Mientras el Gobierno le pide a los agroproductores que liquiden la cosecha para reforzar las reservas, la especulación del sector evidencia la dependencia del país sobre el mercado agrario y las consecuentes crisis cambiarias que se generan a lo largo del tiempo, incluso bajo Gobiernos de distinto signo político. Pero además esta urgencia no permite poner el foco sobre las otras industrias que podrían crecer en el corto plazo y generar miles de millones de dólares para terminar con la asfixia de divisas: petróleo, gas, cobre y litio.
Y ya hay ejemplos y cifras concretas. El desarrollo de la exploración offshore de hidrocarburos podría sumar U$S 40.000 millones a la balanza comercial, se esperan inversiones entorno a los U$S 8.000 millones en producción de hidrógeno verde, y las industrias del cobre y el litio -esta última destacada hace poco por el Comando Sur de Estados Unidos- también prometen el ingreso de miles de millones que explayen el abanico exportador de la Argentina.
Un problema que se repite
Según datos del Indec, entre enero y junio, la Argentina exportó por U$S 44.377 millones, un 25,5% más respecto del mismo período del año pasado. Casi la mitad de las exportaciones totales se originaron en el sector agroindustrial, especialmente las materias primas agrícolas, en particular los cereales (trigo y maíz) que tuvieron en el primer semestre un gran desempeño.
De acuerdo a datos de la consultora Geres, al 20 de julio, los productores vendieron el 47,4% de la cosecha de soja 2021/22 (44,0 millones de toneladas). Esto es 11,5 puntos porcentuales inferior al promedio del último lustro (58,9%), lo que implica un relevante retraso en las ventas. La retención estimada de soja a la fecha equivale aproximadamente a unos U$S 3.000 millones. Pero no es la primera vez que pasa.
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La estructura originaria del Estado y la distribución del territorio se vieron signadas por un proceso de entrega de tierras súper extensas a muy pocos propietarios, lo cual propició un desbalance en la producción agropecuaria que otorgó un poder de negociación fenomenal a los grandes productores. Más allá de la desigualdad histórica, las últimas décadas -independientemente del color político- indican que esta supremacía se refuerza.
Ni siquiera durante la gestión de Mauricio Macri, representante directo de los intereses del establishment económico, los agroproductores mostraron un rostro distinto. Cuando el Gobierno de Cambiemos empezó a sucumbir en medio de una salida masiva de capitales y una crisis cambiaria abrupta, también se retrajo el nivel de liquidación.
En 2019, a pesar del tipo de cambio más alto de ese momento y con una cosecha récord, el agro cada vez aportó menos dólares de las exportaciones. La liquidación de agrodólares cayó al 9,1% y de esta manera llegó al nivel del año 2009, en el peor momento de la relación entre el Gobierno kirchnerista y la Mesa de Enlace. Así, se repitió el ciclo especulador con 10 años de diferencia y con signos políticos extremadamente opuestos.
Qué alternativas existen para sumar dólares
Los eventuales descubrimientos hidrocarburíferos en las Cuencas Argentina Norte (CAN) y Malvinas Oeste (MLO) podrían tener un impacto económico equivalente al 3,6% del PBI en los años de mayor nivel de producción y exportación del recurso. Además, el desarrollo de la actividad tendría su correlato en la balanza comercial, la generación de empleo y el crecimiento de otros sectores productivos.
Así se desprende del estudio de la exploración de petróleo offshore que elaboró la consultora Ecolatina. El documento analizó los alcances de posibles descubrimientos de hidrocarburos en ambas cuencas del Mar Argentino. Se estima que un solo descubrimiento de 80 barriles de petróleo diarios representaría al año el 15% de la producción actual total del país.
En cuanto a las inversiones que demandarían todas las etapas de cada área, a lo largo de su vida útil, se estima para un descubrimiento un monto de US$ 5.305 millones, es decir aproximadamente el equivalente a la inversión en exploración y producción de Argentina de 2021, mientras que cinco descubrimientos alcanzarían los US S26.525 millones y 10 descubrimientos un monto total de U$S 53.050 millones, equivalentes a 10 veces la inversión en exploración y producción de Argentina por año.
Se supone que todo lo producido en el Mar Argentino tendría como destino el mercado externo debido al abastecimiento del mercado local desde Vaca Muerta. En ese caso, un descubrimiento significaría exportaciones totales por U$S 44.708 millones, es decir un 11% del PBI argentino de 2020.
Hidrógeno verde, litio y cobre
Pese a que los desarrollos más avanzados se concentran en los hidrocarburos, no todos los sectores con potencial de generar muchos dólares generan tensión con la agenda de transición energética. Por ejemplo, la conferencia de cambio climático de la ONU en Glasgow de 2021 fue el escenario del anuncio en energía limpia más importante de la historia argentina: hidrógeno verde.
Este proyecto significará una inversión por 8.400 millones de dólares -inédita para el país en las últimas décadas- y la creación de 15 mil puestos de trabajo directos y más de 40 mil indirectos en los próximos siete años. Entre 2022 y 2024 se estipuló invertir 1200 millones de dólares para ratificar el potencial de la zona y la primera etapa productiva, en el lustro siguiente, requerirá el desembolso de otros 7200 millones.
Concretamente, en abril, la empresa estadounidense MMEX Resources Corporation anunció una inversión de 500 millones de dólares en la provincia de Tierra del Fuego para producir hidrógeno y amoníaco “verdes”, a partir de energía eólica.
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Además, y a pesar de las voces disidentes dentro la coalición gobernante, las industrias del cobre y la minería ganan fuerza en el imaginario del impacto positivo que pueden significar. En abril, el entonces subsecretario de Minería, Andrés Vera, anunció que el país “volverá a producir cobre” a partir de una inversión de “más de US$ 4.000 millones” en la provincia de San Juan para explotar el proyecto Josemaría.
Es un proyecto minero de cobre y oro localizado en el departamento Iglesia, a 410 kilómetros de la ciudad cuyana y a 10 kilómetros del límite con Chile. Lo lidera el canadiense Grupo Lundin, que cuenta con recursos por 6,7 millones de libras de cobre, 7 millones de onzas de oro y 31 millones de plata, y una vida útil del yacimiento estimado en 19 años.
A su vez, en la cajonera de la política se encuentra el proyecto de cobre Taca Taca en Salta, de la canadiense First Quantum, que está en condiciones de construirse. Se trataría de una inversión por U$S 3.500 millones, con la posibilidad de exportar anualmente U$S 2000 millones en cobre. Sin embargo, la compañía analiza el estado de las condiciones macroeconómicas y las últimas reestructuraciones en el equipo económico para avanzar definitivamente con las obras.
En este sentido, con la llegada de Daniel Scioli al Ministerio de Desarrollo Productivo, el Gobierno flexibilizó el cepo para la llegada de inversiones. Mediante un régimen de fomento especial, la firma minera Liex, subsidiaria de la minera china Zijin, afirmó que invertirá al menos U$S 371 millones en el proyecto de Tres Quebradas, que prevé empezar a exportar en menos de dos años. En el país hay solo dos proyectos de producción de carbonato de litio.
Usualmente, al planteo exportador se responde con los supuestos impactos sobre el mercado interno, lo cual no tiene en cuenta que el principal limitante de éste son las crisis cambiarias recurrentes que generan la falta de dólares. Abrir el juego del mercado exportador y terminar con la hegemonía del sector agropecuario podría destrabar un conflicto político que no cansa de repetirse.