La decisión de la agencia calificadora Fitch de recortar la calificación de deuda de los Estados Unidos de AAA a AA+ generó dudas sobre la prominencia del dólar en el futuro como moneda intercambio y refugio de valor, pero diversos analistas coinciden en que, pese a su mayor fragilidad, continuará siendo hegemónica.
El dólar es un refugio porque es una moneda largamente utilizada para las transacciones. Si, con el tiempo podría ser erosionado, pero, para eso, estamos pensando en 20, 30 o 40 años, comentó Jane Foley, directora de estrategia cambiaria en el banco neerlandés Rabobank.
La agencia justificó este martes su decisión de recortar la calificación estadounidense en el deterioro fiscal previsto para los próximos tres años, una carga de la deuda pública elevada y creciente, y la erosión de la gobernanza en relación con sus homólogos con calificación "AA" y "AAA" durante las dos últimas décadas, que se ha manifestado en repetidos bloqueos del límite de la deuda y resoluciones de última hora".
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Los argumentos provocaron escepticismo respecto de la posición en el futuro de Estados Unidos y su moneda en el plano internacional.
Sin embargo, esta semana, el dólar no sólo resistió el embate de Fitch sino que también se valorizó, frente a la perspectiva a corto plazo- de que Estados Unidos logrará bajar su inflación sin caer en una recesión.
Fitch no es la primera calificadora en rebajarle la nota a Estados Unidos: Standard & Poor´s le quitó la calificación AAA en 2011, una decisión que nunca revirtió luego.
Ese año, el dólar se valorizó un 7%, y desde entonces lo hizo en 30%, según cálculos de la agencia Bloomberg.
Richard Francis, codirector de calificaciones soberanas de las Americas en la propia FItch, admitió que el rol del dólar como reserva de valor no tiene contrincantes.
No obstante, en Washington existen temores por el futuro del dólar y de la economía estadounidense.
Hank Paulson y Timothy Geithner, titulares del Tesoro durante las presidencias de George W. Bush y Barack Obama, respectivamente, llamaron al Capitolio y a la Casa Blanca a solucionar los problemas de la deuda, con déficits que se estiman que llegarán a los US$ 20 billones en la próxima década.
A esto se le suma el factor geopolítico: China y Rusia, entre otros países, intentan desdolarizar los intercambios, y el dólar, a fines del último trimestre del año pasado, representaba menos del 60% de las reservas de los bancos centrales del mundo, por debajo del promedio histórico.
La baja de la calificación de Fitch nos da poca información nueva, pero refuerza la percepción de que el dominio global del dólar descansa en un frágil pedestal, evaluó Eswar Prasad, profesor de política comercial internacional en la Universidad de Cornell.
No obstante, señaló Prasad, la ausencia de un rival a la misma altura retrasará la debacle de la moneda.
Ese día del fin de la supremacía en las finanzas internacionales, si alguna vez llega, está muy lejos, opinó.
En la misma línea, Timothy Graf, titular de estrategia macroeconómica en el banco State Street, consideró que existe un argumento para pensar que la decisión de Fitch reduce el atractivo del dólar como alternativa de reserva.
Sin embargo, los competidores de Estados Unidos más allá de Alemania, tienen perfiles de crédito similares o más débiles, agregó.
En 2011, la rebaja de S&P falló en lastimar al dólar, principalmente por los grandes problemas de deuda en Europa y Japón. Hoy sucede lo mismo, la deuda es un problema que es una plaga en muchos en mercados emergentes y desarrollados, señalaron en una nota un grupo de estrategas del grupo australiano de servicios financieros Macquaire.
Con información de Télam