El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Estados Unidos encadenó su novena baja consecutiva en marzo y registró una tasa interanual del 5%, un punto menos que en agosto, anunció hoy la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) dependiente del Departamento del Trabajo.
De esta forma, la inflación anual se ubica en mínimos desde junio de 2021, aunque sigue por encima de la meta de la Reserva Federal (FED) del 2%.
El índice mensual, por su parte, mostró una suba de sólo 0,1% respecto del 0,4% de febrero.
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Se trata de un reporte que, no obstante, muestra señales mixtas a la Reserva Federal (FED), enfocada en bajar la inflación.
Por un lado, las subas de tasas de la FED con una velocidad de ajuste inédita desde los años ochenta elevándolas en un año 4,75 puntos porcentuales- está dando resultado a la hora de bajar la inflación.
En ese sentido, la inflación acumula su sexto mes consecutivo de baja tras el pico de 9% anual en junio pasado -el mayor IPC de los últimos 40 años-, el cual fue alimentado por el desajuste entre la oferta y la demanda en la economía estadounidense y las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Además, el dato anual de 5% fue menor al 5,1% que anticipaban los analistas, según indican las agencias France Presse y Bloomberg.
La fuerte baja respecto del 6% de enero se explica por el efecto de base de marzo de 2022, mes en el que la energía subió fuertemente tras el inicio de la invasión rusa en Ucrania.
Pero, por otro lado, el índice núcleo que excluye los valores volátiles de la energía y los alimentos- se ubicó en 5,6% anual (+0,1 pp. respecto de febrero) y 0,4% mensual (-0,1).
Se trata de la primera vez en más de dos años que es superior al índice general y su persistencia revela la dificultad de bajar la inflación, particularmente en el sector servicios.
Entre los diversos componentes de la inflación, los costos de la energía cayeron 3,5% mensual y 6,4% anual, y el promedio de los alimentos se mantuvo sin cambios en la comparación mensual y subió 8,5% en la anual.
Otro dato positivo fue la moderación de los precios de los alquileres y la renta que representan un tercio del cálculo de la inflación y más del 60% del índice núcleo-, los cuales marcaron 0,6% mensual, el menor incremento desde noviembre pasado, aunque en la comparación anual se situaron en 8,3%, un récord histórico.
Del mismo modo, los precios de los autos usados uno de los mayores motorizadores del repunte inflacionario estadounidense en 2021- cayeron 0,9% mensual y 11,2% anual.
La expectativa de la FED es que la inflación se siga moderando para así evitar continuar con su ciclo de ajuste de tasas e inducir forzadamente a la economía a una recesión.
Además de la inflación, la entidad monetaria está poniendo atención a la evolución del mercado laboral, cuyo desajuste entre la oferta y la demanda podría favorecer la inflación al motivar subas de salarios, según su mirada.
En ese sentido, los datos de marzo arrojaron que la cantidad de empleos creados (236.000) fue la menor desde diciembre de 2020 y la suba de salarios creció en la menor tasa interanual desde junio de 2021, reduciéndose también la relación entre cantidad de vacantes y desempleados.
Tanto los datos del empleo como los últimos de la inflación podrían motivar a la FED a dar por cerrado su ciclo de alzas en la tasa de interés en su reunión de mayo próximo con una última suba de un cuarto de punto porcentual, para luego dejarla por un tiempo prolongado en un rango de entre 5% y 5,25%.
No obstante, la FED se mantiene cautelosa sobre sus próximos movimientos tras la crisis bancaria que se desarrolló en marzo, y que encuentra entre sus diversos desencadenantes la velocidad del giro en la política monetaria de la entidad tras años de tasas bajas.
Con información de Télam