El Producto Bruto Interno (PBI) de los Estados Unidos se contrajo 1,4% anual en el primer trimestre del año, en comparación con igual lapso de 2021, la primera contracción que registra la economía estadounidense desde el pico de las restricciones por la pandemia de coronavirus en el segundo trimestre de 2020, informó hoy en Washington la Oficina de Análisis Económico (BEA por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio.
La caída en la principal economía del mundo causó sorpresa en los mercados, que estimaban un crecimiento de 1% en los primeros tres meses del año, según la agencia Bloomberg.
De acuerdo con los datos preliminares de la BEA, la merma refleja principalmente una contracción en las exportaciones, el gasto gubernamental federal, estatal y local, y en las inversiones privadas en inventarios.
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En tanto, las importaciones y el consumo privado se incrementaron durante dicho periodo.
Para la BEA, la reducción se debe principalmente al rebrote de casos de coronavirus por la variante Ómicron a principios de año.
Esto resultó en restricciones y disrupciones en las operaciones en algunas zonas del país al tiempo que los subsidios de asistencia del Gobierno en forma de préstamos condonables a empresas, las asistencias a gobiernos estatales y locales; y la asistencia a los hogares cayeron por la reducción o expiración de dichos programas, según explicó la oficina estatal en un comunicado.
La caída en la inversión se vio impulsada por una contracción en el comercio al por mayor (principalmente en los vehículos automotores) y el comercio minorista; mientras que, en el caso de las exportaciones, se registró un rojo generalizado en los bienes no durables que se mostró parcialmente compensado por los servicios empresariales (especialmente, los financieros).
En tanto, el aumento de las importaciones (+17,7%) reflejó un incremento en los envíos hacia Estados Unidos de bienes durables, sobre todo de consumo, estirando aún más el déficit comercial del país.
Por su parte, si bien el consumo se incrementó, lo hizo en los servicios (liderados por el gasto en salud) y los bienes durables, y no así en el consumo de bienes no durables (encabezados por la gasolina) que registraron una merma.
En el último trimestre de 2021, el PBI de los Estados Unidos se había expandido 6,9% anual comparado con el mismo periodo de 2020, y acumuló en los 12 meses del año pasado un crecimiento del 5,7%, un récord desde 1984.
Según los analistas, si bien la economía estadounidense registró una caída al comenzar este año, la demanda de los hogares y la inversión en general continúan sólidas, lo cual se corrobora con los comentarios de las empresas al presentar sus balances de este trimestre.
En ese sentido el consumo, el principal componente (70%) de la economía estadounidense, creció 2,7% anual en el primer trimestre, comparado con el 2,5% del último periodo de 2021.
No obstante, quedará por verse si el gasto de los estadounidenses se mantendrá en los niveles actuales, frente a una ayuda gubernamental que se contrae y una inflación récord desde 1981- que está produciendo una merma en sus poderes de compra; y que podría agravarse de la mano de la guerra entre Rusia y Ucrania y los problemas en las cadenas de suministro a causa de los confinamientos en China
Con el fin de reducir la inflación y pese al dato económico negativo de hoy, la Reserva Federal (FED) se encamina a proseguir con su suba prevista en las tasas de interés en la reunión monetaria que desarrollará el martes y el miércoles próximos, donde se espera un incremento de 50 puntos porcentuales, tras casi dos años con tasas cercanas a cero.
La FED deberá hacer un balance entre bajar la inflación y no enfriar demasiado la economía.
Una política demasiado dura podría generar, junto con la inestabilidad internacional, mayores riesgos de recesión, según advirtieron bancos como Goldman Sachs y Deutsche Bank.
Con información de Télam