La aceleración de la devaluación del dólar en mayo parece haber quedado atrás, al menos momentáneamente. Durante las últimas dos semanas, el crawling peg (como se conoce al tipo de cambio atado a la inflación) se desaceleró significativamente, en lo que algunos economistas entienden como una forma de evitar una nueva aceleración de la inflación tras el índice positivo de mayo.
A mitad de mayo, cuando se conoció la inflación récord del 8,4% en abril, el Ministerio de Economía había anunciado ambiguamente que "administraría el ritmo del crawling peg", una afirmación que, en ese momento, fue entendida como un eufemismo para dar a entender que la devaluación diaria del dólar comenzaría a acelerarse.
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El objetivo era evitar un importante atraso de la divisa estadounidense, a tono con el pedido del FMI que entendía que era necesaria una devaluación extra en torno al 30%. En ese marco, el crawling peg de mayo terminó siendo del 7,53%, casi un punto más que el 6,5% de abril.
Sin embargo, la inflación de mayo le trajo una buena noticia al ministro de Economía y precandidato presidencial, Sergio Massa. Luego de cinco meses, la suba de precios se moderó y se ubicó en el 7,8%. Para junio, las perspectivas también son positivas, ya que las consultoras privadas anticipan una nueva baja inflacionaria gracias a la moderación en los alimentos y regulados.
Ante este nuevo contexto, y el inminente comienzo de la campaña electoral para las PASO del 13 de agosto, el objetivo del Gobierno es evitar una nueva aceleración de la inflación. Uno de los indicios aparentes de este plan es que la microdevaluación diaria del dólar se desaceleró en las últimas semanas.
"Si bien la devaluación punta a punta del dólar oficial fue del 7,25% en junio, la TEM (tasa efectiva mensual) diaria promedió un 7,95% entre el 1/6 y el 15/6, mientras que del 16/6 en adelante promedió apenas 6,49%", calculó la consultora Ecolatina.
En el Gobierno no admiten que este sea el objetivo. Fuentes oficiales con las que habló El Destape afirmaron que, en verdad, la estrategia de las idas y vueltas en el ritmo devaluatorio es para evitar la predictibilidad del valor del dólar. De esa forma, se restarían incentivos a la especulación con la anticipación de importaciones o la postergación de exportaciones, así como con el dólar futuro.
¿Estrategia antiinflacionaria?
Aunque las fuentes del Gobierno agregaron que la desaceleración del crawling peg no debe pensarse en relación a la inflación, los economistas tienden a pensar otra cosa.
"Nuestra interpretación es que la devaluación de junio fue significativa, y se reguló unos días para evitar mayor traspaso a precios. El objetivo sería que la inflación de junio sea más baja que la de mayo", afirmó al respecto Alejandro Krebs, economista de GERES.
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En el mismo sentido, Santiago Manoukian de Ecolatina señaló a este portal que "no hay una búsqueda del gobierno por tener una ancla antiinflacionaria, porque no hay margen para que sea utilizada de esa forma", pero que "sí acompaña la moderación inflacionaria que estamos viendo para junio. En todo caso, puede llegar a ser una semi-ancla, si querés".
Tanto Krebs como Manoukian remarcaron que la devaluación de todo junio promedió a la suba de precios del mes, pero que en la segunda quincena se ralentizó para evitar que derive en un nuevo crecimiento inflacionario.
Leandro Ziccarelli, economista del CEPA, fue más cauto. "Varias consultoras ya estuvieron anticipando que probablemente junio cierre incluso por debajo de 7% (de inflación), con lo cual, si el crawling va al 7% en promedio mensual, está relativamente en línea con la inflación. Ahora, si esta política de ir al 4 o 5% mensual, como fue estos últimos días, se mantiene en el tiempo, ahí sí se está usando como banquilla", explicó, y advirtió: "Claramente eso no va a funcionar, te va a hacer perder un montón de dólares y puede ser hasta contraproducente".