Deuda privada: la estrategia para cuidar los dólares y sostener la actividad

La deuda comercial para financiar importaciones creció 7000 millones de dólares. La financiación de las importaciones permitió sostener los niveles de actividad. Entre junio de este año y el mismo mes de 2022, aumentó 7000 millones pero la aceleración fuerte ocurrió en el primer semestre de 2023, con un alza de 4900 millones. 

15 de julio, 2023 | 19.45

La deuda de las empresas importadoras se incrementó en 7000 millones de dólares entre junio de este año y el mismo período del 2022 pero con una fuerte concentración de estos préstamos en el primer semestre de este año.

La actividad económica del primer trimestre registró un alza, sin estacionalidad, del 0,7% y del 1,3% interanual. Según el último informe de Política Monetaria del Banco Central, lo que más incidió en este resultado fue la retracción de las exportaciones agroindustriales como consecuencia de la sequía –con una caída de la actividad del 12% - pero no así del resto de los rubros económicos que lograron mantener números positivos. Según destacó el trabajo de la autoridad monetaria, la política de financiación de las importaciones permitió mitigar la salida de divisas por este concepto y al mismo sostener la llegada de bienes e insumos claves para el resto de la economía.

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"La evolución de las exportaciones e importaciones de bienes, sumada a la dinámica de la deuda comercial por esos conceptos, derivaron en un resultado neto positivo por bienes en el mercado de cambios de 2.584 millones de dólares en los primeros seis meses de 2023”, puede leerse en el último informe de Política Monetaria del BCRA. La deuda por importaciones aumentó unos 4.900 millones de dólares en los primeros 6 meses del año.

La estrategia de profundizar la financiación de las importaciones, aunque de tardía implementación dada la fuerte salida de divisas durante el primer año y medio de gestión del FdT, resultó clave para sostener los niveles de actividad. Esta deuda comercial como porcentaje del total de las importaciones pasó de representar el 35% en marzo del 2022 al 46% en junio de este año.

Por lo tanto, la suba total de este endeudamiento privado se incrementó en 7000 millones de dólares entre junio de 2023 y el mismo período del año pasado, con una fuerte aceleración registrada en los primeros seis meses de este año: entre enero y junio los pasivos por importaciones subieron 4900 millones de dólares.

También se registró un alza en la pre financiación de las exportaciones totales. Durante los primeros seis meses de 2023, las ventas al exterior registraron ingresos de cobros por unos 34.000 millones de dólares, mientras que las exportaciones de bienes totalizaron 33.400 millones.

“Esto implicaría un aumento de deuda externa por anticipos y prefinanciaciones de alrededor de 600 millones. De esta manera, la relación de este tipo de endeudamiento respecto de los valores exportados se ubicó en torno al 9,9%, con una suba de 1,6 puntos porcentuales respecto de diciembre de 2022”, destacó la autoridad monetaria.

Soja que va y viene 

Las grandes empresas de la industria sojera importaron casi 5 millones de toneladas de este grano durante el primer semestre. La oleaginosa, que proviene de Brasil y Paraguay, es utilizada por la industria para la producción del aceite de soja, el principal bien de exportación de este sector.

En el acumulado del año, el sector realizó pagos por las importaciones de la oleaginosa en torno a los 2.975 millones de dólares, mientras que en el mismo período de 2022 habían sido de 2.113 millones. Es decir que se registró un incremento interanual del 41%.

La soja que se va (o que se fue) tuvo que ver con el impacto del tipo de cambio diferencial para este sector. Por la última versión de este programa exportador, los sojeros ingresaron 4500 millones de dólares. No corrieron con la misma suerte el resto de las economías regionales, también beneficiadas con la devaluación quirúrgica.

El ministro Sergio Massa había augurado una suerte de ingresos por 4000 millones de dólares provenientes de las exportaciones de las economías regionales. Tan solo una quimera. Según los datos del BCRA, estas economías aportaron 900 millones. El llamado dólar agro finaliza el 31 de agosto. De todas maneras, cuando el tipo de cambio oficial ya se ubica en los 277 pesos –contra los 300 pesos del dólar agro-, el programa perdió su posible atractivo.

Quienes más lo saben son los grandes productores sojeros, que al inicio del mes contaban con casi 11 millones de toneladas guardadas en silo bolsas. La CIARA – CEC, la cámara que nuclea a las grandes cerealeras, reconoció en su último Monitor Agroindustrial que el actual volumen de granos sin vender, en manos de grandes productores que en muchos casos están integrados verticalmente con la exportación, asciende a los 9200 millones de dólares.

En este escenario, con la carrera electoral ya lanzada, tanto los productores nucleados en la Mesa de Enlace como los exportadores, abogarán por una drástica reducción en los derechos de exportación de la soja, o pedirán directamente por su eliminación.

Aportes al Tesoro 

Más allá de la implementación del dólar soja, el aporte de divisas del sector registró un fuerte retroceso del 45% durante los primeros seis meses del año en comparación con el mismo período del año pasado. Esto se explicó tanto por las consecuencias de la sequía como por una caída en el precio internacional de los commodities.

“El otorgamiento de Adelantos Transitorios (AT) se incrementó en un contexto de deterioro de la recaudación a partir del impacto negativo de la sequía sobre la actividad económica y el cambio en el perfil de cobros de derechos de exportación vinculado al sector sojero, pese a la continuidad en el proceso de consolidación del gasto público”, indicaron desde el BCRA.

Gran parte de esa asistencia estuvo dirigida a cubrir vencimientos con el FMI, según reconoció el Central en su informe de Política Monetaria. “De los $1,76 billones que el BCRA transfirió al Tesoro desde el inicio de 2023 hasta el 12 de julio, mediante Adelantos Transitorios netos, la mitad se destinó a la atención de pagos de capital al FMI, y por lo tanto no implicó una expansión de la liquidez”, explicaron.

La otra fuente de financiamiento fueron las renovaciones de la deuda pública en pesos, explicadas en detalle por la autoridad monetaria: “Durante los primeros seis meses de 2023, el Tesoro Nacional logró un refinanciamiento del 134% de los servicios de capital e intereses en pesos, lo que implicó un financiamiento neto de aproximadamente $1,8 billones. Las emisiones de instrumentos de deuda en lo que va del año se concentraron en letras a descuento y en títulos ajustables por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), mientras que, en menor medida, se colocaron títulos ajustados a la evolución del dólar (DLK) e instrumentos duales (mayor variación entre dólar y CER)”.

Durante la primera semana julio, el Tesoro fue asistido con $400.000 millones, de los cuales $260.000 millones se utilizaron para hacer frente al pago de cupones de títulos de deuda soberana en dólares.