Empleo: advierten por el panorama sombrío que enfrentan la construcción, metalurgia e indumentaria

Los tres estuvieron entre los sectores industriales cuya actividad más cayó en enero. En total, emplean a cerca de 1,3 millones de personas.

11 de marzo, 2024 | 00.05

El derrumbe de la actividad industrial en enero está arrastrando a tres sectores clave de la economía a una incipiente crisis de empleo. Se trata de la construcción, la metalurgia y la indumentaria, que, en conjunto, dan trabajo a más de 1,3 millones de personas y ya empiezan a transmitir su preocupación.

El desplome de la actividad que se inició en diciembre con la devaluación de Javier Milei y la caída del salario real no hizo más que profundizarse en enero. La industria cayó en total un 12,4% ese mes a comparación con enero de 2023, según reveló el Índice de Producción Industrial (IPI manufacturero) del Indec la semana pasada. 

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Más aún, el índice desestacionalizado cayó a 115,9 puntos (con 2004 como base 100), su nivel más bajo desde al menos 2016 sacando la crisis generada por la pandemia.

La situación de tres sectores resulta especialmente preocupante, tanto por haber caído por debajo del promedio como por la cantidad de puestos formales o informales que generan y por estar fundamentalmente atados al nivel de actividad del mercado interno. Se trata de la construcción, la metalurgia y la indumentaria.

El empleo en la construcción

La construcción es uno de los sectores industriales que más cayó en enero. En total, un 21,7% respecto a enero de 2023, según el Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) que el Indec también publicó la semana pasada. Obviamente, la causa fundamental es la parálisis de la obra pública decidida por el Gobierno para los proyectos que no estuvieran próximos a terminar. Según CAMARCO, quedaron más de 3.500 obras inconclusas.

Se trató de un baldazo de agua fría para el sector, que en junio pasado, según la UOCRA, había alcanzado un récord de 470.000 empleos formales, antes de entrar en un amesetamiento durante el período electoral.

En este marco, a fines de febrero el sindicato de la construcción liderado por Gerardo Martínez se declaró en estado de emergencia y denunció que desde el inicio del año perdieron unos 50.000 empleos directos y más de 100.000 indirectos.

"La medida obedece a la pérdida de puestos de trabajo producto de la paralización de las obras públicas dispuesta por el Gobierno nacional; la desaceleración de la inversión que pone en riesgo la continuidad de las obras privadas en ejecución y su consecuente impacto en la continuidad laboral de los trabajadores y trabajadoras en actividad y la ausencia de gestión e interlocutores válidos por parte del poder ejecutivo nacional, que se desentiende de la problemática que afecta a nuestra industria", señaló el gremio en un comunicado dos semanas atrás.

Y agregó que "en los dos últimos meses se han perdido 50 mil puestos de trabajo directos y más de 100 mil indirectos en nuestro sector como consecuencia de la desfinanciación y consecuente paralización de las obras públicas en ejecución por parte del actual gobierno, situación que pone en grave riesgo la continuidad laboral de gran parte de la actividad de la construcción".

"La obra privada no ha alcanzado aún niveles de actividad que compensen la drástica caída y nada indica que los privados sustituyan finalmente el rol y el financiamiento estatal en materia de infraestructura pública", advirtió la UOCRA.

El empleo en la actividad metalúrgica

La metalurgia, por su parte, cayó en enero un 17,8% interanual en el rubro "minerales no metálicos y metálicas básicas" (que incluye la siderurgia, el aluminio y la fundición de metales) y un 24,9% en el rubro "productos de metal, maquinaria y equipo" (metales manufacturados).

Se trata de otra área clave para la economía, ya que genera unos 300.000 puestos de trabajo entre más de 24.000 empresas nucleadas en ADIMRA, la principal cámara del sector. Ante la consulta de El Destape, desde la UOM señalaron que el impacto de la caída de la actividad en el empleo del sector se sintió "de forma general en todo el país"

Sin brindar una cifra total, el secretario de prensa del sindicato, Rubén Urbano, precisó que, por ejemplo, se registraron 2.000 contratos sin renovar en Tierra del Fuego y numerosas suspensiones en Córdoba, al igual que retiros voluntarios, que calificó como "despidos encubiertos".

Urbano también remarcó que el impacto de la caída en la metalurgia alcanza a la industria automotriz, dependiente parcialmente de autopartes de fabricación nacional. Según el IPI del Indec, este sector cayó 9,8% interanual en enero.

El empleo en indumentaria

En paralelo, la categoría "Textiles, prendas de vestir, cuero y calzado" cayó en enero un 12,7% interanual según el mismo IPI del Indec. Se trata de un área que durante 2022 empleó a unas 539.000 personas, casi la mitad informales, según un informe de Fundar de diciembre pasado.

Fuentes patronales del sector de la indumentaria señalaron a El Destape que las últimas mediciones muestran que las empresas formales de indumentaria vendieron entre un 30 y un 35% menos de unidades en lo que va del año respecto al mismo período de 2023. En la dimensión informal, la caída es todavía mayor, de entre un 40 y un 50%.

En este marco, agregaron las fuentes, obviamente "empieza a haber disminución de personal". En el sector indumentaria, "hace algunos meses ya se dejó de tomar gente y se cortaron las capacitaciones para quienes las estaban teniendo", explicaron.

Las suspensiones y despidos en sí mismos alcanzan, por ahora, solo al sector textil, aunque no de forma masiva. Desde el sector indumentaria remarcan, sin embargo, que el textil es "el primer eslabón de la cadena" y que el derrumbe se cristalizó en enero, es decir, hace poco tiempo, por lo que temen que la pérdida formal de empleo los termine por alcanzar al corto plazo. Un importante empresario del mundo de la ropa lo resumió de modo sombrío: "El panorama es bastante desolador".