los voluntarios, fue inspeccionada en 2023 por el Ministerio de Producción Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires, que le pidió información sobre los servicios que brinda, con especial interés en el destino y el uso de los datos personales que recaba de sus clientes. La firma se define como una organización sin fines de lucro con sede en las Islas Caimán, que hace un escaneo facial y del iris de las personas para generar una Identidad Digital única a nivel mundial (World ID), la cual les permitiría acceder a una moneda digital llamada igual que la compañía, a través de una aplicación (World App).
Sin duda, el viraje de la producción a la oferta de servicios abrió espacios a otras alternativas para sumar ingresos adicionales. Mujeres - y hombres en menor medida- que cumplen el ABC de los parámetros de belleza de este siglo ofrecen "contenido exclusivo" de su cuerpo en Only Fans, una app mencionada en el reconocido tema "GTA" de Emilia Mernes. Si el algoritmo de las redes sociales ayuda, la ganancia hasta puede llegar en dólares.
Y hay más negocios, muchos más. No es motivo de este artículo cuestionar la búsqueda de ingresos en tiempos desesperantes, sino describir el cambio del sujeto social de este tiempo. Ya no son, exclusivamente, los trabajadores del sector registrado nucleados en las centrales sindicales. Son los cuentapropistas, los monotributistas que no tributan, los que sí, los autónomos. Todos sufren, en distinta medida, el escarmiento del ajuste y la incertidumbre futura de una economía en reseteo permanente.