El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya se prepara para renegociar el acuerdo argentino luego del balotaje de las elecciones 2023 entre Sergio Massa y Javier Milei con quien sea que resulte presidente electo. En agosto pasado, cuando se cerró la renegociación del acuerdo, se realizaron de forma conjunta la quinta y la sexta revisiones, una concesión del Fondo para que no hubiera nuevas negociaciones en medio del proceso electoral que llevaran inestabilidad a la economía.
En ese momento, también se estableció oficialmente que la próxima revisión se realizaría recién en noviembre, pero sin precisar la fecha concreta. Ahora, fuentes del organismo de crédito anticiparon que las conversaciones se iniciarán luego del balotaje, pero que todavía no hay ninguna fecha concreta.
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"No hay fecha para la séptima revisión en este momento. Al igual que con cualquier revisión del Fondo, necesitaremos establecer que el programa sigue en camino para alcanzar sus objetivos y las políticas necesarias para garantizarlo. En este contexto, seguirán siendo esenciales discusiones adicionales, incluso después de las elecciones", expresó a El Destape un portavoz del FMI.
La renegociación del acuerdo del FMI
Al afirmar que "el programa sigue en camino" y que se debe "garantizarlo", el organismo señaló además que espera mantener las condiciones vigentes del actual plan de facilidades extendidas. Sin embargo, todos los actores dan por sentado que esto es imposible y que será necesaria una nueva renegociación del acuerdo de forma más o menos rápida una vez que haya asumido la nueva administración.
Por un lado, esto ocurre porque las metas establecidas para fin de año quedarán a todas luces incumplidas. "En el último mes las reservas netas cayeron USD 2.921 millones. De esta forma, faltarían USD 9.000 millones para cumplir con los criterios del FMI. Es claro que la nueva administración deberá renegociar los términos del acuerdo", afirmó al respecto un informe de esta semana del grupo de estudios OCIPEX respecto a la meta de reservas netas, fijada en 1.000 millones de dólares por sobre su nivel de diciembre de 2021 (unos 3.200 millones de dólares en total).
La meta de déficit fiscal, que se mantuvo en 1,9% del PBI para fin de 2023, también parece cuando menos complicada. Entre las PASO y las generales, el Gobierno lanzó una serie de medidas que implicaron un fuerte aumento del gasto, principalmente la quita de IVA para trabajadores, el bono para informales y el reintegro de IVA. En total, representan más de un 1% del PBI en costo fiscal.
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Aunque la intención del equipo económico es compensar el gasto extra con el aumento del impuesto PAIS establecido a fines de julio, con los adelantos de impuesto a las Ganancias para grandes empresas y con recortes quirúrgicos o subejecución de partidas, es probable que estas medidas sean insuficientes para llegar al 1,9% requerido. Este mismo panorama también anticipa un probable incumplimiento de la meta de emisión monetaria.
Por otro lado, las condiciones de Argentina para los próximos pagos son cada vez más difíciles. Según OCIPEX, previo a los pagos de inicio de noviembre por 2.600 millones de dólares solo quedaban 1.858 millones de dólares en DEG, por lo que ahora su nivel sería ínfimo o nulo.
Como contraparte, durante 2024 Argentina debe enfrentar vencimientos de intereses y de capital con el Fondo Monetario por unos 7.500 millones de dólares, pero ya con desembolsos mínimos de parte del propio organismo, por lo que hoy la disponibilidad del dinero para los pagos no está asegurada.
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Este será el panorama para el próximo presidente, gane quien gane este domingo. Massa ya dijo numerosas veces que será necesario renegociar las condiciones del acuerdo de cara a su eventual próximo gobierno.
Milei, por su parte, estableció en su programa que pretender reducir el presupuesto en un "15% del PBI", por lo que adelantó que haría un ajuste "más fuerte" que el que pide el propio Fondo, dando a entender que sus condiciones no deberían ser problemáticas para los técnicos del organismo.
Sin embargo, un problema mayor le llegaría de China. Pese a que afirmó que romperá relaciones con ese país por "comunista", la realidad es que difícilmente pueda deshacerse del swap en yuanes: hoy representa la mitad de las reservas brutas del BCRA (17.000 millones de dólares sobre un total de 34.000 millones), según el cálculo del grupo de estudios GERES.
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