La caída de la inflación de casi dos puntos entre mayo y junio, que reveló el Indec la última semana, traerá algo de alivio para Sergio Massa al evitar un mayor deterioro en los ingresos y moderar el ritmo devaluatorio, destacaron varios economistas, justo cuando en el Ministerio de Economía están confiados de que esta semana cerrarán el nuevo acuerdo con el FMI en Washington.
La suba de precios de junio fue del 6%, una caída de 1,8 puntos porcentuales respecto al 7,8% de mayo, en lo que representó la baja intermensual más importante no solo de la gestión de Massa sino del último año. Estratégicamente, el Gobierno no festejó de forma explícita el nuevo índice. De hecho, el propio ministro-candidato no habló en público sobre el dato conocido el jueves pasado y en su entorno se encargan de aclarar que las cifras siguen siendo altas.
Aun así, fuentes del Ministerio de Economía con las que habló El Destape destacaron, en relación al índice de junio, que "la estabilidad macroeconómica en general es uno de los vectores de la gestión de Massa y la inflación es claramente un tema en ese marco".
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En ese mismo sentido, varios economistas entienden que la baja intermensual le da a Massa un poco de aire temporal, al menos durante las cuatro semanas clave que faltan para las PASO nacionales, especialmente teniendo en cuenta que el próximo índice inflacionario se conocerá recién el 15 de agosto, dos días después de esos comicios.
"La baja de la inflación le da algo de aire a Massa respecto a las críticas que tenía, más en el contexto de su candidatura", consideró al respecto Sebastián Menescaldi, director de la consultora Eco Go. Aun así, agregó que no cree que "esta baja sea permanente, porque no hay expectativas de desinflación" a corto plazo. "Es un alivio temporario", resumió.
En cualquier caso, la baja inflacionaria ya tuvo un primer impacto positivo inmediato. El mismo jueves, el Banco Central informó que no modificará la tasa de política monetaria este mes. Una nueva suba hubiera significado la admisión tácita de parte del Gobierno de que debía volver a poner un freno a la actividad en plena época electoral.
El impacto en los ingresos
Pero, más allá de eso, varios economistas señalaron otras dos dimensiones en las que la baja de un escalón en la inflación le da alivio al Massa. La primera es la de los ingresos. Desde el Palacio de Hacienda resaltaron a este portal que la necesidad de estabilizar la economía mediante la inflación responde "en especial, a que afecta al bolsillo de las y los trabajadores".
"Creo que la inflación de junio va a tener un impacto positivo en términos de recuperación de los ingresos. Muchos sectores cerraron paritarias para los próximos meses con pronósticos que superaban por lejos el 6%", señaló al respecto Federico Zirulnik, del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO).
"El aumento del SMVyM del jueves también implica que, de continuar esta tendencia de inflación, va a crecer en términos reales", agregó. En ese sentido, el Consejo del Salario Mínimo resolvió que durante el tercer trimestre este aumentará un 34%.
Si se mantuviera el índice inflacionario de junio, la inflación del tercer trimestre sería de aproximadamente el 20%, lo que implicaría que el salario mínimo subiría unos 14 puntos en términos reales. Aun así, las consultoras esperan una nueva suba en julio producto de la estacionalidad de las vacaciones de invierno.
Moderación del crawling peg
Pero, además, el descenso inflacionario de junio despeja para Massa uno de los mayores fantasmas del proceso electoral: la posibilidad de un salto brusco en el tipo de cambio. Especialmente, en el contexto de las reservas netas negativas del Banco Central, que debilitan su posición en caso de que sea necesario volver a disminuir la brecha.
"Los objetivos principales de Massa van a estar fundamentalmente concentrados en evitar una disparada de la brecha cambiaria y en un salto discreto del tipo de cambio oficial, justamente para evitar que se acelere nuevamente la inflación. Al lograrlo, mantiene un poco mejor esa competitividad electoral", lo explicó Santiago Manoukian, economista jefe de Ecolatina.
Al respecto, Zirulnik señaló que "el crawling peg debería disminuir al ritmo de la inflación". Justamente luego que el ritmo devaluatorio del dólar volvió a acelerar tras la desaceleración de fines de junio.
Sobre todo, una moderación del ritmo devaluatorio sería beneficioso en evitar que el avance del dólar se traslade a precios y genere un círculo vicioso. "Esta moderación inflacionaria le permite al Banco Central moderar al unísono el crawling peg y, al hacerlo, te presiona un poquito menos sobre la inflación. Porque no hay margen para seguir atrasando el tipo de cambio. Pero si la inflación se te modera, bueno, podés mover un poco el crawling peg y aún así mantener el tipo de cambio real multilateral relativamente estable", afirmó Manoukian.